Así la libertad!
Por María Walter
Los últimos acontecimientos sucedidos en Venezuela hablan de la magnitud de los cambios que el siglo trae aparejados. El siglo XXI es tiempo de concordia. La sociedad mundial dará un vuelco a la paz, aún cuando todo pareciera indicar lo contrario, el nivel de conciencia de la humanidad viviente da la pauta hacia los cambios civilizatorios que son indispensables, Venezuela se abre a ese mar de posibilidades, solo es menester, la toma de conciencia acerca del hacer liberador que la comprensión de las causas de los conflictos acumulados exige.
Mientras permanezcamos ciegos ante la verdad que está allí junto a nosotros, seguiremos errantes sin avanzar en procura de mejores condiciones de vida para todos. Ciertamente nacimos con derecho a ser libres, en consecuencia esa libertad nos da la suficiente fuerza para deslastrarnos de odios y rencores, ya que mientras éstos sean cultivados en nuestro patio seguiremos atascados como sociedad. Si como pueblo nación somos incapaces de vernos unos a otros como hermanos, sencillamente, solo estaremos demostrando que el Siglo XXI nos arrolla.
El Siglo XXI reclama de todos un nuevo hacer civilizatorio donde lo humano que somos se haga manifiesto en toda oportunidad, de allí que, transitar por sus calles con odio en la mirada, discursos incendiarios en abierto afán de desunir solo evidencia, el nivel de logro social que aún hemos de producir. Resulta comprensible ello aún suceda, sin embargo, la magnitud de los cambios ya empieza por hacerse sentir. La humanización de los procesos de logro es una realidad que ya no espera. Esa verdad grabada está en lo mas profundo y es innegable, tu y yo, somos hermanos.
Mas allá del lugar donde el color de nuestras franelas nos ubique, somos hermanos, despertemos, todas tienen grabadas el mismo nombre: Venezuela!
Los últimos acontecimientos sucedidos en Venezuela hablan de la magnitud de los cambios que el siglo trae aparejados. El siglo XXI es tiempo de concordia. La sociedad mundial dará un vuelco a la paz, aún cuando todo pareciera indicar lo contrario, el nivel de conciencia de la humanidad viviente da la pauta hacia los cambios civilizatorios que son indispensables, Venezuela se abre a ese mar de posibilidades, solo es menester, la toma de conciencia acerca del hacer liberador que la comprensión de las causas de los conflictos acumulados exige.
Mientras permanezcamos ciegos ante la verdad que está allí junto a nosotros, seguiremos errantes sin avanzar en procura de mejores condiciones de vida para todos. Ciertamente nacimos con derecho a ser libres, en consecuencia esa libertad nos da la suficiente fuerza para deslastrarnos de odios y rencores, ya que mientras éstos sean cultivados en nuestro patio seguiremos atascados como sociedad. Si como pueblo nación somos incapaces de vernos unos a otros como hermanos, sencillamente, solo estaremos demostrando que el Siglo XXI nos arrolla.
El Siglo XXI reclama de todos un nuevo hacer civilizatorio donde lo humano que somos se haga manifiesto en toda oportunidad, de allí que, transitar por sus calles con odio en la mirada, discursos incendiarios en abierto afán de desunir solo evidencia, el nivel de logro social que aún hemos de producir. Resulta comprensible ello aún suceda, sin embargo, la magnitud de los cambios ya empieza por hacerse sentir. La humanización de los procesos de logro es una realidad que ya no espera. Esa verdad grabada está en lo mas profundo y es innegable, tu y yo, somos hermanos.
Mas allá del lugar donde el color de nuestras franelas nos ubique, somos hermanos, despertemos, todas tienen grabadas el mismo nombre: Venezuela!
El amor que trae de la mano el nuevo siglo espera por ti para el abrazo. No continuemos en el juego de vernos como enemigos cuando en realidad el presente y el futuro, nos pertenece a todos por derecho, así la libertad!
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