Venezuela: Crimen organizado penetró distintos niveles del Estado
Por:
Alejandro Rebolledo
El crimen organizado ha
penetrado distintos niveles del Estado. Esto se refleja en la presencia de
armamento de guerra en las cárceles, los 1.295 reportes de operaciones
sospechosas en el mundo financiero nacional, en el alto índice de secuestros y
en la corrupción pública y privada.
La legitimación de
capitales o blanqueo de dinero no es sólo un proceso vinculado al narcotráfico
y trata de personas, sino que también está presente en la corrupción tanto
pública como privada.
El crimen se moderniza y
tiende a ser cada vez más rápido e innovador en el uso de mecanismos para
penetrar en las relaciones sociales, políticas y económicas de los países,
donde ejerce su poder a través de la violencia, manipulación y corrupción, que
hoy es un fenómeno altamente productivo y cada vez más sofisticado. Aquí juegan
un papel importantísimo los medios de comunicación social, denunciando las
acciones que corrompen y deforman a las instituciones democráticas.
Debemos ser eficientes en
esta lucha, porque mientras el Estado es lento, burocrático y pesado, las redes
del crimen utilizan alta tecnología, se desplazan a los mercados más
vulnerables para delinquir, y lo que es peor, no sustituyen al Estado como en
el caso del terrorismo, sino que conviven con él, se acomoda en sus
estructuras, corrompe oficiales, gerentes, empleados, profesionales, policías,
jueces, militares, y se amalgama de una forma que hace prevalecer la impunidad
y flaquear a quienes ejercen y aplican la justicia.
El Financial Action Task
Force (Grupo de Acción Financiera Internacional, organismo mundial al que se
adscribe el GAFIC) identificó en 2010 a Venezuela como uno de los países con
deficiencias en su régimen en el anti-lavado de dinero, razón por lo cual, es
necesario adoptar una serie de recomendaciones y perseguir a las mafias sin
tregua. Donde llega la mafia, llega su dinero estableciendo con él relaciones
políticas y económicas. Hablan con el gobierno nacional y local, con los
responsables de la política social, con la administración pública, con el
notario que hace las transacciones, con los empresarios. Podría existir una
política sin mafia, pero no una mafia sin política.
La delincuencia organizada
no puede limitarse sólo a la justicia penal. Las soluciones requieren
instrumentos globales y no dejar zonas grises entre la legalidad y la
ilegalidad por las que están estos criminales, se debe actuar de forma global y
coordinada entre los países y de luchar sin tregua para cortar esos flujos de
negocio que son auténticos centros de poder, de esa manera estaremos dando un
paso adelante contra el crimen organizado.
Etiquetas: GAFI, lavado de dinero
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