Votar nulo, ¿es hacerle el «juego a la reacción»?

Mario López - Juventud de Izquierda Revolucionaria / Soberania.org
¿Quién y qué «le hace el juego a la derecha»?
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Hay una especie de respuesta automática que plantea que el llamar a votar nulo se «le hace el juego a la derecha». En boca de los burócratas que hoy dirigen el Estado, estos no son más que argumentos para deslegitimar automáticamente cualquier crítica seria u oposición por izquierda al gobierno de Chávez. En el caso de quienes dicen compartir nuestra anterior caracterización sobre el proyecto político de Chávez, es ya una excusa para justificar su oportunismo político. Pero en el caso de quienes honestamente le apuestan a una transformación revolucionaria de la sociedad venezolana, incluso compartiendo buena parte de nuestras caracterizaciones, es una sincera preocupación. Con ellos y ellas queremos dialogar.

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En el escenario nacional se plantea un cuadro según el cual pareciera que toda la situación nacional se reduce a la pugna entre dos campos, el de Chávez y el de la oposición y el imperialismo, una lógica de «bi-campista» que niega la posibilidad de una política obrera independiente, el de la clase trabajadora. Es que la verdadera división que hay en el país es entre quienes viven del trabajo ajeno y los que sólo tiene su fuerza de trabajo para sobrevivir, es una división entre clases sociales. Esta cuestión básica, aparentemente tan evidente para todos, reviste primerísima importancia para ubicarse políticamente en la lucha de clases, pues aún cuando las clases explotadas y oprimidas del país han dado todo de sí en la pelea contra el «bando» de la reacción pro imperialista, defendiendo al «bando» del gobierno de Chávez, éste, precisamente por el carácter de clase de su proyecto, no ha movido un dedo para acabar con el poder y la explotación de los capitalistas, ni nacionales ni extranjeros. Si convenimos en señalar como «derecha» a los capitalistas y a quienes los representan políticamente, podemos decir con certeza que Chávez «les ha hecho el juego».

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Detrás del golpe de abril y del paro-saboteo no sólo estaban Bush, los generales golpistas y los partidos de la «Coordinadora Democrática», en realidad estos eran los exponentes políticos de los intereses económicos de los capitalistas. Fueron las trasnacionales y los empresarios nacionales quienes promovieron o respaldaron estos ataques. Pero luego de derrotados por el movimiento de masas los intentos reaccionarios de sacarlo del poder, Chávez no hizo más que conciliar con estos sectores, dejando intactas sus propiedades y negocios. Más aún, después del referendo revocatorio de 2004, al «normalizarse» más la situación nacional, el gobierno ha podido dar rienda suelta a sus negociaciones y acuerdos con los empresarios nacionales, así como con las petroleras extranjeras. Incluso fue Chávez quien sin tomar una sola medida seria contra los responsables políticos de estas arremetidas, pudiendo hacerlo, dejó todo en manos de los tribunales, llamando incluso a respetar la decisión del TSJ que absolvía a los generales gorilas; si Rosales, que respaldó con su firma el golpe de abril, está hoy libre y haciendo campaña para la presidencia, es completa responsabilidad del gobierno. «La derecha» sobrevive gracias a las negociaciones y acuerdos que impulsados por Chávez.

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Las masas trabajadoras derrotaron el golpe y el paro, derrotaron el revocatorio, pero por la política de Chávez los capitalistas aún siguen viviendo de la explotación y ven crecer sus ganancias, así como tienen libres a la casi totalidad de sus dirigentes políticos; mientras tanto, precisamente por eso, las principales demandas obreras, campesinas y populares siguen sin resolverse. ¿Quién entonces le hace el juego a quién? Justamente si algo está pendiente en la política nacional desde una perspectiva de izquierda, obrera y verdaderamente socialista, es luchar para que los trabajadores y trabajadoras se doten de un programa y una estrategia propios, por fuera de la tutela y el proyecto nacional-burgués de Chávez, para luchar consecuentemente contra la explotación capitalista.

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En el supuesto negado, como dice el mismo Chávez, de que éste perdiera las elecciones, en nada sería responsabilidad de quienes llamara a votar nulo ante la ausencia de una candidatura propia de los trabajadores, sino del gobierno. Es que si eso hipotéticamente ocurriera, quiere decir que un grueso sector de quienes apoyaban a Chávez ha dejado de hacerlo, y eso sería de su entera responsabilidad, pues es por su política de negociación y acuerdos con los capitalistas que la derecha proimperialista se recupera, y siguen sin resolverse los problemas más acuciantes del pueblo trabajador.

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Por todo esto, desde la Juventud de Izquierda Revolucionaria luchamos en el PRS por la presentación de una candidatura propia de los trabajadores que han frenado una y otra vez a la reacción, para que el pueblo no tuviera sólo que decidir entre el candidato del imperialismo y el de la negociación con los capitalistas.

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