Mecánica del fracaso

Por: Orlando Ochoa

Fuente: El Universal

Los problemas económicos del país –inflación, caída de producción pública/privada y reemplazo por importaciones, desempleo, deterioro del salario real - son ahora más evidentes para todos los ciudadanos, así como el desorden fiscal y monetario; el aumento de homicidios, secuestros y robos contribuye a crear un ambiente de frustración social general. Las consecuencias son graves, aunque el Gobierno amplíe su esfuerzo de alterar las estadísticas básicas para intentar engañar a la gente. Francamente, y la mayor parte de la población que apoyó a Hugo Chávez ya lo sabe, estos problemas no son superables bajo el estrecho y anacrónico marco ideológico del Presidente y su irremediablemente desorientado ministro Jorge Giordani.

La respuesta ideológica ya fracasó, aunque todavía puede hacer la situación venezolana mucho peor. El Gobierno se encamina hacia una nueva respuesta, fundamentada en su otro pilar: una creciente perspectiva militarista potencialmente agresiva sobre el problema de viabilidad de un gobierno que destruye la base económica nacional, empobrece y pierde apoyo popular. El mensaje presidencial dedicado a la propaganda, usa los símbolos, la historia, el sectarismo partidista más primitivo, dejando claro su profundo desprecio por el principio democrático que separa al Gobierno y al partido político del Estado. Para justificar la deliberada e inconstitucional pretensión de fusión alrededor de un hombre, se recurre a la bien conocida línea fascista de inventar un peligro internacional, bajo el cual “el ejército y el pueblo en armas están unidos en la defensa del país”, tanto para enfrentar amenazas externas como internas.

No hace falta explicar los enormes riesgos que una desesperada acción de este tipo podría tener sobre los venezolanos. Al final de este capítulo de la historia de Venezuela, cuando una corriente política que tomó la bandera del igualitarismo y de la soberanía presente su balance, paradójicamente puede existir el riesgo que el subdesarrollo económico y la debilidad de las instituciones nacionales sean una invitación a la intervención de potencias extranjeras en ascenso.