Las FARC, Venezuela y Colombia
Por: Manuel Isidro Molina
Como en otras áreas, la ligereza caracteriza muchos planteamientos que en Venezuela se hacen sobre la convulsionada vida interior de Colombia, sus relaciones con Venezuela y específicamente sobre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Lo primero que hay que puntualizar es que la acumulación de injusticias sociales, violencia política y mafias delictivas es un fenómeno complejo de la sociedad colombiana, que ha descargado severas consecuencias sobre sus países vecinos, durante los últimos sesenta años, se dice que desde el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, líder del partido Liberal, el 9 de abril de 1948.
Las convulsiones internas de Colombia siempre han golpeado a Venezuela, a pesar de lo cual nuestro pueblo ha sido –y debe serlo- generoso con la ola histórica de emigrantes colombianos que se han asentado fraternalmente en nuestro país, ya integrantes de los nacionales venezolanos. Esa fraternidad no debe ser confundida con la tolerancia cómplice de la delincuencia colombiana, la corrupción de sus estratos gobernantes, la violación de derechos humanos que han prohijado, las mafias del narcotráfico, los secuestradores-extorsionadores, los traficantes de vehículos robados y combustibles. Tampoco, con los guerrilleros y paramilitares, que se han tomado el territorio venezolano como aliviadero y zona de obtención de recursos y copamiento de grandes extensiones territoriales.
Ante ese adverso fenómeno colombiano, los venezolanos y venezolanas debemos mantener una sola posición: celosa defensa de nuestra soberanía, combate eficaz contra todas esas manifestaciones delictivas, y estrechamiento de las relaciones políticas, culturales y económicas con los sectores honestos, amistosos y productivos de Colombia.
Contra Venezuela está funcionando el "Plan Colombia", financiado y dirigido por Estados Unidos, potencia mundial que tiene en el país vecino la mayor presencia militar extranjera en América Latina y el Caribe. Las ridículas rabietas del presidente Hugo Chávez le hacen el juego, su irresponsabilidad lo coloca como protagonista principal del cerco político-militar que hoy acecha a Venezuela.
Las FARC son una organización guerrillera histórica de Colombia, y debe ser tratada como problema político, no como simple manifestación delictiva, independientemente de sus desviaciones y errores.
Difícilmente habrá paz en Colombia, por la vía del exterminio militar ejecutado por Bogotá y Washington. Si el gobierno de Chávez fuese racional y auténticamente democrático, ya hubiese convocado a una mesa nacional sobre temas colombo-venezolanos, propiciando así una postura realmente nacional frente a los fenómenos interiores de Colombia, y un encuentro de voluntades para buscar soluciones políticas y antidelictivas, que no son lo mismo.
Etiquetas: narcotrafico
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