La fuga de cerebros es irremplazable
Por: Roberto Carlo Olivares
Antes de empezar a desarrollar la columna deseo felicitar a Estefanía Fernández que ayer entregó la corona del Miss Universo y en su despedida formal mostró orgullosamente nuestra bandera de 7 estrellas, mientras la besaba con lágrimas en los ojos. No olvidemos que en el 2009 después de ganar el concurso universal, se negó a ser recibida por el sátrapa de Miraflores y ayer se despidió del magno evento dándole en la madre con ese gesto invalorable. Digna representante de la mujer venezolana: inteligente, bella y con guáramo.
La tarea titánica que nos tocará emprender con la finalidad de recomponer el tejido social de la patria después del derrocamiento del enajenado mental devenido en dictador plenipotenciario, tomará como mínimo una década. Desde mi punto de vista, Chávez y su castro-chavismo criminal nos dejarán tres variables calamitosas y muy difíciles de superar, ellas son: un país divido y polarizado, una criminalidad e impunidad exponencial y una fuga de cerebros irremplazable.
La fuga de cerebros constituye la mayor tragedia que cualquier nación deba soportar. Cuando un profesional abandona su país en busca de mejores oportunidades, la patria pierde una neurona que difícilmente podrá ser sustituida. Cada persona posee un valor y una cualidad única que no pueden ser reemplazadas por nadie, y que en términos generales, constituye gota a gota el gentilicio y la savia de una nación.
No existe un número oficial que pueda dar luces acerca de la cantidad de compatriotas que en los últimos años han abandonado el país, pero podemos inferir que la cifra debe estar cercana al millón y a lo mejor hasta lo sobrepasa. Solamente en el Sur de la Florida se contabilizan hoy en día más de 300 mil venezolanos. La mayoría de ellos son jóvenes profesionales que llegaron atados de manos y que después de afrontar las penurias del exilio, se han convertido en engranaje fundamental de la economía de la Florida.
Cientos de profesionales que formaban parte integral de nuestra industria petrolera y que fueron botados como animales por el régimen castro-chavista, trabajan hoy en día en transnacionales americanas, asiáticas y europeas siendo remunerados de manera envidiable, en cargos importantes y con beneficios insuperables. Son hijos de la patria que difícilmente volverán y si lo hacen, tendrán a Venezuela como lugar de vacaciones y nada más.
Cuando analizamos la situación actual del país con cabeza fría y entendemos que el porvenir inmediato y a corto plazo de la patria es nefasto, emigrar pareciese ser la única solución inteligente.
Las generaciones de relevo que no tienen futuro con Chávez y ven en la oposición venezolana a una manada de castrados colaboracionistas que en vez de enfrentar al régimen, lo legitiman cada año aceptando elecciones trucadas sin testigos en la sala de totalización, sin observadores internacionales y con el Registro Electoral Permanente envenenado hasta la médula, no ven la luz al final del túnel y prefieren largarse indignados y hastiados de tanta desidia.
¿Cómo puede un joven venezolano pensar en un futuro promisorio en un país donde secuestran a más de 40 personas al día y asesinan en promedio a 60 ciudadanos cada 24 horas? ¿Cómo se le puede exigir a un recién graduado que piense en su patria y no emigre cuando observamos a diario a un enajenado mental que transmutado en dictador se defeca en los empresarios, en el estudiantado, en los obreros, en los empresarios y hasta en la propia iglesia sin repercusión política o moral alguna?
¿Con qué cara le podemos exigir a nuestros jóvenes que no abandonen el país en busca de una mejor vida si nuestra inflación es la más alta del mundo occidental y cada día que pasa el régimen expropia y cierra más empresas? ¿Qué joven desea vivir en un país de profesionales taxistas que arriesgan su vida a diario porque firmaron en contra del dictador hace 6 años y todavía la famosa lista Tascón les cercena el derecho al trabajo de manera fascista y criminal?
Personalmente he sido testigo de varios familiares y amigos menores de 30 años que han abandonado el país y que no pretenden regresar así Chávez fuese derrocado en el 2010. El común denominador siempre es el mismo: la inseguridad, el dinero que no alcanza y una oposición que no representa al electorado. Siempre lo he dicho y lo seguiré diciendo: Después de que el dictador sea derrocado, la oposición también será pulverizada en cuestión de meses; se han convertido en mercaderes de ilusiones rotas y el pueblo no se los perdonará.
Mi consejo a los jóvenes que todavía están indecisos es el siguiente: Chávez será derrocado por la vía violenta y si no están dispuestos a formar parte de la RESISTENCIA PATRIOTA, deben abandonar el país o conformarse con las migajas que regala el régimen comunista. Abandonar el país no quita méritos y desde afuera también se puede luchar en contra de la dictadura, de hecho, el exilio siempre ha sido determinante en el derrocamiento de los tiranos y con Chávez no será diferente.
