Capitán Alvarado Franco: Golpe, patria o muerte
Por: Alberto Jordán Hernández
E-mail: albertojordanhernandez@yahoo.es
Tomado de: NOTITARDE
7 DE ABRIL 2009:81 AÑOS DE LA ACCION DE LA GENERACION DE 1928
Golpe, patria o muerte
Por la Patria hasta la muerte! era el “santo y seña” de aquella juventud -estudiantil y militar- que en intento golpista irrumpió contra el régimen dictatorial del general Juan Vicente Gómez, quien llevaba 20 años gobernando a Venezuela, no como un cuartel, sí como una hacienda, acción de la cual se cumplen 81 años este 7 de abril.
La rebelión tenida como la primera consecuencia de la Semana del Estudiante dio justamente a los 2 meses de esta célebre acción que le declaró la guerra a la dictadura y pasó a la historia como Generación del 28. Los 252 cursantes de la Universidad Central de Venezuela y quienes se le sumaron en la lucha, causaron manifestaciones pro libertad en Caracas y otras ciudades, conmovieron al sector militar. Este, liderado por el capitán Rafael Alvarado Franco, creó un “Movimiento patriótico que no tenía más objeto que el de proporcionarle a su país unas elecciones completamente libres para elegir un candidato completamente civil”.
La rebelión tenida como la primera consecuencia de la Semana del Estudiante dio justamente a los 2 meses de esta célebre acción que le declaró la guerra a la dictadura y pasó a la historia como Generación del 28. Los 252 cursantes de la Universidad Central de Venezuela y quienes se le sumaron en la lucha, causaron manifestaciones pro libertad en Caracas y otras ciudades, conmovieron al sector militar. Este, liderado por el capitán Rafael Alvarado Franco, creó un “Movimiento patriótico que no tenía más objeto que el de proporcionarle a su país unas elecciones completamente libres para elegir un candidato completamente civil”.
-No tenía otro fin que aspirar para mi Patria un gobierno que fuera eminentemente liberal y una Institución Armada que no tuviera otra misión que el sostenimiento de la Constitución y de las Leyes -declararía después este oficial yaracuyano.
Inicialmente la conspiración en la cual estaban involucrados los cuarteles San Carlos y Miraflores y la Escuela Militar, fijó el golpe para el 1º de abril del 28, cuando el “benemérito” saldría de Maracay, lugar de residencia, para ir a inaugurar el hotel “Miramar” de Macuto, después de una permanencia de dos días en Caracas, tal era su costumbre. El dirigente estudiantil, Juan José Palacios quien coordinaría los contactos universitarios con los militares, relataría años después que “el propósito era asegurar la persona física del dictador”.
Inicialmente la conspiración en la cual estaban involucrados los cuarteles San Carlos y Miraflores y la Escuela Militar, fijó el golpe para el 1º de abril del 28, cuando el “benemérito” saldría de Maracay, lugar de residencia, para ir a inaugurar el hotel “Miramar” de Macuto, después de una permanencia de dos días en Caracas, tal era su costumbre. El dirigente estudiantil, Juan José Palacios quien coordinaría los contactos universitarios con los militares, relataría años después que “el propósito era asegurar la persona física del dictador”.
Eustoquio Gómez, primo del tirano testimoniaría que tenían preparadas bombas explosivas en Antímano, que le lanzarían cuando pasara y que desde Los Teques hasta Caracas regaron vidrios y tachuelas. El viaje no se dio y se aplazó el golpe porque confiaban en el triunfo; tanto que hasta tenían una Junta de Notables que asumiría el mando. Entre otros nombres se mencionaban los de Rafael Arévalo González, Juan José Mendoza, Ramón Parpacén, Guillermo López, Juan José Abreu, Alejandro Lara, José Ramón Ayala; todos civiles.
Su hijo, el Alférez Eleazar López Wolkmar, nacido en La Vela de Coro, sí se comprometió. Fue él quien, en vísperas de la insurgencia, dio cuenta de la delación, atribuida al teniente tachirense Mariano Montilla. Esto llevó al adelanto del movimiento, ante la incertidumbre de ser apresados sin haber logrado siquiera un gesto. Así, la Federación de Estudiantes de Venezuela, presidida entonces que por José Tomás Jiménez Arráiz, quien inauguró un nuevo local, que no tardó en colmarse, con una fiesta. Fue un pretexto para el reclutamiento masivo de los estudiantes. El que entraba no salía.
A la una de la madrugada del día 7, fueron saliendo en grupos que se ubicarían en las adyacencias del Cuartel San Carlos, a la espera del llamado para penetrar en su interior. Esto se intentaría una vez que los militares insurrectos tomaran la instalación. Igual situación se planteó en el Palacio Presidencial.
López Contreras se apersonó en el San Carlos y desde allí abortó la insurrección, lo cual logró luego de un tiroteo que dejó varios muertos y heridos.
La insurrección sirvió para desenmascarar públicamente a la dictadura y de nuevo el espíritu de libertad se manifestó en diferentes formas, transmitieron en mensaje estudiante exiliados.
Con los militares hubo un Pueblo en Rebeldía (así tituló Francisco Betancourt Sosa, uno de los jóvenes golpistas, su libro de relatos de la sublevación),
Etiquetas: Capitán Rafael Telésforo Alvarado Franco, Generación del 28
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