Jauría Socialfascista
Por: José Rafael López Padrino
Gráfica: El criminal Benavides Torres y Secuaces.
El régimen fascista del tte coronel ha intensificado la violación de los derechos humanos, mediante la puesta en marcha de una represión criminal contra los estudiantes, periodistas, trabajadores y todo aquel que no comparta su proyecto cuartelario. Además, ha proseguido la militarización de la sociedad, así como el sojuzgamiento de todos los poderes públicos a su voluntad. La brutal agresión de que fueron víctimas los doce periodistas de la Cadena Capriles, a manos de las bandas de malandros del régimen, y más recientemente los estudiantes de la Universidad de Los Andes, confirma el carácter fascista del proyecto que encarna el huidizo de Miraflores y sus lacayos. Pero más grave aún, ha sido oír y ver al Duce tropical y sus amanuenses, justificar la criminal cayapa realizada por sus tarifados delincuentes, al afirmar de que “existen pruebas de que el grupo de periodistas agredidos propiciaron el ataque”, pues habían participado como activistas políticos en una protesta contra una nueva ley de educación. ¿Como justificar el ataque a un grupo de mujeres periodistas, que sólo estaban repartiendo panfletos pacíficamente en contra de la inconstitucional Ley Orgánica de Educación? Sólo sujetos con incapacidad para sentir el dolor causado a su víctima, un superego con ausencia de culpa, y un elemento básico que es el odio y aversión hacia las mujeres (misoginia), pueden consumar estos ataques o justificar los mismos.
Otros serviles al servicio del inquilino de Miraflores, han pretendido justificar la actitud delincuencial de estas hordas que ejercen una violencia irracional. Cada uno a su manera, pero en el fondo repitiendo el mismo discurso del gorila caribeño: acusar a los agredidos de haber provocado deliberadamente el ataque del cual fueron víctimas, de “incitar al odio, a la desobediencia de las leyes, a desestabilizar la tranquilidad de los ciudadanos venezolanos”. La Fiscal del gobierno -no de la República- Ortega Díaz, afirmó “que los periodistas agredidos no estaban en ese momento actuando como tales y que por lo tanto deberían renunciar a su condición de comunicadores sociales”. Es decir que los trabajadores de los medios de comunicación tienen prohibido expresar sus opiniones fuera de los medios. En otras palabras, su condición de comunicadores, les conculca sus derechos ciudadanos según la inefable Fiscal. Pero peor aún, justificar que los "fascios con camisas rojas" (versión endógena de la Milizia Volontaria per la Sicurezza Nazionale), que actúan libremente a la luz pública, tienen derecho para agredir y golpear, a cualquier ciudadano que exprese sus opiniones contrarias a la voluntad del monarca de Sabaneta. Otro de los eunucos que ha justificado esta vil agresión ha sido Oscar Figuera, una especie de Victorio Codovilla -comunista argentino que apoyó al régimen fascista de Perón-, quien cínicamente ha afirmado "Quien sea vocero de la contrarrevolución en circunstancias como esta debe saber que, a veces, las fuerzas de la revolución pueden tener respuestas como esta". Solo a un renegado ideológico se le ocurre pensar que agrediendo salvajemente a los trabajadores, se construye y se defiende una revolución.
Pero más sorprendente fue escuchar al ministro Alí Rodríguez repetir, palabras más, palabras menos, el discurso de su tte coronel. Este hombre que en el pasado se jugó la vida en nombre de valores ideológicos, con quien compartíamos sueños, alegrías, angustias y pesares, hoy se suma a los tantos otros Iscariotes que se arrodillan ante la bota militar y se hacen cómplices de los abusos, de los atropellos y de los crímenes que hoy comete el régimen. Otros, han guardado un silencio celestino y sepulcral, como Desirée Santos Amaral y Helena Salcedo. Definitivamente la obediencia ciega y el secuestro del espíritu critico, los ha convertido en verdaderos bastardos al servicio un nefasto proyecto totalitario-militarista.
