Las Relaciones Venezolano-Cubanas en Salud
Por: Luis Fuenmayor Toro
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Muy recientemente fue destituido el ciudadano Erick Rodríguez, quien fue designado Ministro de Salud por el presidente Chávez hace menos de seis meses. No sé si tendrá el "record" de ser el ministro que menos tiempo se mantuvo en su cargo en la quinta república pero, en todo caso, debe estar cerca del mismo, aventajado sólo por Carmona "el breve".
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Las razones de su salida no las conozco, aunque algunos señalan que se debió a unas declaraciones imprudentes dadas sobre el hábito de fumar y la industria tabacalera en Venezuela. Las mismas fueron consideradas absurdas ante la ausencia de otras medidas más urgentes y necesarias en el área de la salud. En los pocos meses de su gestión no se avizoró ningún cambio importante en la forma en que el gobierno ha venido enfrentando el problema de la salud de los venezolanos. Fue, incluso, muy errático en la designación de por lo menos algunos colaboradores.
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Entiendo perfectamente que desempeñó una posición difícil, no sólo por la situación grave existente, sino porque la misma se ha hecho mucho más compleja con la presencia de Cuba, la cual se desarrolla y se organiza como un aparato paralelo al Ministerio de Salud, directamente conectado con el gobierno cubano y con el presidente Chávez, con más poder y más capacidad de decisión que el propio ministerio, lo que crea situaciones contradictorias muy negativas, que no permiten decidir una línea de acción única a seguir en la materia y que hace cargar al ministerio con todas las culpas, incluso por aquéllas acciones que no son producto de sus decisiones ni de sus actividades.
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La situación se complica pues el equipo cubano desarrolla no solamente labores de solidaridad en el área asistencial, sino una actividad comercial en salud de magnitud importante para la economía cubana, actividades que muchas veces entran en contradicción entre sí y con los intereses de la población. Un caso fácil de entender por todo el mundo es el de los medicamentos comercializados por Cuba y recetados y dispensados por los médicos cubanos de Barrio Adentro.Cuando un profesional de la medicina de Cuba prescribe un medicamento y luego lo dispensa al paciente, sabe que su país, necesitado de divisas y víctima de un bloqueo asesino por parte del imperialismo estadounidense, recibirá las tan necesarias divisas. Esta situación real puede interferir con las necesidades terapéuticas del paciente, quien termina siendo tratado con medicamentos no necesariamente los óptimos en su caso particular.
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Nuestra legislación, entendiendo perfectamente que este fenómeno se puede producir, impide que se ejerzan simultáneamente las profesiones de médico o farmacéutico. Se es uno o se es el otro. De hecho, los médicos cubanos no recetan medicamentos venezolanos, que pueden ser obtenidos en las farmacias o que podrían ser dispensados a través de programas especiales. No lo hacen ni siquiera en la situación de no disponer de medicamentos. Dispensan sólo medicamentos cubanos, muchos de los cuales son adquiridos por Cuba en países como la India. Estos medicamentos ingresan al país sin control del Ministerio de Salud, a diferencia de lo que ocurre con el resto de los medicamentos que consumimos. Esta situación demuestra claramente lo que señalábamos de la existencia de dos aparatos en salud: El Ministerio de Salud, que es el constitucional y responsable del sector, y el organizado por los cubanos, que actúa independientemente con sus propios criterios.
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Algunas personas, cortas de mente o con intereses distintos de la verdad, criticarán como contrarrevolucionario el contenido de este artículo. Dejo claro que siempre he sido y seguiré siendo solidario con la revolución cubana. Ésta ha sido mi práctica en todas las posiciones desempeñadas y los primeros en saberlo son los propios cubanos. En el área de la salud es mucho lo que tienen que enseñarnos y su solidaridad con el mundo subdesarrollado no está en discusión.
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Pero hay que entender también que ciertos intereses pueden en determinados momentos pesar más que otros y, en el caso Cuba-Venezuela, los intereses comerciales están interfiriendo seriamente con los intereses y las necesidades de salud de los venezolanos, por lo que hay que redefinir la situación y ajustarla a los intereses de todos, lo cual debería ser un proceso que proceda sin traumatismos de ninguna clase.
Etiquetas: medicina y salud
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