Mision Cultura: Incluyamos a los Excluidos
Por: Carlos R. Alvarado Grimán
Cuando el Presidente de la República anunció el lanzamiento de la Misión Cultura, nos identificamos plenamente con sus objetivos. Es inherente al ejercicio de la soberanía nacional el rescate y consolidación de nuestra identidad nacional mediante su masificación, descentralización y democratización.
Durante la llamada "cuarta república", la cultura se reservó para "élites" que respondían a intereses grupales e imperiales que se beneficiaron de los presupuestos oficiales y negaron sistemáticamente el acceso a los espacios culturales a nuestros cultores populares, genuinos exponentes de los haceres, saberes, y pareceres de nuestro pueblo.No obstante las buenas intenciones que seguramente primaron cuando se concibió la "Misión", notamos que los cultores populares están nuevamente siendo relegados al papel de simples: instrumentos referenciales y fuentes pasivas de transferencia del conocimiento.
Creemos que la "Misión Cultura" resultará en una experiencia exitosa sólo, en la medida que incorpore a los cultores para que a través de cátedras dinámicas bajo regímenes especiales impartan sus conocimientos al pueblo. Debemos abrir nuestros sentidos, espíritus y corazones para percibir y capturar la riqueza cultural que los cultores pueden ofrecer como legado a las generaciones por venir.
La Misión Cultura debe ser un instrumento para abrir espacios sin exclusiones. Hombres brillantes con talentos extraordinarios, no pueden ser estigmatizados o excomulgados de la Misión "por estar faltos de los estudios formales requeridos", para actuar como misioneros del hecho cultural en nuestro país.
Los cultores neoespartanos están ansiosos de incorporarse a la Misión Cultura. Abrámosles las puertas. El Ministro Farruco Sesto tiene la palabra. Incluyamos a los excluidos.
Cuando el Presidente de la República anunció el lanzamiento de la Misión Cultura, nos identificamos plenamente con sus objetivos. Es inherente al ejercicio de la soberanía nacional el rescate y consolidación de nuestra identidad nacional mediante su masificación, descentralización y democratización.
Durante la llamada "cuarta república", la cultura se reservó para "élites" que respondían a intereses grupales e imperiales que se beneficiaron de los presupuestos oficiales y negaron sistemáticamente el acceso a los espacios culturales a nuestros cultores populares, genuinos exponentes de los haceres, saberes, y pareceres de nuestro pueblo.No obstante las buenas intenciones que seguramente primaron cuando se concibió la "Misión", notamos que los cultores populares están nuevamente siendo relegados al papel de simples: instrumentos referenciales y fuentes pasivas de transferencia del conocimiento.
Creemos que la "Misión Cultura" resultará en una experiencia exitosa sólo, en la medida que incorpore a los cultores para que a través de cátedras dinámicas bajo regímenes especiales impartan sus conocimientos al pueblo. Debemos abrir nuestros sentidos, espíritus y corazones para percibir y capturar la riqueza cultural que los cultores pueden ofrecer como legado a las generaciones por venir.
La Misión Cultura debe ser un instrumento para abrir espacios sin exclusiones. Hombres brillantes con talentos extraordinarios, no pueden ser estigmatizados o excomulgados de la Misión "por estar faltos de los estudios formales requeridos", para actuar como misioneros del hecho cultural en nuestro país.
Los cultores neoespartanos están ansiosos de incorporarse a la Misión Cultura. Abrámosles las puertas. El Ministro Farruco Sesto tiene la palabra. Incluyamos a los excluidos.
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