LA LEY DEL SAPEO
Por: María Walter
Establecer como norma el ejercicio discrecional de los funcionarios para invadir la privacidad de los ciudadanos, grabar conversaciones telefónicas, filmar movimientos y fotografiar actividades o personas tenidas por sospechosas no tiene otro nombre que la puesta en vigencia de la Ley del Sapeo, ley que bajo el rimbombante nombre de Ley del Sistema de Inteligencia y Contrainteligencia solo pretende que “el sapeo” sea la nueva práctica cultural del venezolano como estrategia para que el gobierno detenga a potenciales enemigos sin que una orden judicial sea indispensable, así el “sapear” será tenido como el nuevo sistema de informantes a nivel nacional - tanto para el sector civil como para el militar- y hará posible, en procura de "anticipar'' delitos, se pueda detener a los ciudadanos que –a criterio de los señores sapos- sean considerados responsables de atentatorias contra la estabilidad y la soberanía del país...
A decir de las autoridades las razones que motivaron la Ley del Sapeo se relacionan directamente con la necesidad de dar respuesta a la potencial amenaza de una invasión armada por parte de los Estados Unidos, sin embargo, el hecho que un gobierno se vea en la necesidad de establecer la Ley del Sapeo no es más que la evidencia de su temor profundo de que sus debilidades reales sean conocidas y con franqueza debatidas por la ciudadanía. Facilitar al gobierno de información anticipada de hechos atentatorios contra su frágil competencia es lo que se deja en evidencia con este nuevo cuerpo normativo. La verdad está allí, aunque se diga lo contrario… La puesta en vigencia de esta Ley obligará al venezolano común a defender la estabilidad de la revolución bolivariana aún cuando no la comparta, ya que, el sistema de contrainteligencia se centra en detectar amenazas aunque no las hubiere, así la oposición venezolana (incluido por supuesto el movimiento estudiantil) podrá adquirir a juicio de quienes así lo consideren, el valor ya no de voces disidentes sino de conspiradoras -civiles o militares- y, el boicot será tenido como cierto, y como tal tratado, ciñéndose a cabalidad su tratamiento al Estado de Derecho que se pretende bajo el prisma de la nueva Ley, oportuna por cierto para ir imponiendo por la fuerza la práctica del dejar hacer dejar pasar a todo lo que haga el gobierno, independientemente ésto sea, contrario a los principios constitucionales, la Libertad, la mentada Justicia...
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Nada mas antidemocrático que la nueva Ley, pues con ella solo se pretende que la ciudadanía por temor a opinar conceda total impunidad a la acción del gobierno y, el gobierno ante el sapeo de la denuncia o la simple opinión o comentario de cualquier vecino, asuma que lo que se está informando, es atentatorio a la seguridad nacional y por lo tanto, de competencia de los órganos de seguridad del Estado, lo que no es otra cosa que, la muy hábil maniobra que han empleado otros gobiernos dictatoriales en el mundo para justificar el encarcelamiento de la disidencia y por supuesto, ejercer el control absoluto sobre lo que se opina y difunde… Si tal sistema se llegare a implementar como se pinta, por supuesto requerirá de sapos fuera del gobierno porque unos sapos desde el gobierno ya vigilan a unos cuantos que no lo son, pero igualitico, pues ahora, esos sapos serán vigilados por otros sapos, que a sus vez otros sapos vigilarán y así, hasta llegar arribota donde ningún sapo podrá decir lo que el Representante Mayor de la comarca hace contra la soberanía nacional pues, él, Sr. de la Ley del Sapeo está a resguardo en eso del Sistema de Información y contrainformación, alabado sea.
¿Acaso los anuncios oficiales al exponer abiertamente ante “los enemigos externos” el grado de debilidad estratégica de la República no es atentatorio real a la soberanía??
Oh madre Themis por cual costa arribarán las naves??
Baje el telón.
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