Roger Noriega: Golpe de Gracia de Cuba en Venezuela
Por: Roger Noriega
Fuente: IASW
Durante dos largos años, el equipo medico cubano del líder venezolano, Hugo Chávez, ha perpetrado un engaño colosal al pueblo venezolano y al mundo sobre su batalla contra el cáncer terminal. Según fuentes bien informadas, los médicos cubanos cometieron errores en el tratamiento inicial que probaron ser fatales para Chávez, manipularon su ansiedad y paranoia para que el se conformara a un tratamiento medico deficiente en La Habana y le aconsejaron participar en la campaña electoral a pesar de las repercusiones para su salud.
Claramente, el régimen cubano sacrificó la vida de Chávez para asegurar su propia supervivencia – a sabiendas de que su débil economía depende de la generosidad venezolana. Por desgracia, la interferencia cubana en Venezuela aun no ha terminado – ahora enviarán a la Constitución de Venezuela al quirófano.
El articulo 233 de la Constitución dice, en parte: “Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional”.
Hoy, mas que nunca es evidente la “falta absoluta” de Chávez. El presidente estaba fuera del país y no pudo tomar posesión de su cargo el 10 de enero, cuando su nuevo mandato debería haber comenzado, por lo que sus compinches en la Corte Suprema atrasaron la fecha de la inauguración. Por lo tanto, Chávez nunca asumió la presidencia, y ahora nunca lo hará. Pero a La Habana no le gusta Cabello, y el sentimiento es mutuo.
La Habana favorece a Nicolás Maduro, a quien Chávez nombró a finales del año pasado como vicepresidente. Si Chávez hubiese tomado posesión de su cargo e iniciado su nuevo mandato, Maduro podría tener algún derecho a la sucesión. Sin embargo, Chávez nunca asumió el poder, por lo que no existe un mandato que pueda ser reclamado por Maduro. De hecho, en el momento que Chávez murió, Maduro perdió la vicepresidencia de la república.
Los cubanos no tienen mas remedio que correr el riesgo de despertar el nacionalismo venezolano. No solo secuestraron al presidente de Venezuela durante los últimos 90 días, sino que incluso convocaron a los ministros venezolanos para que celebraran reuniones imaginarias de gabinete en La Habana. En las ultimas semanas, los estudiantes universitarios han protestado contra la injerencia cubana en los asuntos internos de Venezuela. Los oficiales militares nacionalistas – la mayoría de los cuales favorecen al veterano Cabello y fueron entrenados para oponerse al comunismo cubano – se han quejado de la intensa interferencia de La Habana en la gestión de una sucesión que busca favorecer a los intereses egoístas de los Castro.
Según fuentes venezolanas, las fuerzas del país están divididas – la mayor parte de la fuerza militar apoya a Cabello. Sin embargo, 30,000 cubanos – incluyendo escuadrones móviles disciplinados – actualmente vagan por las calles y le dan seguimiento a los movimientos de todos los oficiales militares de Venezuela. La Habana no se rendirá sin antes ofrecer una batalla. Si eso desata una guerra civil en la que miles de venezolanos podrían morir, a la Habana le da igual.
Después de años de ignorar el autoritarismo de Chávez, la comunidad internacional podría finalmente reunir el valor para hablar de evitar un derramamiento de sangre. La solución parece ser bastante sencilla: una sucesión constitucional y nuevas elecciones para elegir a un presidente.
Si Maduro quiere ser presidente y defensor de la Constitución venezolana, puede jugar por las reglas y competir por el puesto. Por supuesto, antes de que la oposición democrática participe en una nueva contienda electoral, están insistiendo en una serie de reformas simples pero profundas para asegurar condiciones justas y un proceso electoral transparente en el que todos los votos sean contados. Estos conceptos pueden ser ajenos a los matones cubanos, pero los venezolanos están bastante acostumbrados a los procesos electorales de un tipo u otro.
Si La Habana se sale con la suya y la Constitución de Venezuela se interpreta de manera tal que el títere de Cuba logre acceder al poder, ¿quien se podrá oponer cuando los cubanos veten un nuevo proceso electoral? Y si se celebran nuevas elecciones, nadie podrá esperar que los hermanos Castro tomen el riesgo de desencadenar un proceso electoral libre.
En los últimos meses, el Departamento de Estado de EE.UU. se ha encontrado en la incomoda posición de favorecer al candidato de La Habana al entablar conversaciones secretas con Maduro con el objetivo de normalizar las relaciones bilaterales desde noviembre del año pasado. Ayer, Maduro recompensó la ingenuidad de los diplomáticos estadounidenses al expulsar a dos oficiales militares asignados a la embajada de EE.UU. por su presunto rol en maniobras de desestabilización, sugiriendo además que Chávez pudo haber sido envenenado.
A partir de esta mañana, aun no es demasiado tarde para que Washington juegue un papel igual de eficaz que el de La Habana, cuando se trata de defender nuestros valores e intereses. Por la tarde, el golpe de gracia de los cubanos contra la Constitución de Venezuela puede ser irreversible.
El autor fue subsecretario de Estado adjunto para asuntos del Hemisferio Occidental y embajador ante la Organización de Estados Americanos en la administración del presidente George W. Bush (2001-2005) y es un investigador visitante en el American Enterprise Institute. Su firma, Visión Américas LLC, representa a clientes estadounidenses y extranjeros.
Etiquetas: Roger Noriega
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home