Petróleo y Chantaje Político
Por: Francisco Salazar Martínez
El petróleo venezolano, que jamás ha servido, como aspiraba Arturo Uslar Pietri, para sembrarlo en bien del desarrollo del país, está sirviendo como medio de chantaje político encaminado a comprar adherencias de gobernantes, poco escrupulosos en lo que respecta a la defensa de la soberanía de las naciones que gobiernan.
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Dichos jefes de Estado, suelen renunciar a sus obligaciones primordiales, para acudir vorazmente al ofrecimiento doloso de migajas dolarizadas, importándoles poco la ética que deben observar como gobernantes de sus respectivas naciones.
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Más de un observador de la política internacional venezolana, ha criticado al jefe del Estado, Hugo Chávez Frías, de utilizar la primordial riqueza nacional, como lo es el petróleo, para buscar adherencias de algunas naciones, digamos Bolivia, Ecuador o Nicaragua, a fin de ponerlas al servicio de su proyecto de gobierno mutilador de la democracia venezolana y, al mismo tiempo, aspirante a desvincular a esas naciones de sus raíces históricas indoamericanas, tan caras a nuestro mestizaje amante de la libertad.
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Con el petróleo venezolano y con el nombre de Bolívar, el gobernante de Venezuela trata de comprar gobiernos y gobernantes latinoamericanos, convirtiendo nuestra riqueza primordial en agente corruptor de conductas externas, y a Bolívar en alcahuete de proyectos desvinculados de nuestra idiosincrasia.
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El Bolívar de Chávez no es nuestro Bolívar auténtico, puesto que el Libertador criticó el peculado, la corrupción y el robo de los dineros públicos. Ya lo dijo Uslar Pietri al cumplirse el 150 aniversario de la muerte del Libertador, en memorable discurso pronunciado en el Congreso Nacional. Allí expresó el notable escritor lo siguiente: “El accidente geológico que no hemos sabido dominar y poner al servicio de nuestra voluntad de crecimiento sano y amenaza nuestra identidad de pueblo y nuestro destino...
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La ola de petróleo parece borrar la herencia de Bolívar. Nos aleja y nos enajena de él. Porque nadie que no esté obnulidado de cómplice complacencia puede admitir que pertenezca a su gente la avalancha de logreros, buscones, pícaros de toda laya que ha irrumpido en nuestro presente. Nada tiene que ver con él, con el hombre del sacrificio y del desprendimiento sin límites, los afanados de la riqueza fácil, los perseguidores del dinero azariento y mal habido, los de la ostentación escandalosa de una riqueza sin dignidad...”.
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Las palabras de Uslar están vigentes.
Etiquetas: corrupción
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