¡Relegitimemos los Poderes!

Por: Carlos R. Alvarado Grimán

Fecha: 6/7/2005
Hemos sido sorprendidos gratamente, por la propuesta que lanzó el diputado Carlos Escarrá, para que una vez reelecto Hugo Chávez como Presidente de la República, los funcionarios electos por votación popular pongan sus cargos a la orden y permitan la relegitimación de los Poderes Públicos, mediante el llamado a una nueva elección popular de gobernadores, alcaldes, concejales y diputados tanto nacionales como regionales.

En Nueva Esparta la propuesta goza de aceptación entre la militancia revolucionaria. Nuestro estado ha sido victima de las imposiciones dedocráticas del Comando Táctico Nacional (CTN). La mediocridad de nuestros representantes así lo patenta. No obstante la propuesta debería pasar por: la reorganización total de las estructuras políticas de los llamados “partidos del cambio” para deslastrarnos de los grupos de poder corruptos, que controlan a capricho y mañosamente las llamadas maquinarias internas; promoción efectiva de la democracia participativa y protagónica de las bases y la elevación de sus niveles ideológicos.

Con relación a devolver espacios de poder a sectores de la revolución y la oposición democrática, arrebatados a través de procesos confusos, por decir lo menos. Algunos capitostes “revolucionarios” consultados, han desacreditado la propuesta, alegando su improcedencia en consideración a: la supuesta legitimidad que los enviste y al ambiente de confrontación que aún persiste en el país.

En nuestra óptica el sectarismo, las imposiciones y la acumulación desmedida de poder, sólo han servido históricamente, para exacerbar la violencia y alentar el odio social. Es por esto que juzgamos oportuna y necesaria la propuesta del diputado Escarrá, que además permitirá mejorar la calidad de los representantes en los poderes públicos y crear condiciones de gobernabilidad que traiga el sosiego necesario que nos permita avanzar hacia el desarrollo de la sociedad. ¡Relegitimemos los Poderes!.

"La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás". Winston Churchill