Envilecimiento Revolucionario
Por: Carlos R. Alvarado Grimán
La génesis del proceso revolucionario venezolano tuvo su fundamento en la lucha de los sectores académicos, intelectuales y progresistas del país,contra las iniquidades del sistema cuarto-republicano; la pérdidaacelerada de los valores morales de la sociedad; la irritante ostentaciónde las riquezas mal habida de los dirigentes de la conchupancia, así comola complacencia y complicidad de las indignas autoridades encargadas devigilar a los chupa sangre de la política para que no se apropiaran delpatrimonio de la nación.
Transcurrido siete años de revolución, el boato y el dispendio quemuestran algunos dirigentes "revolucionarios" produce nauseas. En el estado Nueva Esparta, los líderes locales viven derrochando dinero enfrancachelas y en sus perennes campañas proselitistas.
Los dirigentes nacionales cuando nos visitan, lo hacen sólo los fines de semana; raras veces abandonan los hoteles cinco estrellas "fogadeados"; despachan desdelos casinos y las barras de los night clubs y el más cercano contacto con el pueblo lo realizan en el Mall Sambil de Margarita. ¡Vaya calaña de revolucionarios! La lenidad abona el terreno para que florezca la corrupción.
Es por esto impostergable activar las herramientas del poder popular y la contraloríasocial para que, por vía de la fuerza y la razón hagamos prevalecer lajusticia; ejerzamos presión sobre los organismos encargados de combatir la corrupción y obligarlos para que cumplan su misión de evitar eldesangramiento del tesoro público nacional.
No podemos permanecer impasibles permitiendo que la indolencia y la frustración se aniden en las entrañas de la revolución. Evitemos la muerte moral del "proceso" y el regreso del pasado oprobioso adeco-copeyano.
¡Luchemos contra la corrupción y el envilecimiento de los"revolucionarios"!.
La génesis del proceso revolucionario venezolano tuvo su fundamento en la lucha de los sectores académicos, intelectuales y progresistas del país,contra las iniquidades del sistema cuarto-republicano; la pérdidaacelerada de los valores morales de la sociedad; la irritante ostentaciónde las riquezas mal habida de los dirigentes de la conchupancia, así comola complacencia y complicidad de las indignas autoridades encargadas devigilar a los chupa sangre de la política para que no se apropiaran delpatrimonio de la nación.
Transcurrido siete años de revolución, el boato y el dispendio quemuestran algunos dirigentes "revolucionarios" produce nauseas. En el estado Nueva Esparta, los líderes locales viven derrochando dinero enfrancachelas y en sus perennes campañas proselitistas.
Los dirigentes nacionales cuando nos visitan, lo hacen sólo los fines de semana; raras veces abandonan los hoteles cinco estrellas "fogadeados"; despachan desdelos casinos y las barras de los night clubs y el más cercano contacto con el pueblo lo realizan en el Mall Sambil de Margarita. ¡Vaya calaña de revolucionarios! La lenidad abona el terreno para que florezca la corrupción.
Es por esto impostergable activar las herramientas del poder popular y la contraloríasocial para que, por vía de la fuerza y la razón hagamos prevalecer lajusticia; ejerzamos presión sobre los organismos encargados de combatir la corrupción y obligarlos para que cumplan su misión de evitar eldesangramiento del tesoro público nacional.
No podemos permanecer impasibles permitiendo que la indolencia y la frustración se aniden en las entrañas de la revolución. Evitemos la muerte moral del "proceso" y el regreso del pasado oprobioso adeco-copeyano.
¡Luchemos contra la corrupción y el envilecimiento de los"revolucionarios"!.
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