El Problema Económico

(Dos caras de la misma moneda)*
Por: Orlando Ochoa

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Desde enero del 2007 se sienten las manifestaciones del problema económico, indigestión petrolera y escasa diversificación productiva, agravadas por los excesos fiscales y monetarios del actual Gobierno con la alta inflación como resultado. El asfixiante intervencionismo estatal, ahora agudizado bajo el socialismo marxista-leninista versión siglo XXI y los controles políticos de la economía, crea grandes distorsiones económicas (precios, tipos de cambio, tasas de interés), así como escasez de bienes e insumos básicos que estimulan la corrupción generalizada.

Ninguna medida económica dirigida a reducir temporalmente la liquidez monetaria, satisfacer parcialmente la demanda de divisas fuera del tipo de cambio oficial y suplir con importaciones la distribución subsidiada de productos de la dieta básica, puede cambiar los nefastos incentivos creados. Funcionarios y agentes económicos buscan cómo aprovechar las diferencias de precios en productos alimenticios y combustible dentro y fuera del país, el diferencial cambiario, las tasas de interés reales negativas, en fin, para beneficiarse de las “circunstancias”.

A estos adversos incentivos que inducen a minimizar el esfuerzo productivo se suman la repartición de créditos (para no ser pagados), subsidios, fondos y “contratos” a toda clase de cooperativas, empresas cogestionadas, microempresas, fundos zamoranos, consejos comunales y otros proyectos. La mezcla de distorsiones económicas con estas políticas sectoriales desordenadas, sin control de gestión, marcadas por la corrupción y a veces por una trágica convicción ideológica de estar “inventando” algo nuevo, se convierten en un desperdicio de recursos del país sin paralelo desde los años setenta.

Además de la alta inflación, considerada por el alto gobierno casi como un problema de cálculo del Índice de Precios al Consumidor, los venezolanos verán en 2007 que los aumentos salariales a ser anunciados no compensaran la verdadera alza del costo de vida. También sentirán como las misiones y programas sociales reducen su cobertura y observarán la falta personal diligente desmotivado por el bajo poder adquisitivo de sus salarios. Así avanza la enfermedad económica, mientras el gobernante piensa que escribe un gran capítulo de la historia venezolana y universal.

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Nota: Subtitulado por ASERNE