Antiimperialismo falaz e hipócrita
Por: José Rafael López Padrino
Desde su llegada al poder el tte coronel ha apelado a un antiimperialismo ramplón como herramienta política para lograr el apoyo de las grandes mayorías a su proyecto capitalista explotador, maquillado con el nombre de socialismo del siglo XXI
Pareciera ser que el antiimperialismo del iletrado se reduce a insultar a unos cuantos representantes del gobierno norteamericano, mientras que paralelamente realiza grandes negociaciones con los representantes de ese imperio al cual se “condena” (Chevron-Texaco, Conoco-Phillips, Anglo American Coal, Ruhrkohle, Inter American Coal, etc.). Washington sabe perfectamente que al margen de su discurso altisonante y grotesco, el tte coronel continúa privilegiando ampliamente las inversiones extranjeras, como nunca lo había hecho antes gobierno alguno en nuestro país.
Mas allá de la retórica antiimperialista, el régimen ha dado todas las garantías al «Imperio» de ser su más seguro abastecedor de petróleo, confirmando así una de la más grandes reciprocidades comerciales que existe en todo el continente americano. El tte coronel le suministra al gobierno de la Casa Blanca 1.300.000 barriles diarios de crudo, el cual en parte llena las necesidades de la política expansionista del Imperio en Irak y Afganistán.
Prueba de este antiimperialismo falaz y bufo, fueron las afirmaciones del felón de Miraflores durante la entrega de las licitaciones a las empresas Chevron y Repsol para explotar la Faja Petrolífera del Orinoco. En dicho acto afirmó “estamos escribiendo una página de la nueva historia”, y luego añadió “en Venezuela se garantiza la seguridad jurídica para las empresas internacionales. Los capitales extranjeros tienen todas las garantías de inversión y de repatriación de sus capitales”. En verdad se ha escrito una nueva página en la historia de la entrega e hipoteca del país ante los capitales transnacionales.
De acuerdo a la licitación otorgada, Chevron desarrollará el proyecto de Carabobo 3, junto a otros socios minoritarios como Mitsubushi e Inpex de Japón (5%) y Suelopetrol de Venezuela (1%). Cabe destacar que Chevron además participa como accionista de PetroPiar, de PetroBoscan y PetroIndependiente en la explotación de petróleo pesado, igualmente en la explotación de la Plataforma Deltana, bloques 2 y 3 para producir gas natural, y en el proyecto Cardón III en el bloque Norte del Lago de Maracaibo en el Golfo de Venezuela. Todas estas asociaciones se dan bajo la figura de las empresas mixtas. Adefesio jurídico aprobado por la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional, con lo cual se legaliza ante las leyes de la República la entrega de la soberanía nacional sobre la extracción y la comercialización de nuestros recursos energéticos. Las empresas mixtas, representan la continuidad de la apertura petrolera iniciada por Caldera II (contratos de servicios), con el agravante de que esta nueva figura bastarda ha quedado consagrada con el amparo de las leyes de la República. Hay que denunciar que bajo esta modalidad el Estado venezolano pierde el 40% del crudo de la faja del Orinoco que ahora le pertenecerá a las empresas transnacionales quienes lo podrán comercializar fuera de la estructura operativa de PDVSA.
Todo este cuadro echa por tierra la falacia “socialista” del gobierno, así como también su falso “antiimperialismo”. Este gobierno representa los intereses económicos de los consorcios petroleros. Las leoninas concesiones otorgadas a la trasnacionales en la plataforma Deltana, en el Golfo de Venezuela y más recientemente en la Faja Petrolífera del Orinoco, evidencian que la privatización de PDVSA sigue avanzando, pero ahora amparada por las leyes de la República. Estamos ante una PDVSA diezmada en su estructura operativa, lo que compromete su capacidad de producir, transformar y comercializar hidrocarburos. Si los convenios operativos fueron perjudiciales para los intereses de la Nación, las empresas mixtas bolivarianas lo son peores. Esta perversa política neoliberal no tiene parangón en la historia de nuestro país, la misma es más dañina que las adoptadas por Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez, Marcos Pérez Jiménez, así como por los gobiernos del puntofijismo.
¡Que socialismo tan sui géneris!.... entrega nuestras riquezas energéticas y se arrodilla ante el capital transnacional ¿En cual malabarismo ideológico estarán pensando ahora los lambebotas que defienden a este proyecto por su carácter “revolucionario, nacionalista y patriótico”? ¿Quiénes son los traidores a la Patria?
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