Maduro y Jong-Un

Por: Rómulo Veroes

El pasado 23 de septiembre, el canciller norcoreano Ri Yong Ho, utilizó el podio de las Naciones Unidas, el mayor escenario de la diplomacia internacional para asumir la defensa de sus aliados en América Latina: Cuba y Venezuela.

“…expresamos un fuerte apoyo y solidaridad con el gobierno y el pueblo de Venezuela que está luchando para defender la soberanía nacional y la causa del socialismo…”, dijo Yong Ho. 

La solidaridad de la satrapía norcoreana con la tiranía de Venezuela no es nada nueva. Se sabe de acuerdos secretos de cooperación militar entre ambos países, para someter al pueblo venezolano y poner en jaque a los Estados Unidos. 

A mediados del año 2016 la revista francesa Intelligence Online, desveló información sobre acuerdos entre Corea del Norte y Venezuela para prestar apoyo militar a Maduro. Fuerzas especiales norcoreanas estarían entrenando en Venezuela con sus homólogos de la Guardia Nacional Bolivariana y efectivos chinos del Ejército de Liberación Popular.

Según la publicación europea especializada en asuntos de inteligencia, la cooperación militar con el país caribeño incluiría préstamo de tropas, bajo la dirección del general Kim Yong-Chol, quién pertenece a la línea dura del régimen y dirige el departamento de operaciones clandestinas norcoreanas.

Reportes recientes de inteligencia indican que Caracas y Pyongyang, podrían estar evaluando la posibilidad de instalar bases militares en Venezuela, similares a las que se sospecha mantiene Irán en la Península de Paraguaná, además, estarían planificando una cooperación militar con Corea del Norte de amplio rango, con intercambio de tecnología militar, armas y minerales estratégicos. 

El acuerdo Militar Jong-Un y Maduro incluiría la instalación de plataformas de lanzamiento de cohetes, con la que Corea del Norte podría alcanzar puntos estratégicos en la costa este de los Estados Unidos, Brasil, Colombia y el Canal de Panamá. 

Los funcionarios de Kim Jong-Un por razones de seguridad estarían a cargo de las operaciones de sus equipos y armas de sofisticada tecnología, en adición controlarían las eventuales bases militares, que probablemente serían ubicadas en estados costeros o en algunos de las islas o archipiélagos venezolanos.

Maduro y Jong-Un son sociópatas que se identifican no tan sólo en sus excentricidades, manera de vestir y grandilocuencias megalómanas, sino en su afán de dañar y destruir, con lo cual pretenden asegurarse un lugar en la historia, sin importar que este se encuentre en el mismísimo infierno.

Los Estados Unidos deben abandonar la candidez y entender que Maduro representa un peligro latente y muy serio en América Latina, que debe ser atacado perentoriamente. El tiempo apremia. Lo harán? Amanecerá y veremos!

Fuente: Intelligence Online, Otras Agencias.