La caída de un tirano más: Muammar al Gadafi
Por: José Rafael López Padrino
Asistimos al desenlace del mandato del genocida Muamar al Gadafi, quien ha dirigido los destinos de Libia por casi 42 años. El hombre fuerte de Libia parece estar de huida, perseguido -como los dictadores de Túnez y El Cairo- por su propio pueblo harto de tanta tiranía, corrupción y represión. Libia ha estado bajo el mando del coronel Gadafi, desde 1969, luego de derrocar mediante un golpe de Estado al Rey Idris quien gobernaba el país desde el año 1951.
La inminente caída de Gadafi se da como consecuencia de la rebelión del pueblo libio cansado de una pudrición dinástica, una monarquía caduca, una corrupción desenfrenada, de las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, del control de la información y de un estado policial impuesto por un gobierno tiránico durante 42 años. Adicionalmente, a una crisis económica y social producto de las deformaciones propias de las economías rentistas. Así, mientras la economía de Libia se ahoga en petrodólares (Libia produce 1.574.000 millones de barriles diarios y sus exportaciones ascendieron a 47.800 millones de dólares en el 2010), un 38% de la población (estimada en 6 millones de habitantes) viven debajo del límite de pobreza extrema, la desnutrición infantil es un problema severo (el gobierno oculta las cifras), la tasa de desempleo se encuentra en un sorprendente 30%, mientras que el desempleo juvenil ronda entre 40 y el 50 % (el más alto en el norte de Africa), los niveles de educación son muy bajos, y un 20% de la población es analfabeta.
La respuesta del gobierno de Libia ante estas protestas ha sido una terrible, represión que ha cobrado las vidas de cientos de civiles en el país (miles y no centenares los muertos según el embajador adjunto de la misión Libia ante la ONU, Ibrahim Dabbash). El régimen ha reprimido las protestas con máxima violencia llegando al extremo de utilizar aviones militares y helicópteros para ametrallar y bombardear indiscriminadamente algunas zonas de la capital Trípoli según reportes de Al Yazira. El "Guía de la revolución Libia" asoma su temible rostro de Ifrit, genio malévolo y rencoroso que según la mitología árabe detesta a los humanos.
El proyecto militarista de Muamar al Gadafi, desde sus propios inicios tuvo un marcado sello personalista. Desde el poder Gadafi estructuró un Estado, al cual denominó "Yamahiría", articulado en torno a su persona. Yamahiría es un neologismo árabe que puede traducirse como "Estado de las masas", en el que el pueblo “supuestamente” ejerce directamente todo el poder, de acuerdo con la Teoría Universal del Libro Verde. Adefesio publicado por Gadafi (1973) que esta constituido por tres volúmenes: 1.- La solución del problema de la democracia: el poder del pueblo, 2.- La solución del problema económico: el socialismo, y 3.- El fundamento social de la Tercera Teoría Universal. Una colcha de retazos ideológicos en la cual combina el islamismo, y el mal llamado socialismo árabe, dando como resultado el “Estado gobernado por el pueblo”, donde los partidos políticos, la democracia representativa, las elecciones y los gobiernos locales no son necesarios y fueron eliminados de un solo plumazo de la vida política del país.
Este singular modelo político se impuso mediante la puesta en ejecución de la Carta del Poder Popular, que reemplazó a la Constitución Nacional. El sistema de “democracia directa” de Gadafi consiste en asambleas y comités populares, cuyos integrantes son escogidos por él, e impuestos a través de los mecanismos autoritarios (no hay elecciones). Las instituciones políticas fundamentales son el Congreso Popular General (especie de Parlamento), el Consejo del Mando de la Revolución y el Comité Popular General (Gobierno), todos escogidos, sin excepción, por Gadafi, el gran Guía de la revolución. Vale mencionar, que al amparo de esta visión perversa, y bajo el supuesto "gobierno de las masas populares", el tte coronel y su grupete en Venezuela han impulsado formas antidemocráticas y no representativas del poder popular muy similares a las contempladas en la “Yamahiría de Gadafi”. Nos referimos a los Consejos Comunales, constituidos en la mayoría de los casos por activistas del partido de gobierno, sin que los mismos hayan sido escogidos democráticamente mediante el voto universal, por los miembros de la comunidad a quienes dicen representar.
