RCTV-VTV-Estudiantes y Tercera Fuerza

Por: Tercer Camino
 
En la actualidad, se han introducido nuevos elementos políticos que tienen que ser analizados desde el rigor más objetivo.

Dentro de los aspectos generales podemos señalar los siguientes:

En primer lugar, aparece en el escenario político, el combate entre dos fuerzas de derecha, dos fuerzas neo-liberales: la del Gobierno, y la tradicional de oposición. Eso no quiere decir que en el seno del Gobierno no existan revolucionarios, porque cuando el Presidente Chávez saca la gente a la calle, son muchos más los revolucionarios que atienden su llamado que los factores de derecha representados en la dirigencia gubernamental. Ese fenómeno sucede también en el campo de la oposición. El conjunto teórico lo dirige la oposición de derecha, pero en la calle hay amplios sectores populares no derechistas, los cuales adversan tanto al gobierno como a la élite adeco-copeyana-Fedecámaras-CTV.

Los factores revolucionarios deben desplazar el centro de gravedad de esa contradicción, donde pugnan dos derechas, y ubicarlas en la verdadera contradicción planteada a nivel mundial, que es entre emancipación y globalización, entre revolución y contra revolución, es decir, retomar los pasos del 27 de febrero de 1989 como hecho constituyente.

Existe una confusión a la hora de preguntarse ¿por qué la derecha que controla al Gobierno de Chávez, Fedecámaras y el Clero, está contra la izquierda oficial? Recordemos que a Caldera lo enfrentó igualmente Fedecámaras y todo el aparato de derecha, por lo que Caldera tuvo que hacer concesiones y llegar a un acuerdo. Por eso no fue derrocado. Caldera aceptó la imposición de estos sectores a través de lo que se conoció como “La Agenda Venezuela”.

En el caso de Carlos Andrés Pérez, cuando estos factores de derecha se enfrentaron a él, lo derribaron. Entonces nos preguntamos ¿cuál es el origen de esa contradicción? Resulta que Venezuela es un país petrolero, y la renta petrolera la maneja un sector que proviene de la clase media. Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez, hasta llegar al actual Gobierno liderado por Hugo Rafael Chávez Frías, provienen de esta clase media, pero actúan como burguesía ya que al manejar el Estado ejercen la explotación de miles de trabajadores públicos, y nosotros la caracterizamos como una burguesía paraestatal, ligada con el imperialismo, y si esto les parece absurdo afirmarlo, solo revisemos los contratos donde se establecen las empresas mixtas, donde el Estado otorga al capital transnacional petrolero nada más y nada menos que el 40% de la renta petrolera. De tal manera que la burguesía venezolana quiere manejar esa renta petrolera, darle a la clase media lo que le corresponde, pero manejarla ella conjuntamente con las multinacionales, como la está manejando la clase media con carácter burgués.

Esa contradicción es la que hace que enfrenten a Caldera, a Carlos Andrés Pérez y a Chávez. Consideramos que el problema de fondo es que estas confrontaciones entre dos corrientes neoliberales se lleva a cabo para decidir quien controla la renta petrolera. No es pues, una contradicción entre capitalismo y socialismo.

En segundo lugar, consideramos que se están creando las condiciones para el reagrupamiento de fuerzas revolucionarias con autonomía e independencia para enfrentar a los neoliberales del gobierno y de la oposición. Podríamos decir que se trata de una tercera fuerza dispuesta a enfrentar el pasado adeco-copeyano y al virtual presente socialista-bolivariano cuya vinculación con el capital multinacional es claro, notable y grave para nuestra soberanía.

En tercer lugar, creemos que se hace necesario insertar esa tercera fuerza en el terreno de las luchas sociales, para que se pueda desplazar el centro de la contradicción de dos fuerzas burguesas neoliberales,hacia una burguesa y una emancipadora. Es decir, mientras la contradicción estuvo en Venezuela entre caudillos feudales y/o burgueses, no se hablaba de un nuevo proceso. Ese nuevo proceso aparece por primera vez con las grandes movilizaciones sociales antiimperialistas de los años de la década de los sesenta, con la toma de 360 haciendas, (denominadas Frente por el derecho al Pan), con los movimientos insurreccionales de masas de Octubre y Noviembre de 1960-61, con la huelga de transporte de Diciembre 61 y Enero 62 con contenido insurreccional y con la lógica aparición de la confrontación armada a través de la guerrilla rural y urbana, con los desprendimientos armados de Carúpano y Puerto Cabello. Por primera vez en el siglo XX, el movimiento popular ofrece un programa de lucha, un proyecto de país distinto al tradicional y por lo tanto va a la confrontación directa contra feudales y burgueses imperialistas. La contradicción se colocó donde debía estar.

Es indispensable colocar el acento en las luchas sociales apuntaladas por la orientación de una política de lo real alternativo con clara definición antiimperialista y anticapitalista.

En cuarto lugar afirmamos que la conjunción de los elementos anteriores abre la posibilidad acelerada para la realización de un hecho constituyente. Debemos marchar decididamente hacia él. Sin embargo, debemos tomar en cuenta que el movimiento popular no está a la ofensiva total, está iniciando sus pasos, y por lo tanto debemos recordar la frase napoleónica: “Es el momento de la audacia en la concepción y prudencia en la ejecución”

Habiendo analizado este conjunto de elementos, también apreciamos que no hay que perder de vista las manifestaciones de los estudiantes. Creemos, como hemos señalado en estos días, que esas movilizaciones en su conjunto tienen un carácter democrático independientemente del interés promovido por tradicionales derechistas de contenido neoliberal que tratan de orientar y asumir el control de ese movimiento.

Si el gobierno toma medidas revolucionarias, por supuesto que vendrá la reacción imperial, si el gobierno lanza un decreto aboliendo lo que aprobó la Asamblea Nacional sobre las Empresas Mixtas, por supuesto provocaría una invasión norteamericana. En lo inmediato, apreciamos que ocurriría una intervención de la OEA, con la Carta Democrática, la cual es en grado sumo antidemocrática y fue elaborada para enfrentar las revoluciones en nuestro continente. Pero la realidad en este instante es otra, ya que el gobierno no está afectando los intereses de las multinacionales energéticas del gas y del petróleo, ni de las multinacionales financieras.

Si desplazamos hoy el centro de gravedad de la contradicción entre dos fuerzas neoliberales, para el punto exacto, es decir, para globalización contra emancipación, tendría que producirse una alianza entre todas las fuerzas patrióticas y revolucionarias (presentes dentro y fuera del gobierno)

Finalmente, nuestra posición sobre el caso RCTV es la siguiente: Cómo representantes de la filosofía política que niega la propiedad monopolista privada y monopolista estatal y al mismo tiempo es defensora de la propiedad comunitaria de esos medios de producción y comunicación, propusimos que las comunidades organizadas de Caracas conjuntamente con los comunicadores sociales, obreros y empleados de esos medios, tomaran a RCTV y al canal 8 para pasarlos a propiedad comunitaria de dichas comunidades (camino de la indianidad), mediante hechos constituyentes que garanticen al mismo tiempo la preservación de los principios de la defensa de los derechos humanos y de las libertades democráticas. Este sería uno de los primeros pasos para configurar el surgimiento de la era de una nueva civilización, lo cual estaría en plena correspondencia con el espiritu constituyente y originario del 27 de Febrero; luego le seguiría la toma del canal 4 (Cisneros-Bush) y el resto del espectro radioeléctrico monopolista privado y estatal