El falso socialismo
Por: Robin Rodríguez
Un porcentaje importante de trabajadores apenas cuentan con el salario mínimo porque con su condición de cooperativistas, han perdido todos los beneficios de contratación colectiva, no pueden organizar sindicatos, ni disfrutar de reivindicaciones como los cestatickets. Las condiciones de vida y de trabajo no han cambiado sustancialmente, los problemas de pobreza y exclusión de todo tipo, de desempleo y subempleo, los bajos salarios y ausencia de seguridad social o deficiencias en los servicios públicos, han empeorado. Vivimos un proceso de degradación moral, con extensión del comercio de la droga (muchos de los distribuidores y consumidores ahora usan boinas rojas), que al estimularse el resentimiento social y la venganza por parte del presidente, puede servir de excusa para cualquier cosa.
Los rasgos que han caracterizado la formación económica-social del país no solo se mantienen, sino que se han reforzado. Los ingresos nacionales siguen teniendo como base el aumento de los precios del petróleo, el incremento de los impuestos a la población y la elevación del endeudamiento; en este proceso se ha fortalecido la hegemonía de la oligarquía financiera y los sectores monopólicos, no solo por la religiosidad con que el régimen cancela las cuotas de la deuda externa, sino por su política de comprar deudas de otros países y negociarla con los grandes bancos.
La inversión extranjera sigue concentrada en la explotación de nuestras fuentes energética (carácter monoproductor), mientras crecen las importaciones, principalmente en el sector agropecuario. Nuestra producción industrial sigue estancada, pero se refuerza el capitalismo de Estado y se usa de manera clientelar los recursos del presupuesto nacional. Las formas de producción estimuladas por el régimen (cooperativas, fundos zamoranos, etc.), no han tenido incidencia real en el proceso productivo y en el cambio de las relaciones de producción; por el contrario, podemos señalar que este tipo de organización laboral, ha profundizado la flexibilidad laboral propia del neoliberalismo.
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Para los que vivimos en los barrios, no fue una sorpresa el triunfo de Chávez el 3D, porque la oposición que ha tenido hasta ahora, no ha representado un proyecto acorde con las deseos de los mas pobres; de allí que el populismo, el estimulo del resentimiento social y la manipulación con frases revolucionarias pero con una practica neoliberal y autoritaria, le ha permitido mantenerse en el poder. Mientras que el régimen, no tenga una oposición progresista, verdaderamente democrática y de claro aliento social, las manipulaciones y perversidades del presidente seguirán triunfando.
Los que definen la lucha entre "derecha e izquierda", identifican incorrectamente al régimen; además de fortalecer sus mentiras (que es socialista). Por esta razón, la tarea central de ser construir una nueva oposición, no de reagrupar al fracasado liderazgo; se trata de uno con arraigo popular, dotado de un programa que contemple el rescate de la soberanía, que se plantee el progreso, una verdadera democracia y que garantice la justicia social que aun reclama el pueblo. Cada lucha, denuncia o acción de calle debe estar acompañadas del debate sobre la necesidad de un Gobierno de Unidad Nacional, además de enlazarlas con una plataforma de lucha, que obviamente, las corrientes reaccionarias de la oposición existente hasta ahora, no están en capacidad de desarrollar.
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