Neoimperialismo Socialfascista

Por: José Rafael López Padrino

Todos los imperios se han justificado históricamente apelando a razones nobles para afianzar sus aventuras expansionistas. Por ejemplo, los españoles del siglo XVI defendían la Conquista por haber conseguido, "la conversión de tantas ánimas que se han salvado y cada día se salvan, y que antes iban perdidas al infierno". Los ingleses y norteamericanos (siglos XIX-XXI), han justificado sus criminales aventuras neocolonialistas, como acciones en favor de la libertad, la democracia y el desarrollo de los pueblos.

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La política exterior del tte coronel se enmarca dentro de un vigoroso plan expansionista neoimperial, cuyos orígenes se encuentran en la doctrina acuñada por el fascista Norberto Ceresole, quien señalaba la necesidad de construir un espacio geopolítico vital en Latinoamérica, como elemento fundamental para la subsistencia de la revolución bolivariana. Esta visión expansionista de dominación, esta basada en la concepción nazista del “Lebensraum” o “espacio vital alemán”, la cual se ha convertido en la “hoja de ruta” de la política exterior venezolana.

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El surgimiento de este nefasto neoimperialismo bolivariano, ha requerido de la utilización del petróleo como palanca para imponer sus criterios políticos a nivel continental. La creación de instancias como el ALBA, Petrocaribe (petróleo barato) y el uso discrecional de la petrochequera del tte coronel, han jugado un papel determinante en la consolidación de este perverso subproyecto de dominación en Estados económicamente débiles. Ayudas y suministros que lejos de tener un carácter solidario para con los pueblos, son simplemente instrumentos de chantaje y subordinación, pues cuando surgen discrepancias políticas, las dadivas son suspendidas como sucedió con República Dominica en el pasado y ahora con Honduras. Además, ha sido necesaria la colaboración incondicional de gobiernos lambebotas (postrados a los pies del poderoso), que han posibilitado la implementación de la recolonización política y económica de sus pueblos. El lambebotismo en nuestra América no es un fenómeno nuevo: siempre han existido presidentes mercaderes dispuestos a colaborar en el sometimiento de sus propias naciones, a cambio de dividendos materiales o beneficios políticos. Todo ello, apuntalado por una propaganda Goebbeliana, transmitida por la panfletaria Telesur y la escatológica VTV, aplicando el aforismo “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.

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Adicionalmente, este mísero proyecto neocolonial ha contado con el celestinaje del ambicioso José Miguel Insulza, Secretario General de la OEA, escurridizo ideológico proveniente de las filas de la Democracia Cristiana Chilena, y luego del Movimiento Popular de Acción Unitaria, devenido finalmente en socialista renovado, y hoy vasallo al servicio del proyecto cuartelario del felón de Miraflores. El ogro del Tío Sam, tiene ahora su competencia regional en el comandante con charreteras de hoja lata.