Entrevista a: Víctor Poleo

Por: Luis Manuel De Limas

Diario El Tiempo -Venezuela

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“La nacionalización es un disfraz”

¿Cómo es que una administración machacadamente antiimperialista establece relaciones tan ventajosas para el gran capital internacional? Ésa es la interrogante que deja abierta el analista petrolero al abordar la política energética revolucionaria
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Acerca de la reciente “gesta” renacionalizadora emprendida por el gobierno venezolano el experto petrolero Víctor Poleo tiene sobradas dudas. El ex funcionario del Ministerio de Energía y Minas (de este gobierno) y docente del postgrado de Economía y Administración de Hidrocarburos de la Universidad Central de Venezuela, responde algunas preguntas y a la vez se formula otras.

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¿Qué está pasando con las compañías que tienen negocios petroleros en Venezuela?

-El capital petrolero nunca antes había tenido tantas ganancias como en estos dos o tres últimos años. Estamos hablando de cifras por el orden de los 40 mil a 50 mil millones de dólares para las empresas grandes, y entre 30 mil y 40 mil millones de dólares para las pequeñas. Eso nos hace pensar que la industria petrolera está acumulando capital para un proceso de transición de la matriz energética en el siglo XXI. La hipótesis nuestra es que el petróleo dejará de ser el centro de gravedad del sistema energético mundial y éste se desplazará hacia el carbón o el gas.

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¿Qué ocurre si se desliza hacia el gas, o por ejemplo hacia el carbón, que resulta quizás más costoso y contaminante que el petróleo?

- El petróleo no se halla en las tierras del capital; en éstas lo que hay es carbón. Y en términos de energía este recurso presenta diez veces más unidades energéticas como reservas que las del petróleo. Existen tecnologías para hacer gasolina a partir del carbón. Ahí están las claves del conflicto actual.

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¿En qué medida el carbón puede sustituir al petróleo? ¿Hay reservas suficientes?

- Hay carbón suficiente, al menos diez veces más que petróleo, en términos de unidades de energía. Ciertamente está en el norte de Inglaterra, Alemania, Estados Unidos y China.

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¿Será posible que esos países, alguno de los cuales tienen rigurosas leyes ambientales, se expongan a la explotación de un mineral tan contaminante?

-Es cierto que el carbón es muy contaminante; pero tecnología y capital mediante, esas estrictas regulaciones se pueden honrar.

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¿Qué ocurrirá con los proyectos alternativos de energía eólica, solar u otras?

-Todas contribuyen, aunque no de manera tan significativa como para ser el centro de gravedad del sistema de energía. La razón de ser del petróleo es la gasolina. El capital energético se acumula a partir del capital de la industria automotriz, de la armamentista y la refinadora. Pero el sector automotriz es el que más impacta la contaminación en el planeta, casi 50% del daño ambiental. Esto indica que vamos a otras formas de transporte automotriz, carros eléctricos, movidos por etanol. El consumo de gasolina del petróleo va a disminuir y eso le quita peso a los países hoy exportadores de petróleo en el ajedrez político de este siglo.

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¿Eso ocurrirá cuándo?

-Son procesos lentos, necesitan de capitales colosales, por eso hay una agenda del capital energético para este siglo.

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-¿Por qué no se desarrollan proyectos de automóviles que gasten menos gasolina? ¿No séra que a las compañías que venden petróleo lo que les interesa son los precios altos?

-Está en marcha el proceso de construcción de carros más eficientes, de sistema dual. En relación con los precios altos, indudablemente generan mayores ganancias, pero hay que tener en cuenta también que no se están construyendo nuevas refinerías. Venezuela sí está instalando infraestructuras de procesamiento en Brasil, Cuba.

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Si Venezuela aumenta su producción actual de petróleo, ¿bajaría el precio internacional del crudo?

- No sensiblemente, pero sin duda que un mayor volumen de petróleo en el mercado influye hacia la baja de las cotizaciones.

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El gobierno venezolano ha anunciado que elevará la producción a 5 millones de barriles diarios en el corto plazo. ¿Eso es posible?

-Es un buen deseo, pero si a juzgar vamos, por los hechos del año 2002 y lo que ocurrió en la industria petrolera del 2003, que fue básicamente la descapitalización del conocimiento, Venezuela quedó en una situación frágil.

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¿Cómo está planteada la situación con la creación de las nuevas empresas mixtas?

-Las empresas mixtas no están establecidas en la Ley de Hidrocarburos. Creo que el ministro ( de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, también presidente de Pdvsa) miente y el Presidente se hace eco de una información errada. La ley no obliga al Estado a asociarse con el capital internacional en términos de empresas mixtas. La ley sí dice que en caso de que fuera por razones tecnológicas y de capital, la República debe tener mayoría. Esto llama la atención porque los contratos de servicios fueron forzosos, fueron obligados a moverse hacia empresa mixta. Estos contratos son la otra forma para que la Nación se relacione con el capital. Los términos de esta figura lo dicen: se llama al capital internacional y se contrata para que levante el barril, que sigue siendo del Estado, así como parte de las ganancias, pues es éste el que lo comercializa. Treinta y dos empresas del esquema de la apertura petrolera fueron obligadas a migrar a la modalidad de empresa mixta, pero no todas lo hicieron. Con las asociaciones de la Faja del Orinoco también se cambió la relación. Quiero decir que la República tomó quizás el menos atractivo de los dos modelos políticos de relación con el capital. Del modelo de criada pasamos al modelo de concubino. A la criada que nos prestaba el servicio y a quien acusamos durante años de estafarnos, ahora la hacemos socia. Ahora se comparte, con el capital petrolero energético internacional, la propiedad de los recursos del subsuelo. Y las ganancias. Este es un esquema que sorprende.

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¿O sea que en realidad se está echando para atrás la nacionalización?

-Sí, pero se disfraza de nacionalización. Ahí están los actos recientes de la Faja, con sus nuevos nombres de las batallas de Carabobo, Junín. La pregunta es cómo una política antiimperio establece relaciones así con el capital.

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¿Es viable esa política que ha emprendido Venezuela?

- No lo es por varias razones, entre otras por el uso abusivo de la renta petrolera que ha desatado todos los males del pasado.

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¿Cómo está, objetivamente, Pdvsa por dentro?

-Antes mencionamos que la descapitalización del conocimiento en Pdvsa comienza en 2003. Fue, a nuestro juicio, una descapitalización criminal. Creo que hubo excesos, el presidente de la empresa era Alí Rodríguez, quien por distintas circunstancias ya venía comprometido en los hechos de 2002, cuando hasta hubo cierre de refinerías. Eso ocasionó la crisis laboral, tanto en el campo como en las oficinas. Y eso fue lo que originó la descapitalización del mejor conocimiento que había en el país en materia de geología, ingeniería, refinación, producción.

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¿Eso es recuperable?

-Tomaría generaciones.

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¿Qué opina de la preocupación de Estados Unidos por la creciente presencia de China en el negocio petrolero de Venezuela?

-Cómo ubicar a China en el contexto energético mundial, y también a Venezuela y América Latina en ese mismo contexto. No es un asunto fácil, pues es el tema de la energía el que pone a Venezuela en el centro del tablero. Pero las apuestas de China, creo, están más en el Medio Oriente, en África y en Rusia, de manera que el empeño de Venezuela de aliarse con China, buscando una especie de paraguas político, es una pretensión fallida.