“Todo lo que tiene valor en la sociedad humana depende de la oportunidad que se le dé al individuo para desarrollarse”
Albert Einstein
¡Patria, Democracia y Libertad!
robertocarlo14@hotmail.com
La tarea titánica que nos tocará emprender con la finalidad de recomponer el tejido social de la patria después del derrocamiento del enajenado mental devenido en dictador plenipotenciario, tomará como mínimo una década. Desde mi punto de vista, Chávez y su castro-chavismo criminal nos dejarán tres variables calamitosas y muy difíciles de superar, ellas son: un país divido y polarizado, una criminalidad e impunidad exponencial y una fuga de cerebros irremplazable.
La fuga de cerebros constituye la mayor tragedia que cualquier nación deba soportar. Cuando un profesional abandona su país en busca de mejores oportunidades, la patria pierde una neurona que difícilmente podrá ser sustituida. Cada persona posee un valor y una cualidad única que no pueden ser reemplazadas por nadie, y que en términos generales, constituye gota a gota el gentilicio y la savia de una nación.
No existe un número oficial que pueda dar luces acerca de la cantidad de compatriotas que en los últimos años han abandonado el país, pero podemos inferir que la cifra debe estar cercana al millón y a lo mejor hasta lo sobrepasa. Solamente en el Sur de la Florida se contabilizan hoy en día más de 300 mil venezolanos. La mayoría de ellos son jóvenes profesionales que llegaron atados de manos y que después de afrontar las penurias del exilio, se han convertido en engranaje fundamental de la economía de la Florida.
Cientos de profesionales que formaban parte integral de nuestra industria petrolera y que fueron botados como animales por el régimen castro-chavista, trabajan hoy en día en transnacionales americanas, asiáticas y europeas siendo remunerados de manera envidiable, en cargos importantes y con beneficios insuperables. Son hijos de la patria que difícilmente volverán y si lo hacen, tendrán a Venezuela como lugar de vacaciones y nada más.
Cuando analizamos la situación actual del país con cabeza fría y entendemos que el porvenir inmediato y a corto plazo de la patria es nefasto, emigrar pareciese ser la única solución inteligente.
Las generaciones de relevo que no tienen futuro con Chávez y ven en la oposición venezolana a una manada de castrados colaboracionistas que en vez de enfrentar al régimen, lo legitiman cada año aceptando elecciones trucadas sin testigos en la sala de totalización, sin observadores internacionales y con el Registro Electoral Permanente envenenado hasta la médula, no ven la luz al final del túnel y prefieren largarse indignados y hastiados de tanta desidia.
¿Cómo puede un joven venezolano pensar en un futuro promisorio en un país donde secuestran a más de 40 personas al día y asesinan en promedio a 60 ciudadanos cada 24 horas? ¿Cómo se le puede exigir a un recién graduado que piense en su patria y no emigre cuando observamos a diario a un enajenado mental que transmutado en dictador se defeca en los empresarios, en el estudiantado, en los obreros, en los empresarios y hasta en la propia iglesia sin repercusión política o moral alguna?
¿Con qué cara le podemos exigir a nuestros jóvenes que no abandonen el país en busca de una mejor vida si nuestra inflación es la más alta del mundo occidental y cada día que pasa el régimen expropia y cierra más empresas? ¿Qué joven desea vivir en un país de profesionales taxistas que arriesgan su vida a diario porque firmaron en contra del dictador hace 6 años y todavía la famosa lista Tascón les cercena el derecho al trabajo de manera fascista y criminal?
Personalmente he sido testigo de varios familiares y amigos menores de 30 años que han abandonado el país y que no pretenden regresar así Chávez fuese derrocado en el 2010. El común denominador siempre es el mismo: la inseguridad, el dinero que no alcanza y una oposición que no representa al electorado. Siempre lo he dicho y lo seguiré diciendo: Después de que el dictador sea derrocado, la oposición también será pulverizada en cuestión de meses; se han convertido en mercaderes de ilusiones rotas y el pueblo no se los perdonará.
Mi consejo a los jóvenes que todavía están indecisos es el siguiente: Chávez será derrocado por la vía violenta y si no están dispuestos a formar parte de la RESISTENCIA PATRIOTA, deben abandonar el país o conformarse con las migajas que regala el régimen comunista. Abandonar el país no quita méritos y desde afuera también se puede luchar en contra de la dictadura, de hecho, el exilio siempre ha sido determinante en el derrocamiento de los tiranos y con Chávez no será diferente.
“Todo lo que tiene valor en la sociedad humana depende de la oportunidad que se le dé al individuo para desarrollarse”
Albert Einstein
¡Patria, Democracia y Libertad!
robertocarlo14@hotmail.com
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home