Amuay: el rostro de un fracaso
Por: José Rafael López Padrino
La tragediaocurrida en la refinería de Amuay constituye una catástrofe sin precedentes enla historia de la industria petrolera nacional y el accidente más grave de estaindustria a nivel mundial en los últimos 25 años.
No está en discusión que lasinstalaciones petroleras sean más susceptibles a los accidentes que cualquierotra instalación industrial. Sin embargo, no puede utilizarse esta consideracióncomo argumento para justificar el accidente ocurrido en dicha refinería. O peoraún, lanzar la hipótesis peregrina de que el accidente fue un "sabotajeorquestado desde EEUU" como parte de un plan desestabilizador en contra deVenezuela. Conjeturas que utiliza el tte coronel para alimentar su discurso maniqueoy patriotero en sus pretensiones reeleccionista.
Gravesirregularidades en el mantenimiento programado de las instalaciones, unainadecuada protección contra incendios, unos inoperantes sistemas de alarmas,demoras en el remplazo programado de equipos, defectos de sensores, cientos deincendios y explosiones con pérdidas de vidas humanas, derrames dehidrocarburos, etc., son algunos de las evidencias que reflejan la carencia deuna adecuada política de mantenimiento por parte de PDVSA. Deficiencias quequedaron plasmadas en el informe elaborado por la compañía RJG Risk Engineering(2012) relacionado con las refinerías de Amuay y Cardón. Además la Memoria yCuenta de PDVSA (2011) señala que de las 9 paradas de mantenimiento programadassolo se cumplieron 3, y las 6 restantes fueron suspendidas por “falta deequipos de reposición y disponibilidad presupuestaria”. ¿Cómo entender que unpaís que destina cientos de millardos de dólares en regalos a gobiernos amigosy compras militares, carezca de los recursos necesarios para mantener y garantizarla seguridad de su industria petrolera?
Es evidenteque PDVSA se ha desdibujado como empresa petrolera en los últimos años, aldedicar gran parte de su esfuerzo a actividades no petroleras (misiones sociales, proyectos educativos,distribución de alimentos, etc.). Laconsecuencia ha sido un desequilibrio financiero así como la ineficiencia enlas labores que le son propias, así como en las que le han agregado. Además, fuedesmantelada operativamente a raíz del genocidio laboral del 2002, al despedir aproximadamente 40% de su personal, entre ellos losmás aptos, expertos y eficientes y luego ser reemplazados por unpersonal carente de formación profesional, pero leales a la revoluciónfantasmal del tte coronel.
La tragedia de Amuay pudo ser evitada, se produjo por negligencia, porincapacidad, y por el incumplimiento de los protocolos relacionados con elmantenimiento de esa refinería. Representa un pixel más del rostro del fracasodel fachochavisno. Proyecto condenadohistóricamente a naufragar por su orfandad ideológica, por sus abusosconfiscatorios de la pluralidad política, por sus praxis fascistas, y por susafanes militaristas.
Etiquetas: Siniestro Amuay
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