Usos del marxismo
Por: Orlando Ochoa
El presidente Chávez adelanta atropelladamente cambios de leyes para implantar un proyecto socialista marxista, trágicamente inspirado en los errores de la colectivización soviética en el siglo XX. Peor aún, el intento de dar un barniz de legalidad nos llevó a un referéndum sobre una reforma constitucional en diciembre 2007, aunque se trataba de un cambio de fondo de la Constitución, el cual fue rechazado por el voto popular. Aún así se hacen leyes acompañadas de propaganda fascista para implantar el proyecto chavista. Para los dogmaticos y sus socios cívico-militares, dedicados a saquear el tesoro nacional, el romper abiertamente con la práctica democrática no es un problema. Los primeros, todavía se aferran a ideas del siglo XX, de tomar por asalto las instituciones “burguesas” y usarlas para sus presuntos fines “revolucionarios” que arruinan la economía. Para los segundos, dedicados al enriquecimiento en el poder, no les importa ni etiqueta ideológica, ni el tener que disfrazarse de rojo.
El radicalismo de izquierda anacrónica, movido por dogmatismo o por resentimiento social, cree poder imponer, sin consecuencias, las comunas y consejos socialistas como parte de la base económica de una sociedad en el siglo XXI, mientras se vende petróleo a mercados capitalista con ganancias extraordinarias y se importa masivamente, con privilegios de acceso a divisas para los grupos fascistas que montan empresas intermediarias. Ninguna sociedad puede reorganizarse con equidad y progreso, sin una economía fuerte, estable y diversificada. Es elemental.
Lo más importante para Hugo Chávez es que la concentración de poder en la trillada “transición” socialista, según el desempolvado marxismo-leninista, requiere de un líder indispensable e irremplazable. El proyecto socialista chavista ya está ahogado en corrupción y ha causado enormes daños económicos. Nadie sensato en el planeta mira al gobierno de Hugo Chávez como un modelo ideológico. No hay ideas innovadoras para el siglo XXI, sino absurdos planes con despilfarro de dinero petrolero. Imponer esta pobre perspectiva utilitaria del marxismo, distante de la sociedad del conocimiento, es solamente ventajoso para intentar justificar un liderazgo autoritario que articula sus resentimientos sociales y groseras ambiciones con el uso de esta conveniente ideología.
Nota: La discusión sobre otras formas de socialismo democrático existe en Venezuela, aunque le falta expresión pública. Es importante para el país que los sectores de la izquierda, sobretodo los de larga trayectoria, que no avalen los procedimientos usados y argumentos ideológicos promovidos por el Gobierno y sus voceros, expliquen las diferencias y se distancien oportunamente de sus perversas consecuencias sociales. También habrán implicaciones legales, las cuales serán enfrentadas más temprano que tarde por los actores involucrados con sus responsabilidades.
1 Comments:
Estimo que podría ser positivo promover foros para tratar las ideas de Marx a objeto de que una gran mayoría las conozca.Así habría la posibilidad de que se asuma una actitud objetiva frente a los planteamisntos del Gobierno.
Publicar un comentario
<< Home