Antisemitismo: una realidad irracional

Por: ENRIQUE J. MUNDARAIN EGUI 

Fuente: EL UNIVERSAL

Chacal

¿Dónde queda la libertad de culto, la libertad de credo, libertad de raza?, ¿Dónde quedan los Derechos Humanos?, ¿Dónde queda la conciencia?...

Resulta increíble que en la actualidad, aun hablemos de una palabra tan abominable, tan intolerante, tan deplorable, como lo es el antisemitismo, que no nos respetemos, que nos comportemos de manera tan irracional, que aun se hable de exterminios.

Y es que, como si los hermanos judíos han sufrido poco a lo largo de la historia, en el presente, continúa el hostigamiento a esta gente, esta religión, estos seres humanos, tan iguales como cualquiera de nosotros, tan iguales como Cristo, que murió en la cruz hace más de dos mil años.

A los judíos se les ha acusado de casi todo lo que se puede acusar a la gente, de racistas, chauvinistas, de términos tan distantes uno de otro, como de comunistas y, por otra parte, de capitalistas, de ostentosos, de avaros, de pueblo sin tierras. Los nazis intentaron exterminarlos y, de hecho, asesinaron a millones de ellos - sin importar que fuesen niños, mujeres, hombres o ancianos- dejando tatuado en la historia el tan espantoso, desalmado y diabólico Holocausto.

Actualmente los palestinos quieren acabar, literalmente, con el pueblo de Israel, borrarlo del mapa. Pero, resulta igual de inconcebible y espeluznante, que el antisemitismo se encuentre más cerca de lo que podemos creer. Así es, personas que penosamente poseen nacionalidad venezolana, como "Carlos El Chacal", criminal juzgado y por juzgar, quien cometió un sinfín de atentados terroristas en los que masacró cientos de miles de personas. Un personaje patético que trabajó entre otros para los palestinos, un ser sin escrúpulos, sin conciencia, sin alma, a quien se le envía ayuda "humanitaria" desde Caracas, a quien altos personeros lo han felicitado públicamente y, lo han calificado, casi con distintivo de "héroe".

Entonces, ¿tenemos gobernantes y políticos antisemitas? No lo sabemos. Ciertamente hay intolerancia, pero lo que aterroriza es, que esa intolerancia se ubique en la delgada línea, que separa una ideología, de un activismo fanático, absolutamente reprochable y desdeñado, que incluso dé soporte a actos terroristas.

Por eso, la infinita importancia de estudiar la historia y de no olvidar, sobretodo capítulos tan graves como el de la Europa Nazi, como el de Israel - que aun no acaba - y, tener un criterio bien formado, para identificar y separar el bien del mal. Al final los que deban ser juzgados, lo serán, si no en la tierra, por la Justicia Divina. Entendamos la historia y crezcamos como humanidad.

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