Otros serviles al servicio del inquilino de Miraflores, han pretendido justificar la actitud delincuencial de estas hordas que ejercen una violencia irracional. Cada uno a su manera, pero en el fondo repitiendo el mismo discurso del gorila caribeño: acusar a los agredidos de haber provocado deliberadamente el ataque del cual fueron víctimas, de “incitar al odio, a la desobediencia de las leyes, a desestabilizar la tranquilidad de los ciudadanos venezolanos”. La Fiscal del gobierno -no de la República- Ortega Díaz, afirmó “que los periodistas agredidos no estaban en ese momento actuando como tales y que por lo tanto deberían renunciar a su condición de comunicadores sociales”. Es decir que los trabajadores de los medios de comunicación tienen prohibido expresar sus opiniones fuera de los medios. En otras palabras, su condición de comunicadores, les conculca sus derechos ciudadanos según la inefable Fiscal. Pero peor aún, justificar que los "fascios con camisas rojas" (versión endógena de la Milizia Volontaria per la Sicurezza Nazionale), que actúan libremente a la luz pública, tienen derecho para agredir y golpear, a cualquier ciudadano que exprese sus opiniones contrarias a la voluntad del monarca de Sabaneta. Otro de los eunucos que ha justificado esta vil agresión ha sido Oscar Figuera, una especie de Victorio Codovilla -comunista argentino que apoyó al régimen fascista de Perón-, quien cínicamente ha afirmado "Quien sea vocero de la contrarrevolución en circunstancias como esta debe saber que, a veces, las fuerzas de la revolución pueden tener respuestas como esta". Solo a un renegado ideológico se le ocurre pensar que agrediendo salvajemente a los trabajadores, se construye y se defiende una revolución.
Pero más sorprendente fue escuchar al ministro Alí Rodríguez repetir, palabras más, palabras menos, el discurso de su tte coronel. Este hombre que en el pasado se jugó la vida en nombre de valores ideológicos, con quien compartíamos sueños, alegrías, angustias y pesares, hoy se suma a los tantos otros Iscariotes que se arrodillan ante la bota militar y se hacen cómplices de los abusos, de los atropellos y de los crímenes que hoy comete el régimen. Otros, han guardado un silencio celestino y sepulcral, como Desirée Santos Amaral y Helena Salcedo. Definitivamente la obediencia ciega y el secuestro del espíritu critico, los ha convertido en verdaderos bastardos al servicio un nefasto proyecto totalitario-militarista.
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Merece la pena recordar que nunca antes en la historia reciente de nuestra República se había producido un hecho tan claramente heredero del más puro nazi-fascismo, la eliminación del adversario. Obviamente estas acciones realizadas por las jaurías socialfascistas en Caracas y Mérida, no pueden considerarse como hechos aislados “ejecutados por grupos anárquicos” (excusa hipócrita del oficialismo), sino como parte de una política de terrorismo de Estado que se promueve desde el Palacio de Misia Jacinta. Estos esbirros armados son los encargados de realizar la represión informal, la guerra sucia, los atropellos sin placa, ni uniforme.
El aspirante a monarca caribeño, luce frágil e inseguro, su discurso ya no convence, no despierta las pasiones del pasado y por ello apela a su escenario favorito: el de la violencia y la represión como la realizada el pasado sábado 22-8-09 en contra de la marcha que protestaba por la nueva Ley Orgánica de Educación. Es la hora de la lucha, de la unidad de todos, de la construcción de trincheras y fortines libertarios a fin de derrotar el socialfascismo militar que ahoga a la Patria.
“Sólo es digno de libertad, quien sabe conquistarla cada día”José Martí
Merece la pena recordar que nunca antes en la historia reciente de nuestra República se había producido un hecho tan claramente heredero del más puro nazi-fascismo, la eliminación del adversario. Obviamente estas acciones realizadas por las jaurías socialfascistas en Caracas y Mérida, no pueden considerarse como hechos aislados “ejecutados por grupos anárquicos” (excusa hipócrita del oficialismo), sino como parte de una política de terrorismo de Estado que se promueve desde el Palacio de Misia Jacinta. Estos esbirros armados son los encargados de realizar la represión informal, la guerra sucia, los atropellos sin placa, ni uniforme.
El aspirante a monarca caribeño, luce frágil e inseguro, su discurso ya no convence, no despierta las pasiones del pasado y por ello apela a su escenario favorito: el de la violencia y la represión como la realizada el pasado sábado 22-8-09 en contra de la marcha que protestaba por la nueva Ley Orgánica de Educación. Es la hora de la lucha, de la unidad de todos, de la construcción de trincheras y fortines libertarios a fin de derrotar el socialfascismo militar que ahoga a la Patria.
“Sólo es digno de libertad, quien sabe conquistarla cada día”José Martí
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