Contrabando ideológico
Por: Robin Rodríguez
Una revolución implica transformación de fondo en lo político, económico y social; lo que requiere de bases ideológicas bien sustentadas para garantizar un horizonte claro. Por esta razón creo que el Marxismo-Leninismo sigue representando mas allá de sus detractores o tergiversadores, una guía teórica para la acción, ya que es el único método de análisis que permite interpretar las contradicciones sociales existentes en la humanidad.
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El capitalismo es una sociedad sustentada en la producción y comercialización de mercancías, donde prevalece el mercado y no la necesidad de la humanidad, de allí que el imperialismo es la fase superior de esta sociedad a escala planetaria; con un mercado mundial monopolizado donde las transnacionales y el sector financiero manejan todo. De allí que antes de llegar al socialismo, la lucha a librar en la actual etapa histórica, es romper con la dependencia económica y superar su carácter monoproductor (petróleo y ahora gas), lo que implica una amplia alianza desde los trabajadores hasta los empresarios nacionales. Pero este gobierno ve como enemigos a la clase media y al empresariado nacional, mientras que aumenta la dependencia económica con las grandes cooporaciones y les garantiza grandes ganancias a sus amigos los banqueros.
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Sus enemigos son "los escuálidos"; calificativo valido hasta para los humildes venezolanos que tienen una opinión contaría de un gobierno donde la corrupción y la ineficiencia hacen gala. Estimulan el odio hacia "los escuálidos" mientras que los intereses de las transnacionales (no importa el origen) y el sector financiero se ven reforzados, con el grosero endeudamiento, el incremento de la importación, la entrega de los recursos energéticos (aun cuando en discurso dicen otra cosa), etc. Utilizan el resentimiento de los sectores de la pobreza extrema (lumpemproletarios) contra algo que no identifica a la clase explotadora, que dado a la evolución del capitalismo en imperialismo, lo encarnan los aliados de esta extraña revolución.
Sus enemigos son "los escuálidos"; calificativo valido hasta para los humildes venezolanos que tienen una opinión contaría de un gobierno donde la corrupción y la ineficiencia hacen gala. Estimulan el odio hacia "los escuálidos" mientras que los intereses de las transnacionales (no importa el origen) y el sector financiero se ven reforzados, con el grosero endeudamiento, el incremento de la importación, la entrega de los recursos energéticos (aun cuando en discurso dicen otra cosa), etc. Utilizan el resentimiento de los sectores de la pobreza extrema (lumpemproletarios) contra algo que no identifica a la clase explotadora, que dado a la evolución del capitalismo en imperialismo, lo encarnan los aliados de esta extraña revolución.
El Marxismo establece que la lucha es de los trabajadores o proletarios Vs. Capitalistas o imperialistas; pero el uso de este contrabando ideológico, ha justificado la confrontación entre el mismo pueblo y con sectores aliados del proletariado venezolano (clase media y productores nacionales) para logar superar la dependencia y el atraso en nuestro aparato productivo, lo que genera males sociales como el desempleo o el subempleo. La base social fundamental de este gobierno, es el lumpemproletariado (sectores de pobreza extrema que no forman parte de la masa laboral), donde al igual que las cúpulas podridas del pasado, Chávez utiliza las dadivas para mantener simpatía en ese sector.
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No se sustentan en la clase obrera (el lumpemproletario no es una clase social), por el contrario; han creado sindicatos afectos al gobierno amparados en su lucha contra "los escuálidos", para mantener congeladas las contrataciones colectivas y otras reivindicaciones. Son casi 9 años en le poder y las bonanzas económicas han dependido del aumento del petróleo, dado a las guerras en Afganistán e Irak; dinero ensangrentado por las muertes de miles de seres humanos, ante la voracidad de Estados Unidos (utilizando el terrorismo como excusa) y no el producto de la elevación de la capacidad industrial, tecnológica, agropecuaria o turística de nuestra nación.
No se sustentan en la clase obrera (el lumpemproletario no es una clase social), por el contrario; han creado sindicatos afectos al gobierno amparados en su lucha contra "los escuálidos", para mantener congeladas las contrataciones colectivas y otras reivindicaciones. Son casi 9 años en le poder y las bonanzas económicas han dependido del aumento del petróleo, dado a las guerras en Afganistán e Irak; dinero ensangrentado por las muertes de miles de seres humanos, ante la voracidad de Estados Unidos (utilizando el terrorismo como excusa) y no el producto de la elevación de la capacidad industrial, tecnológica, agropecuaria o turística de nuestra nación.
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