Nada Que Celebrar, Por Ahora...

Por: Félix M. Aponte

En más de 40 años que he tenido el privilegio de aceptar las inquietudes del pueblo como escribidor, hasta hoy, no hay ninguna persona que pueda tacharme de parcial, igual he atendido a políticos como a científicos, de cualquier color, de cualquier religión o pensamiento, de cualquier sexo o estrato social, lo más importante para cada uno de ellos, en ese momento, era que se les escuchara en su problemática, aunque pocos días después pensaran que no era tan crudo como lo sentían en ese momento.

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En Margarita, he trabajado en dos rotativos y seis emisoras de radio (4 AM y 2 FM), y hemos tomado como base el pensamiento con que nos distinguió Monseñor César Ortega Herrera, cuando era el Obispo de la Diócesis : “La Hora, es la voz de los que no tienen voz”, y en ese rumbo hemos enfilado nuestra nave de la información, recordando nuestro tiempo en la Armada de Venezuela y las ciento de millas que pasamos por la proa de nuestra actuación. Preámbulo necesario para que no se me descalifique con el pretexto que se acaba con el intermediario en aquel esquema básico de la comunicología Emisor, Mensaje, Canal , Receptor y Feed Back que mis colegas manejan muy bien.

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En esta oportunidad quiero dirigirme a los jóvenes, a los que estarán en básica o secundaria y que sus padres han inculcado la hermosa y práctica manera de avanzar con la lectura de los diarios de circulación internacional, nacional, regional, municipal y hasta la hojita parroquial, todos ellos nos dejan una enseñanza o por lo menos, esa fue la intención del comunicador, de los profesionales o adultos, se han ocupado muchos y cada día vemos las disputas que entablan a través de los medios, no es allí donde yo quiera llegar, cada uno ya tiene su “cama arreglada” y sabe hacia dónde puede estirar o encoger.

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Cada año celebramos la fecha del 27 de junio como un grito de libertad, no en vano se adoptó el día por lo que apareció al público el primer numero del “Correo del Orinoco”, el 27 de junio de 1818, una idea originaria de un visionario de quien se toma sólo una parte de lo que pensó y más peligroso aún, de lo que escribió y lo que dijo, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar, un mantuano que vio en ese periódico, la representación en el despertar de la libertad de expresión, un faro de lucha en defensa de los Derechos Humanos y la vida del hombre en libertad.

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Hoy, precisamente, el Día del Periodista, término ya en desuso a la luz de los conceptos de la Comunicología, ya ciencia, se cumple un mes del cierre de un medio de comunicación en Venezuela y no es que antes nunca los hubiesen cerrado o perseguido a los escribidores, incluyendo a muchos que son periodistas sin haber pasado por un aula universitaria en la especialidad, pero que por razones que no vamos a considerar, en esta oportunidad, obtuvieron un número del CNP cuando fue fundado, aclarando que hay un mudo respeto por cientos de mujeres y hombres que fueron verdaderos periodistas sin asistir a clases en un aula, porque su aula era el campo de trabajo mismo y que con el correr del tiempo formaron la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP), muchos desde niños fuimos tocados por el Dios de la Tinta y el Papel, como me tocó a mí con el señor Alemán en el viejo diario El Carabobeño en la ciudad de Valencia, hace mucho, y perdonen la distancia ya de niño se nos incrustó en el tuétano y aunque nos ocupamos de otras profesiones o trabajos, al final volvimos a nuestros cimientos. Así habrá muchos jóvenes que andan en el mismo camino y a quienes dirijo estas cortas líneas.

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No hay motivo de celebrar, como no lo había tampoco en tiempo de dictadura de Gómez, y la secuela de presidentes hasta la actuación de Marcos Evangelista Pérez Jiménez que el mismo pueblo lanzó fuera el 23 de enero del año 58, mi esperanza es que el mismo pueblo rescate la sensatez y un día le llegue un rayo de la Virgencita del Valle y vuelvan por sus fueros, todos somos hermanos, hijos del mismo Dios y cuando recapaciten me darán la razón, Por Ahora... no hay nada que celebrar.