La estafa del socialismo del siglo XXI
Por: Jose Rafael López Padrino
Hasta el momento el tan cacareado socialismo del siglo XXI ha resultado ser un gran fiasco, pues lejos de propiciar una sociedad más justa y equitativa, ha promovido un capitalismo de Estado militarizado, una corrupción depredadora y ha impuesto un pensamiento único excluyente. Ello sin ignorar los deseos inocultables de su propio líder de perpetuarse en el poder.
Sin embargo, los voceros de este proyecto depredador siguen repitiendo hasta el cansancio que están construyendo el socialismo del siglo XXI. Pero a todas éstas nos preguntamos ¿De cuál socialismo hablan? ¿Cuáles son sus fundamentos? ¿Cuál es la teoría revolucionaria que lo fundamenta? ¿Cuáles son los actores sociales?. Además, ¿Cuál es el partido de los trabajadores y explotados? ¿Es el PUSV una organización revolucionaria?. Naturalmente, estas interrogantes no tienen respuestas, primeramente porque el proyecto carece de principios ideológicos revolucionarios, y segundo porque los eunucos políticos que lo integran solo saben aplaudir como focas y repetir como cacatúas el lenguaje escatológico de su líder y comandante amado.
Esta estafa social no ha pasado de unas cuantas nacionalizaciones o re-estatizaciones nada extraordinarias y el establecimiento de diversos programas sociales, que lejos de romper con el nudo de la exclusión social lo perpetúan en el tiempo. Obviamente, ninguna de las políticas adoptadas por "el proceso", al margen de su etiquetamiento socialistas, representan verdaderas amenazas que afectan las relaciones de producción existentes en el país y muchos menos apuntan hacia las transformaciones económicas necesarias para llevar al país hacia un sistema socialista. No se ha dado ninguna "ruptura verdadera" con el proyecto de dominación capitalista que prevalece, sino que le pregunten a los integrantes de la nueva aristocracia bolíburguesa que con boina colará calzada ostentan grotesca sus nuevas riquezas.
La "nueva etapa de la revolución socialista bolivariana" resumida en sus "3R" (revisión, rectificación, y reimpulso) constituye parte del nuevo libreto demagógico (sin orden, ni concierto) orientado a reconquistar el universo electoral que cansando de las falsas promesas de un predicador rufián ya no muestra el mismo entusiasmo del pasado. Un buen ejemplo de esta partitura goebbeliana lo constituye la Misión 13 de Abril, destinada a renovar las esperanzas en esas grandes mayorías que siguen esperando por una vivienda digna, por una mejor salud, por un trabajo digno, por una adecuada educación, por una efectiva seguridad social y personal y que para colmos de males sufren el vía crucis del desabastecimiento de los productos esenciales y padecen la inflación más alta de América y una de las más altas del mundo.
El socialismo del siglo XXI del tte coronel constituye un proyecto sin anclaje histórico y sin sujeto social definido que avanza sin mayores sobresaltos hacia el totalitarismo dentro de una visión facho-militarista. El primitivismo y mediocridad ideológica de sus proponentes explica la orfandad de su armazón conceptual y lo limitado de sus propuestas las cuales no han traspasado del umbral de la copia barata de viejas consignas, cuyo sello de originalidad proviene de otras latitudes. En definitiva, estamos ante una mezcolanza de ideas inconexas, de un histrionismo agobiante, de una adoración caudillesca repugnante, de un populismo militarista manipulador y de un control comunicacional asfixiante. Cada vez es más evidente que bajo la bota del tte coronel la utopía socialista luce imposible.
Sin embargo, los voceros de este proyecto depredador siguen repitiendo hasta el cansancio que están construyendo el socialismo del siglo XXI. Pero a todas éstas nos preguntamos ¿De cuál socialismo hablan? ¿Cuáles son sus fundamentos? ¿Cuál es la teoría revolucionaria que lo fundamenta? ¿Cuáles son los actores sociales?. Además, ¿Cuál es el partido de los trabajadores y explotados? ¿Es el PUSV una organización revolucionaria?. Naturalmente, estas interrogantes no tienen respuestas, primeramente porque el proyecto carece de principios ideológicos revolucionarios, y segundo porque los eunucos políticos que lo integran solo saben aplaudir como focas y repetir como cacatúas el lenguaje escatológico de su líder y comandante amado.
Esta estafa social no ha pasado de unas cuantas nacionalizaciones o re-estatizaciones nada extraordinarias y el establecimiento de diversos programas sociales, que lejos de romper con el nudo de la exclusión social lo perpetúan en el tiempo. Obviamente, ninguna de las políticas adoptadas por "el proceso", al margen de su etiquetamiento socialistas, representan verdaderas amenazas que afectan las relaciones de producción existentes en el país y muchos menos apuntan hacia las transformaciones económicas necesarias para llevar al país hacia un sistema socialista. No se ha dado ninguna "ruptura verdadera" con el proyecto de dominación capitalista que prevalece, sino que le pregunten a los integrantes de la nueva aristocracia bolíburguesa que con boina colará calzada ostentan grotesca sus nuevas riquezas.
La "nueva etapa de la revolución socialista bolivariana" resumida en sus "3R" (revisión, rectificación, y reimpulso) constituye parte del nuevo libreto demagógico (sin orden, ni concierto) orientado a reconquistar el universo electoral que cansando de las falsas promesas de un predicador rufián ya no muestra el mismo entusiasmo del pasado. Un buen ejemplo de esta partitura goebbeliana lo constituye la Misión 13 de Abril, destinada a renovar las esperanzas en esas grandes mayorías que siguen esperando por una vivienda digna, por una mejor salud, por un trabajo digno, por una adecuada educación, por una efectiva seguridad social y personal y que para colmos de males sufren el vía crucis del desabastecimiento de los productos esenciales y padecen la inflación más alta de América y una de las más altas del mundo.
El socialismo del siglo XXI del tte coronel constituye un proyecto sin anclaje histórico y sin sujeto social definido que avanza sin mayores sobresaltos hacia el totalitarismo dentro de una visión facho-militarista. El primitivismo y mediocridad ideológica de sus proponentes explica la orfandad de su armazón conceptual y lo limitado de sus propuestas las cuales no han traspasado del umbral de la copia barata de viejas consignas, cuyo sello de originalidad proviene de otras latitudes. En definitiva, estamos ante una mezcolanza de ideas inconexas, de un histrionismo agobiante, de una adoración caudillesca repugnante, de un populismo militarista manipulador y de un control comunicacional asfixiante. Cada vez es más evidente que bajo la bota del tte coronel la utopía socialista luce imposible.
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