El Nuevo Maccarthismo Nacionalchavista
Por: José Rafael López Padrino
Una de las páginas más oscuras de la historia de Estados Unidos seescribió a principios de la década de 1950, cuando el senador de Wisconsin Joseph McCarthy emprendió una campaña de corte fascista acusando de comunistas a todos aquellos que consideraba sus enemigos políticos o que profesaban ideas diferentes a las suyas. Destacados intelectuales y científicos, como los escritores Bertolt Brecha y Allen Adler, el dramaturgo Arthur Miller, el físico Robert Oppenheimer, el economista Paul Sweezy y el periodista Edward R. Murrow, fueron incluidos en listas negras para ser investigados y perseguidos. Artistas de la talla del compositor Leonard Bernstein, el comediante Charles Chaplin, los actores Humphrey Bogart y Herschel Bernardi, y los directores de cine Orson Welles y Walter Benstein, entre muchos otros, fueron acosados por este mísero senador en colaboración con los organismos de seguridad de Estado de esa nación del norte. La táctica de McCarthy se basó en acusar falsamente a sus víctimas de traición a la patria, de subvertir el orden interno, y de atentar con contra seguridad nacional.
Resulta difícil no asociar al infausto senador McCarthy con las acusaciones falaces protagonizadas por Eva Golinger y Mario Silva ante la Comisión de Medios de la Asamblea Nacional, en un intento por recrear la "Cacería de Brujas" por la que cientos de periodistas, escritores y actores norteamericanos o residentes de ese país, fueron denunciados y perseguidos en la década de los 50. El formato utilizado por estos dos rufianes delatores en confabulación con el despreciableLuís Tascón ha sido el mismo del infeliz McCarthy en el siglo pasado. Se trata de 33 periodistas que, como aquellos "10 de Hollywood", han sido inscritos por Golinger en una lista para ser interrogados, acusados y descalificados ante la opinión pública como agentes del gobierno de los Estados Unidos, por el solo delito de haber asistido a seminarios de rutina, donde han participado periodistas de todas las tendencias políticas, incluyendo varios comunicadores sociales afectos al régimen que esta representante del Santo Oficio calla perversamente (el mismo libreto Maccarthista pero con aderezo bolivariano).
La inquisidora Golinger, quien obra como una activista de la lúgubre "Bruin Alumni Association" (Andrew Jones, UCLA, 2005), junto a ese personaje escatológico y paradigma de la indecencia bolivariana Mario Silva, persiguen los mismos objetivos del inefable senador McCarthy: intimidar, aterrorizar, crear un ambiente de sospecha generalizada, estimular la delación y atentar contra el pensamiento crítico. Lovisto en la AN no es más que una clara manifestación del pensamiento fascista del siglo XXI (nacionalchavismo), una repugnante persecución contra todo aquel disidente del pensamiento único. Es la valoración positiva del uso de la violencia, la tropicalización de ese viejo concepto facho de la "persuasión por la fuerza", no importando el medio utilizado para la consecución de tal fin.
Si algo ha caracterizado la política del régimen ha sido su orfandad ideológica, por ello ha basado la misma en los gritos de guerra, en las imprecaciones, en las amenazas, en la intolerancia a la disidencia, en el odio y en la apología a la muerte. La lógica elemental, fundamentalista e irracional del nacionalchavismo (Golinger, Silva, Tascón y asociados) se basa en: "quien no está con nosotros es mercenario del imperio, "todo lo que es diferente a nosotros es peligroso", "Dios y la verdad está siempre de nuestro lado", "es mejor instaurar el orden por la fuerza y el miedo, que dejar florecer la diferencia y la disidencia", etc.
Bien decía el autor nacionalsocialista Wilhelm Stapel (1932): "Dado el carácter elemental del nacionalsocialismo, resulta imposible atacarlo con 'argumentos'. Los argumentos sólo tendrían efecto si el movimiento se hubiera impuesto con ayuda de argumentos
Etiquetas: Eva Golinger
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home