Armamentismo Faraónico
Por: José Rafael López Padrino
Desde su llegada al cargo presidencial en 1999, el tte coronel ha invertido buena parte del presupuesto nacional en gastos militares fastuosos calificados cínicamente como 'rutinarios'. Ello contrario a su discurso demagógico en el cual ha proclamado que "si todos los países del mundo dieran a los pobres lo que gastan en armas, ya no habría pobreza en el mundo".
No tiene justificación que un país como Venezuela destine tanto dinero a fines armamentistas, en lugar de atender primero problemas muy graves, como la pobreza, la vivienda, la criminalidad, la salud, la seguridad social y alimentaria, la educación, el desarrollo de la agricultura y de la industria como fuentes de pleno empleo, etc. Esta espiral demencial del gasto militar se ha evidenciado con las compras de una flotilla de aviones cazas Sukhoi-30, helicópteros Mi-26, Mi-35 y Mi-17, de fusiles de asalto Kalashnikov AK-103. Malversación de fondos que continua al conocerse las nuevas adquisiciones consistentes en submarinos proyecto 636, aviones de transporte Iliuchin-76MD-90, e Iliuchin-78MK, helicópteros de ataque Mi-28NE, todos ellos de fabricación rusa, así como de aviones de entrenamiento K-8 de fabricación china, compras que podrían alcanzar los 5.000 millones dólares. Producto de ello Venezuela se ha convertido en el mayor comprador de armas de América Latina.
Entonces, ¿por qué Venezuela gasta enormes presupuestos en la compra de armamento? La respuesta es sencilla, el tte coronel presionado por la pérdida de su popularidad y por la crisis que vive el país (desempleo, desabastecimiento de alimentos y medicinas, inflación galopante, inseguridad personal, falta de viviendas, crisis médico-asistencial y educativa, misiones colapsadas, corrupción generalizada, endeudamiento externo e interno desenfrenado, etc.) recurre al viejo libreto del enemigo externo. En esta oportunidad el enemigo escogido no ha sido el lejano Mr Danger y sus marines, sino Colombia por su condición de país limítrofe y por la identificación de Uribe como adversario político. Montaje belicista, que ha implicado la movilización de unidades militares, activación de nuevos batallones de la reserva y más recientemente la creación de unidades de respuesta rápida (URR) del PSUV (versión bolivariana de los Tonton Macoute). Libreto en el cual no podían faltar las habituales amenazas guerreristas y las proclamas patrioteras como parte de esa escenografía cursi y decadente de los proyectos militaristas.
Pero ¿Cuál es la justificación entonces de la compra de tantas armas por parte del tte coronel? Es la clásica fuga militarista hacia adelante a la luz de los escuálidos resultados socioeconómicos de su gestión de gobierno. Es parte de esa epopeya fantasiosa con la cual se pretende desviar la atención de los venezolanos de sus problemas fundamentales. Hazaña bolivarista fuerte que ha permitido un mayor enriquecimiento a los viejos y nuevo "perros de la guerra", flamantes integrantes de la nueva oligarquía bolivariana.
Finalmente, es vergonzoso ver como sectores que en el pasado cuestionaban las excesivas erogaciones por concepto de compras de armas, hoy doblan su cerviz y aplauden cual focas de circo las erogaciones faraónicas ordenadas por el usuario de la Presidencia para la compra de un material bélico innecesario que solo responde a sus planes perversos de perpetuarse en el poder.
No tiene justificación que un país como Venezuela destine tanto dinero a fines armamentistas, en lugar de atender primero problemas muy graves, como la pobreza, la vivienda, la criminalidad, la salud, la seguridad social y alimentaria, la educación, el desarrollo de la agricultura y de la industria como fuentes de pleno empleo, etc. Esta espiral demencial del gasto militar se ha evidenciado con las compras de una flotilla de aviones cazas Sukhoi-30, helicópteros Mi-26, Mi-35 y Mi-17, de fusiles de asalto Kalashnikov AK-103. Malversación de fondos que continua al conocerse las nuevas adquisiciones consistentes en submarinos proyecto 636, aviones de transporte Iliuchin-76MD-90, e Iliuchin-78MK, helicópteros de ataque Mi-28NE, todos ellos de fabricación rusa, así como de aviones de entrenamiento K-8 de fabricación china, compras que podrían alcanzar los 5.000 millones dólares. Producto de ello Venezuela se ha convertido en el mayor comprador de armas de América Latina.
Entonces, ¿por qué Venezuela gasta enormes presupuestos en la compra de armamento? La respuesta es sencilla, el tte coronel presionado por la pérdida de su popularidad y por la crisis que vive el país (desempleo, desabastecimiento de alimentos y medicinas, inflación galopante, inseguridad personal, falta de viviendas, crisis médico-asistencial y educativa, misiones colapsadas, corrupción generalizada, endeudamiento externo e interno desenfrenado, etc.) recurre al viejo libreto del enemigo externo. En esta oportunidad el enemigo escogido no ha sido el lejano Mr Danger y sus marines, sino Colombia por su condición de país limítrofe y por la identificación de Uribe como adversario político. Montaje belicista, que ha implicado la movilización de unidades militares, activación de nuevos batallones de la reserva y más recientemente la creación de unidades de respuesta rápida (URR) del PSUV (versión bolivariana de los Tonton Macoute). Libreto en el cual no podían faltar las habituales amenazas guerreristas y las proclamas patrioteras como parte de esa escenografía cursi y decadente de los proyectos militaristas.
Pero ¿Cuál es la justificación entonces de la compra de tantas armas por parte del tte coronel? Es la clásica fuga militarista hacia adelante a la luz de los escuálidos resultados socioeconómicos de su gestión de gobierno. Es parte de esa epopeya fantasiosa con la cual se pretende desviar la atención de los venezolanos de sus problemas fundamentales. Hazaña bolivarista fuerte que ha permitido un mayor enriquecimiento a los viejos y nuevo "perros de la guerra", flamantes integrantes de la nueva oligarquía bolivariana.
Finalmente, es vergonzoso ver como sectores que en el pasado cuestionaban las excesivas erogaciones por concepto de compras de armas, hoy doblan su cerviz y aplauden cual focas de circo las erogaciones faraónicas ordenadas por el usuario de la Presidencia para la compra de un material bélico innecesario que solo responde a sus planes perversos de perpetuarse en el poder.
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