Neo-Lenguaje socialfascista del siglo XXI
Por: José Rafael López Padrino
Una de las características más significativas de una sociedad autoritaria, es el consentimiento para distorsionar la verdad y promocionar el doble discurso (discrepancia entre lo que se dice y lo que se hace) en todos los estamentos del aparato del Estado. Uno de los elementos del nazi-fascismo es la aparición de un nuevo lenguaje, muchas veces basado en la inversión de los valores, es decir afirmar una cosa, pero al mismo tiempo significar lo opuesto, cuyo propósito es producir un vocabulario empobrecido, confuso buscando limitar la capacidad para el razonamiento crítico y así facilitar el control de los ciudadanos.
Desde la llegada del tte coronel al poder, se incrementó la represión discursiva y la promoción de un nuevo lenguaje, en un esfuerzo por disminuir la capacidad crítica de los venezolanos. Lenguaje que no solo mutila al idioma castellano, sino que crea una disociación perceptiva entre lo afirmado discursivamente por los funcionarios en el poder y lo realizado lego en la práctica. Así, este lenguaje evoca la lógica Orwelliana de "guerra es paz, libertad es esclavitud, y la ignorancia es fortaleza".
Por ejemplo, el tte coronel se describe a sí mismo como un "socialista", mientras promueve políticas que promueven el surgimiento de una oligarquía cívico-militar. Define a su gobierno como "obrerista", pero aprueba Leyes que cercenan conquistas laborales (Ley del Estatuto de la Función Pública, 2002), y desarrolla una política que pretende eliminar a los sindicatos como instrumentos de lucha. Reivindica la autodeterminación de los pueblos, pero solicita una intervención directa de los Estados Unidos, entiéndase militar, y un posible bloqueo a Honduras, a fin de resolver el conflicto político en ese país. Nos habla de que ahora Venezuela es de todos, pero patrocina una exclusión política y social de aquellos que no comulgamos con su proyecto militarista (lista Tascón y Maisanta). Identifica su proyecto con una democracia participativa y protagónica, pero todas las decisiones, por pequeñas que sean, son tomadas por cúpulas de espaldas a los colectivos existentes en la sociedad. Cuestiona por inhumano el bloqueo comercial contra Cuba, pero patrocina restricciones comerciales en contra de terceros, al prohibir la exportación de petróleo y gasolina a Honduras y Colombia respectivamente, además de boicotear las exportaciones colombianas a Venezuela.
Se nos habla de libertad, pero se nos impone la retórica del miedo, a fin de atemorizar a la sociedad y lograr su apoyo ideológico sin cuestionamiento. Se reivindica una política nacionalista, pero se entrega la Plataforma Deltana a la Chevron-Texaco, se transforman las asociaciones de la Faja del Orinoco en empresas mixtas cediéndoles el 40% del capital a las empresas transnacionales y se compromete el patrimonio nacional al utilizar las reservas de la Faja del Orinoco como garantía para nuevos endeudamientos con instituciones financieras en Japón, Brasil y China. Se promueve una nueva Ley Orgánica de Educación, bajo la premisa de ser una ley revolucionaria, cuando la misma sólo refleja una normativa que busca hacer de las Universidades fábricas de sujetos que respondan a los intereses totalitarios del régimen, en contradicción abierta con la concepción universalista, plural, y critica de la Universidad moderna. Se glorifican los derechos humanos, pero se criminaliza y se reprime a la protesta social, como ocurrió con la marcha pacífica contra la Ley Orgánica de Educación, el pasado 13-8-2009, la cual fue criminalmente emboscada por funcionarios policiales y miembros de los grupos paramilitares del oficialismos. Varios periodistas, estudiantes, y profesores resultaron heridos a manos de estos delincuentes al servicio del régimen.
En su doble-lenguaje maniqueo, el tte coronel apela a un sentimiento religioso, con la intención de sugerir de que cualquier "afirmación sabia" suya, es el resultado de su comunión directa con Dios y que por supuesto, no puede ser confrontada por comunes mortales. Las mentiras y el doble lenguaje, no son nuevas en nuestra vida Republicana, sin embargo, constituyen los elementos fundamentales del proyecto socialfascista. El discurso del huidizo de Miraflores imita al mundo orwelliano (1984), donde el Ministro de la Verdad produce mentiras, y el Ministro del Amor acostumbra a torturar a la gente.
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