Culto a la Infabilidad del Lider
Existe una afinidad conceptual e histórica entre los proyectos nazi-fascistas y la conversión de una personalidad gobernante en un fetiche. La base teórica del culto a la personalidad radica en la concepción idealista de la historia, según la cual el curso de esta última no es determinado por la acción de las masas, del pueblo, sino por los deseos y la voluntad de los hombres (Diccionario Soviético de Filosofía).
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El socialfascismo bolivariano descansa sobre un nefasto culto a la personalidad, basado en la proyección de instintos mesiánicos y en un providencialismo insensato en torno a la figura del tte coronel. Eso de transformar a una persona en una especie de superhombre dotado de características sobrenaturales, comparables a las de un Dios, es contrario al pensamiento marxista. El socialfascismo publicita falazmente la figura del tte coronel como el salvador de la Patria humillada, como el padre fundador de la nueva República, y el heredero de los legados libertarios de Simón Bolívar. Este culto a la infalibilidad del líder es obsesivo, y supera con creces cualquier experiencia previa en nuestra historia Republicana.
El socialfascismo bolivariano descansa sobre un nefasto culto a la personalidad, basado en la proyección de instintos mesiánicos y en un providencialismo insensato en torno a la figura del tte coronel. Eso de transformar a una persona en una especie de superhombre dotado de características sobrenaturales, comparables a las de un Dios, es contrario al pensamiento marxista. El socialfascismo publicita falazmente la figura del tte coronel como el salvador de la Patria humillada, como el padre fundador de la nueva República, y el heredero de los legados libertarios de Simón Bolívar. Este culto a la infalibilidad del líder es obsesivo, y supera con creces cualquier experiencia previa en nuestra historia Republicana.
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El vocinglero de Miraflores mercadea, dirige y promueve el mismo su culto, sin ningún tipo de escrúpulo. Se ofrece como el redentor, como el imprescindible, e inventa en cada aparición pública una autobiografía para insertarse en el panteón de los próceres y en el altar de una revolución inexistente. Su cesarismo se evidencia en el hecho de que es presidente de la República, vocero de la revolución, presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), redactor de leyes para la Asamblea Nacional y comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional. Todas las decisiones de trascendencia en el Estado tienen su impronta.
El vocinglero de Miraflores mercadea, dirige y promueve el mismo su culto, sin ningún tipo de escrúpulo. Se ofrece como el redentor, como el imprescindible, e inventa en cada aparición pública una autobiografía para insertarse en el panteón de los próceres y en el altar de una revolución inexistente. Su cesarismo se evidencia en el hecho de que es presidente de la República, vocero de la revolución, presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), redactor de leyes para la Asamblea Nacional y comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional. Todas las decisiones de trascendencia en el Estado tienen su impronta.
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Los integrantes de la actual dirección nacional del PSUV pasaron por el filtro de su “visto bueno” antes de ser sometidos al voto de la militancia. Lo mismo puede decirse de los integrantes de la Asamblea Nacional y de los alcaldes y gobernadores. Este asqueroso culto a la personalidad, ha sido reconocido hasta por los propios intelectuales al servicio del régimen, quienes apelando a un discurso meloso, y timorato, lo han calificado de “hiperliderazgo presidencial” (Reunión Intelectuales, Democracia y Socialismo – Foro Miranda). A pesar de lo cuidadoso y delicado que fueron estos felicitadores de oficio, sus asustadizas observaciones desataron la ira del Supremo quien las descalificó de inmediato, y uno de sus desvergonzados ministros, que brilla por su formación intelectual, los etiquetó como habladores de paja. Estos aduladores tarifados, practicantes de una castrante devoción hacia el líder del proceso, son renuentes a quitarse las gríngolas del oportunismo, al solidarizarse con este mafioso y arrogante capitalismo de Estado militarizado (Socialfascismo bolivariano).
.Esta concepción providencialista de la divinidad del inquilino de Miraflores, ha impuesto obediencias incondicionales, disciplinas verticales, y el cese de toda crítica ("credere, obedire, combatere" Benito Mussolini). Es la emergencia otra vez de la visión antihistórica de la propuesta “Caudillo-Ejercito-Pueblo”, formulada por el facho argentino Norberto Ceresole. Proyecto que lejos de promover una alternativa socialista, ha fortalecido un capitalismo salvaje y a una boliburguesía emergente que se enriquece sin contención alguna. Por esta vía, el caudillo de Sabaneta aspira a transformarse en sujeto indispensable para el destino de muchos y anclarse en la conciencia y el corazón de las grandes mayorías en forma permanente.
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Acá no hay revolución alguna, sino un proyecto basado en la omnipresencia y veneración de un supuesto profeta tropical -cree que los dioses lo han elegido para cumplir un alto papel en la Patria-, que ya alcanza tintes novelescos. Las revoluciones verdaderamente socialistas son obra de un esfuerzo colectivo, basadas en proyectos libertarios, que escapan a la discrecionalidad de cualquier “líder fundamental”, y por ende desbordan al ciclo vital del líder de turno. Contrariamente, el socialfascismo del tte coronel, responde a un proyecto autoritario, que depende de su ciclo vital y que acabará con su ocaso. El huidizo de Miraflores, no pertenece a la genealogía del pensamiento de Marx, que concibe la historia en términos de lucha de clases sociales, sino se inscribe en la ideología nazi-fascista de los héroes que guían al “pueblo”, y supuestamente lo encarnan, y redimen.
Acá no hay revolución alguna, sino un proyecto basado en la omnipresencia y veneración de un supuesto profeta tropical -cree que los dioses lo han elegido para cumplir un alto papel en la Patria-, que ya alcanza tintes novelescos. Las revoluciones verdaderamente socialistas son obra de un esfuerzo colectivo, basadas en proyectos libertarios, que escapan a la discrecionalidad de cualquier “líder fundamental”, y por ende desbordan al ciclo vital del líder de turno. Contrariamente, el socialfascismo del tte coronel, responde a un proyecto autoritario, que depende de su ciclo vital y que acabará con su ocaso. El huidizo de Miraflores, no pertenece a la genealogía del pensamiento de Marx, que concibe la historia en términos de lucha de clases sociales, sino se inscribe en la ideología nazi-fascista de los héroes que guían al “pueblo”, y supuestamente lo encarnan, y redimen.
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Para muchos “revolucionarios” que hoy defienden este engendro de proyecto, atrás quedaron los ideales, los principios y los valores, si es que alguna vez los tuvieron; su pragmatismo político los ha llevado a promover las categorías epistemológicas que arroparon, y encumbraron a Mussolini y a Hitler, en la imposición de una idolatría, propia de los proyectos de extrema derecha derrotados en el pasado.
Para muchos “revolucionarios” que hoy defienden este engendro de proyecto, atrás quedaron los ideales, los principios y los valores, si es que alguna vez los tuvieron; su pragmatismo político los ha llevado a promover las categorías epistemológicas que arroparon, y encumbraron a Mussolini y a Hitler, en la imposición de una idolatría, propia de los proyectos de extrema derecha derrotados en el pasado.
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