Se une la izquierda sin Chávez
Por:Robin Rodríguez
Para los que hemos luchado por años por la conquista de una revolución, no es fácil enfrentar a un gobierno que se dice revolucionario y sus rivales lo califican de comunista; por esta razón invito a valorar algunos aspectos, más allá del discurso del presidente:
La manipulación del pueblo y su odio hacia los sectores políticos, económicos y sociales que han tenido responsabilidad de la pobreza y la desigualdad, es una de las características de este régimen. Pero mientras sostiene un discurso anti-imperialista, mantiene intacta la relación e intereses del sector financiero y monopólico (la verdadera oligarquía), reforzando la dependencia económica al condenar al país ha tener una economía monoproductora o ser un simple surtidor de materias primas y energéticas, como parte de la distribución internacional del trabajo que requiere la política neoliberal y así otorgarle mayores ganancias al imperialismo encarnado en el sector financiero y monopólico a escala mundial.
Su alianza con los verdaderos agentes del imperialismo (Asociación Bancaria, Cisneros y Venamcham), le ha permitido al régimen construir una nueva burguesía surgida del entorno presidencial, controlando empresas y el comercio de algunos rubros gracias a la quiebra del empresariado nacional, dado a las políticas monetarias, fiscales y todo tipo de controles que han creado hacia los productores nacionales. Por otro lado, las cooperativas y ahora los Consejos Comunales, lejos de ser una instancia de poder popular, donde el pueblo junto al gobierno garanticen un cambio de la estructura económica y sus lazos de dependencia; son organizaciones que estimulan el clientelismo político mas rastrero conocido en la historia del país; con el agravante que podrían convertirse en instrumentos para el estimulo de la corrupción en la población y que al final de cuentas serán acusadas por "el comandante" como las responsables de la ineficiencia del régimen en la solución de los servicios elementales de la ciudadanía.
El estimulo del rencor y el calificativo de enemigos a la población no afecta al presidente, no solo viola el principio Marxista que ubica que la lucha es de clases (en Venezuela del pueblo contra la oligarquía y el imperialismo), sino que estimula el enfrentamiento entre la población. Si unimos esto con la práctica discriminatoria y represiva a través de la lista Tascon o Maisanta, podemos concluir que estamos ante un régimen con actitudes fascistas y no revolucionarias.
El militarismo de Hugo Chávez dentro del MVR y la orden de constituir un partido único para todos sus seguidores, lejos de buscar la construcción de una organización para la transformación estructural de la sociedad, busca reforzar el totalitarismo y el autoritarismo. Los supra poderes otorgados en la Habilitante, su carácter de comandante en jefe de la FAN (ahora como rango militar), el descarado manejo de los poderes, las presiones a los medios de comunicación y el control de los consejos comunales, por encima de las alcaldías u otras instancias del poder; son claras evidencias de ese autoritarismo.
Los revolucionarios nos estamos agrupando para presentar una alternativa a los sectores populares y al resto del país. Debemos salir de este disfraz de revolución y salirle al paso a las corrientes derechistas y reaccionarias que carecen de credibilidad entre las mayorías, ya que no representan una opción de cambio verdadero.
Para los que hemos luchado por años por la conquista de una revolución, no es fácil enfrentar a un gobierno que se dice revolucionario y sus rivales lo califican de comunista; por esta razón invito a valorar algunos aspectos, más allá del discurso del presidente:
La manipulación del pueblo y su odio hacia los sectores políticos, económicos y sociales que han tenido responsabilidad de la pobreza y la desigualdad, es una de las características de este régimen. Pero mientras sostiene un discurso anti-imperialista, mantiene intacta la relación e intereses del sector financiero y monopólico (la verdadera oligarquía), reforzando la dependencia económica al condenar al país ha tener una economía monoproductora o ser un simple surtidor de materias primas y energéticas, como parte de la distribución internacional del trabajo que requiere la política neoliberal y así otorgarle mayores ganancias al imperialismo encarnado en el sector financiero y monopólico a escala mundial.
Su alianza con los verdaderos agentes del imperialismo (Asociación Bancaria, Cisneros y Venamcham), le ha permitido al régimen construir una nueva burguesía surgida del entorno presidencial, controlando empresas y el comercio de algunos rubros gracias a la quiebra del empresariado nacional, dado a las políticas monetarias, fiscales y todo tipo de controles que han creado hacia los productores nacionales. Por otro lado, las cooperativas y ahora los Consejos Comunales, lejos de ser una instancia de poder popular, donde el pueblo junto al gobierno garanticen un cambio de la estructura económica y sus lazos de dependencia; son organizaciones que estimulan el clientelismo político mas rastrero conocido en la historia del país; con el agravante que podrían convertirse en instrumentos para el estimulo de la corrupción en la población y que al final de cuentas serán acusadas por "el comandante" como las responsables de la ineficiencia del régimen en la solución de los servicios elementales de la ciudadanía.
El estimulo del rencor y el calificativo de enemigos a la población no afecta al presidente, no solo viola el principio Marxista que ubica que la lucha es de clases (en Venezuela del pueblo contra la oligarquía y el imperialismo), sino que estimula el enfrentamiento entre la población. Si unimos esto con la práctica discriminatoria y represiva a través de la lista Tascon o Maisanta, podemos concluir que estamos ante un régimen con actitudes fascistas y no revolucionarias.
El militarismo de Hugo Chávez dentro del MVR y la orden de constituir un partido único para todos sus seguidores, lejos de buscar la construcción de una organización para la transformación estructural de la sociedad, busca reforzar el totalitarismo y el autoritarismo. Los supra poderes otorgados en la Habilitante, su carácter de comandante en jefe de la FAN (ahora como rango militar), el descarado manejo de los poderes, las presiones a los medios de comunicación y el control de los consejos comunales, por encima de las alcaldías u otras instancias del poder; son claras evidencias de ese autoritarismo.
Los revolucionarios nos estamos agrupando para presentar una alternativa a los sectores populares y al resto del país. Debemos salir de este disfraz de revolución y salirle al paso a las corrientes derechistas y reaccionarias que carecen de credibilidad entre las mayorías, ya que no representan una opción de cambio verdadero.
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