La justificada rebelión del pueblo libio contra el régimen de Gadafi está siendo reprimida a sangre y fuego por el dictador. Pero, además de eso, Gadafi ha tenido el desparpajo de legitimar su bestial represión, presentándose no como blanco de una justificada rebelión popular, sino como víctima de un ataque de Al Qaeda (Osama Bin Laden) o un complot del imperialismo yanqui. Obviamente, el carnicero del medio oriente piensa que los pueblos árabes y del resto del planeta no tenemos memoria. Que han olvidado que hace ya mucho tiempo abandonó toda veleidad antiimperialialista (aunque fuese de opereta), que traicionó la lucha de los pueblos árabes, en especial de los palestinos, y que hizo las paces con EEUU y los imperialismos europeos, sometiéndose a sus exigencias y convirtiéndose en uno de sus más importantes socios financieros y petroleros. Gadafi al igual que muchos otros, cumplió el ciclo propio de los nacionalismos burgueses: amanecen como “antiimperialistas”, para después en su ocaso transformarse en socios locales de las metrópolis. Sino que le pregunten a las empresas petroleras OMV, British Petroleum (BP), Statoil, Eni, Total, Repsol One-Nine Petroleum, entre muchas otras.
Este genocidio en contra del pueblo libio ha provocado la condena de la comunidad internacional, que ha pedido el cese de la represión. Solo Fidel Castro y Daniel Ortega han tenido la desfachatez y desvergüenza de solidarizarse con el líder libio. Más recientemente lo han hecho el tte coronel y su marioneta Nicolás Maduro, quienes han afirmando que el líder libio, enfrenta una guerra civil y que Libia es víctima de una conspiración internacional que busca hacerse de su petróleo Estos carcamales de la política ignoran, para su propia conveniencia, la magnitud de la masacre perpetrada en contra del pueblo Libio, y solo expresan su preocupación ante una posible intervención extranjera en ese país. A ello habría que añadir la conducta asumida por las televisoras de la red estatal del país (VTV, Telesur, Vive, etc.) quienes se han dedicado a desinformar a la nación, haciendo ver que en Libia reina la mayor tranquilidad y que todo ha sido producto de la distorsión mediática de los medios occidentales. Ignoran estos asalariados de Miraflores que la fuente informativa que ha mostrado en gran medida las atrocidades del régimen libio ha sido Al-jazeera, una emisora de televisión del gobierno Qatar y cuyas transmisiones han sido vetadas por los gobiernos de Jordania, Siria, Kuwait, Arabia Saudita, Argelia y más recientemente por el de Libia.
Esta conducta cómplice del tte coronel y de los medios oficiales no nos debe sorprender dada la gran afinidad entre el autoritario de Miraflores y su gran hermano Gadafi. Recordemos que en el marco de la II Cumbre de América Latina - África realizada en septiembre de 2009 en la Isla de Margarita, el “pana” Gadafi fue el invitado especial. Le fue otorgado el collar de la Orden del Libertador y una réplica de la espada del Libertador Simón Bolívar. En esa oportunidad el vocinglero de Miraflores afirmó "Compañero presidente, esta es la réplica de la espada que libertó América hace 200 años. Es una joya, se la regalaron los pueblos a Bolívar. Esta espada está viva y hoy anda por América Latina. En nombre de nuestro pueblo, de la revolución bolivariana, te la entrego a ti (Gadafi), soldado revolucionario, líder del pueblo libio, de la revolución Libia, de los pueblos de África y líder también para los pueblos de América Latina". En otra parte de su alocución, el iletrado de Miraflores indicó "lo que es Bolívar para nosotros, es Muamar al Gadafi para el pueblo libio".
Cuanto tiempo más durara la tragedia del pueblo libio, no lo sabemos. Pero de algo si estamos seguros, que Gadafi ya está condenado. Podrá mantenerse un poco más de tiempo en el poder, por la ferocidad despiadada con la cual se ha aferrado al mismo, pero ya esta herido de muerte. Es cosa de tiempo para ver el inevitable final de su oprobiosa dictadura.
PD: en cuanto a los “socialismo existentes”, vale la pena insistir que hasta la fecha no ha habido socialismo en país alguno del mundo. Que las revoluciones de Rusia, China, Vietnam, Cuba o Nicaragua han constituido solo ensayos, preñados de muchos sacrificios, y en algunos casos de buenos deseos por construir una sociedad más justa, igualitaria, sin explotados ni explotadores. Pero que lamentablemente todas, sin excepción, han sido un total fracaso, pues terminaron en capitalismos de Estado, burocratizados, excluyentes, y autoritarios. Pensar que cualquier rebelión es socialista, resulta una estupidez. Mientras no se socialice el poder político y económico, las revoluciones seguirán siendo simples caricaturas que a larga resultan por demás dolorosas y sin sentido.
Etiquetas: terrorismo
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