Egoísmo

Por: Orlando Ochoa

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El egoísmo es la atención desmedida del interés propio, por lo cual es el concepto opuesto al altruismo, el sacrificio del bienestar propio para beneficiar a otros. En términos colectivos, debemos aspirar al bienestar común. Ninguna ideología ha podido ofrecer una “receta” exitosa de cómo alcanzar el bienestar común y mucho menos con un incuestionable balance entre libertad e igualdad. Ningún sistema de gobierno está exento de los excesos que pueden cometer los hombres en funciones públicas por egoísmo, pero si hay formas de limitar la capacidad de hacer daño por cualquier individuo o grupo que atenten contra el bien común: la democracia como sistema de gobierno crea la división de poderes dentro del Estado y evita su concentración en pocos, es plural al aceptar la diversidad de ideas políticas y en la tolerancia de la crítica.

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Cuando el presidente Chávez y sus altos funcionarios dicen en forma categórica que toda la “oposición unida con el apoyo financiero y mediático de la escoria global… (la oposición) con el apoyo de sus amos internacionales… vendrían a matar” no sólo es falso sino que es una forma egoísta de expresar la brutal falta de pluralismo y el primitivismo político presente en un grupo dirigente de izquierda marxista aliado a una logia militar. Esta última y varios izquierdistas, por cierto, siguen una práctica de gobierno muy egoísta e inmoral para cerrar la brecha material entre ellos y los ricos tradicionales.

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Cualquier ciudadano medianamente informado con más de 50 años de vida en la antigua Unión Soviética, Alemania Oriental o China Comunista podría narrar vivamente el sacrificio, infelicidad y abuso de poder, en la búsqueda de la igualdad según una receta ideológica. La negación de la importancia del contra balance de poderes públicos, los medios que critican a los gobernantes, la racionalidad económica basada en incentivos a participar y producir, están en el fondo de ese fracaso en el siglo XX. En Venezuela, un grupo político puso sus convicciones en una ideología abandonada, igualitarismo marxista, a pesar de su fracaso histórico y enorme costo social. Es decir, un grupo de hombres que en forma egoísta ha tratado de imponer sus particulares restricciones intelectuales sobre una sociedad, la cual en referéndum y en encuestas de opinión rechazó y rechaza el fondo de su planteamiento.