La mayoría ideológica
Por: Argelia Ríos
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Tantos consejos destinados a la disidencia, para terminar desnudos ante el país.
Por lo pronto, el plan le ha fallado. El propósito del Presidente era crear las condiciones para que el país reaccionara exasperado ante sus iniciativas. Se esmeró en recrear un estado general de indignación, que lanzara a los de siempre hacia la calle... Mientras la protesta presente los mismos rostros Chávez no tiene nada qué temer. Por lo tanto, aún puede jugar al conflicto para impulsarse en un salto largo y justificar así un "vuelvan caras", desentendido de tanto melindre táctico... El Presidente había calculado que su reforma constitucional sería coronada por un soberano cargándolo en hombros y en posición defensiva frente a otro "zarpazo de la oligarquía"... Pero nada. No tendrá el buen lío en el que se esmeró. La reacción de sus oponentes será más bien moderada y, por tanto, inútil para los efectos. Como si fuera poco, la evaluación popular de la reforma -que conceptual y burocráticamente marcha viento en popa- no ha sido la esperada: su propia clientela le está frunciendo el ceño, lo que no es un buen síntoma.
La señal explica el apuro del mandatario. Mientras más tiempo pase, no sólo se sentirá más exigido de atender los asuntos cotidianos sobre los cuales su electorado espera respuesta. Además de eso -que es lo peor-, se le abultarían las posibilidades de que la oposición experimente un cambio drástico en su composición clasista... De hecho, hoy Chávez debe estarse preguntando cuándo se verá obligado a producir su propio "punto de inflexión": cuál será el momento en que necesitará activar el inexcusable mecanismo represivo... Mientras tanto, agita sin descanso su cóctel revolucionario. La ruptura -que tantos esperan de un único sopetón- está dándose progresivamente, a cuenta gotas, con la paciencia aconsejada por el biorritmo negativo de los suyos. El modelo socialista tiene una fuerte resistencia. Ya hay una "mayoría ideológica" desfavorable a Chávez.. La semilla de sus escollos futuros está sembrada... Tarde o temprano, el rechazo al paradigma cubano desembocará en un reencuentro entre los venezolanos... Entonces verá luz una oposición renovada, diferente, con el indispensable componente popular. Otra hora descenderá, la más dura. El momento de los militares. Chávez íngrimo, con sus generalotes, y unos cuantos obsecuentes degradados a la condición de babosos.
En este cuadro, como se observa, no cabe la oposición que hemos conocido. Mucho menos el chavismo sin Chávez, cuyos exponentes, veteranos del "truquismo" del pasado, ya van generando un tanto de pena ajena. ¿Quién lo diría? Tantos consejos destinados a la disidencia, para terminar desnudos ante el país, con las partes expuestas, exhibiendo las mismas carencias. Ya no hay "factores". Sólo el pueblo raso, obligado a buscar su propia salida.
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