El Caso RCTV
El Confesionario
Por: Manuel Isidro Molina
Editado por: ASERNE
EL CASO RCTV tiene un final conocido: el presidente Chávez no dará su brazo a torcer, ejecutará el zarpazo contra la libertad de expresión y el derecho a la información de los venezolanos y venezolanas, que se ha propuesto con el cierre de las transmisiones abiertas de Radio Caracas Televisión, el 27 de mayo a las 12 de la noche. Es lamentable su escasa visión democrática, su manía monopartidista y autoritarista, su intolerancia. Se cree omnipotente y dueño de Venezuela, luce enfermo, desorbitado, borracho de poder. Su decisión es inobjetable administrativamente, pues corresponde al Estado el otorgamiento o no de las concesiones para la explotación de las frecuencias de radio y televisión, igual que las de transmisiones militares, aeronáuticas, marítimas y de telefonía. Pero, desde el punto de vista político no es más que un mezquino acto retaliativo e intolerante, muestra protuberante de su propensión al abuso de poder y el atropello, incluyendo la construcción – desde el gobierno- de un ente comunicacional sustituto, aún desconocido, que comenzará por violar todas las normas de telecomunicaciones, ya que carece de personalidad jurídica, proyecto conceptual, gerencial y tecnológico. Este zarpazo de Chávez contra el pluralismo democrático, tendrá consecuencias políticas y sociales, hacia el futuro. Y, por razones obvias, quiero asentar una posición de principios: defender la libertad de expresión, el derecho a la información y la pluralidad en la tenencia de medios impresos oradio eléctricos, no implica caer en brazos de la derecha neoliberal y pro imperialista, y mucho menos en los locos planes violentistas que puedan estar alentando. Que no se confundan los fanáticos chavistas ni los fanáticos antichavistas, pues la mayoría del país no se parece a ellos ni respalda sus métodos fratricidas, que vienen triturando las potencialidades de Venezuela.
Etiquetas: libertad de expresión
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