Despertad!
Por: Maria Walter
“El hombre apoya su moral en las verdades reveladas”
Simón Bolívar
.
La “reforma constitucional” va rumbo a su aprobación, para ello, la Asamblea Nacional ha dado inicio desde el Teatro Teresa Carreño al denominado “ debate popular” modalidad dada en llamar “parlamentarismo de calle” con la cual, de manera particular este Proyecto de Reforma Constitucional “nacido desde arriba”, es decir, desde las instancias superiores del poder político, busca “adquirir rostro popular”, suerte de aparente Proyecto de Reforma Constitucional “Popular” que, contradictoriamente, por el solo hecho de ser la propuesta presidencial, en esos escenarios “rojitos” donde “es presentada”, de manera automática adquiere el visto bueno siendo incluso “defendida” a grito de Patria, Socialismo o Muerte como “viable”, “acertada”, “profunda”, “de avanzada”… Es así como en estos escenarios –sean 100, 500, o 30 los asistentes a las denominadas jornadas de “parlamentarismo de calle”- no se abundará en el análisis objetivo de lo que se propone para el devenir de nuestro país y sus comunidades, por lo contrario emocionalmente, “el debate” adquirirá cualidad de espejismo.
Trascender esta apariencia impone entonces, se tenga claridad con respecto al procedimiento empleado para la elaboración de la propuesta, pues éste en sí mismo, ya evidencia su esencia impositiva, totalmente contraria al valor de la participación activa que consagra el protagonismo político a los venezolanos. Si necesaria es una reforma, ésta ha debido surgir del fruto de la dinámica social, donde sus actores –como sujetos sociales- en interacción permanente, determinan, sobre la base del análisis objetivo de la realidad nacional, cuales son –una a una las necesarias rectificaciones, en procura de alcanzar juntos y sin exclusiones –la mayor suma de felicidad posible- Hoy, “jugando” a dejar como un asunto consecuencial de la debilidad de la descentralización y la alternancia del poder, tal cual la conocíamos hasta 1999, se busca “desde arriba”, es decir desde la cima de la pirámide del poder nacional, no solo concentrar mas y mas poder –aun cuando se diga lo contrario- sino, consolidar esa concentración del poder adquirido en el tiempo –este tiempo republicano- de manera tal, que aquella alternancia del pasado “democrático” –siga siendo “factible”, a la par que “legal” sea, la continuidad presidencial por vía electoral consecutiva infinitum- y para ello, la “reforma” como expresión lógica que el ¿Socialismo? del Siglo XXI exige, va acoplando “los cambios” que “la confianza a ciegas” del pueblo permitirá consolidar. Por ello, si el “debate en el seno del pueblo” ES EL DEBATE BLANDO, SIN PROFUNDIZACION; LA ACEPTACION, ES UN VOTO DE CONFIANZA A CIEGAS…
Para nadie es un secreto que este proceso de reforma ya cuenta con la aprobación de la Asamblea –desde el momento mismo que “cedió felizmente” su cualidad legislativa ante el Ejecutivo por vía habilitante- nuestro insistir en el debate profundo, es solo una manera de “alertar” acerca de las consecuencias de la implementación de tal reforma, pues, nuestros argumentos siempre serán tenidos como “contrarrevolucionarios”, ahora “etiquetados de pro-USA” -absurda manera de pretender deslegitimar el pensamiento/acción de quienes por razones de praxis, nos mantenemos distanciados de este hacer confabulado a la retórica y a la consolidación/concentración del poder desde el Ejecutivo, amén del aprovechamiento de la renta petrolera… Podrá decirse que la Reforma procura es precisamente lo contrario, de hecho, como argumento se tiene que la misma se sustenta en los "consejos comunales, obreros, estudiantes, campesinos", en tanto, se da a suponer a través de ellos, se logrará la "profundización de la democracia participativa y protagónica", es decir da a suponer, que asigna rango constitucional al Poder Popular, sin embargo, y lamentablemente, esto no es mas que en la apariencia por cuanto, en la práctica, la propuesta -por mucho que se diga acerca de la comuna como forma orgánica de la nueva geometría del poder- preserva la estructura autoritaria para el proceso decisorio, negando con ello, el necesario proceso popular, revolucionario, democrático de carácter constituyente (el propio “procedimiento” para la elaboración de la propuesta sirva de ejemplo). Pretender hacer “aparecer la comuna” como fórmula para enmascarar el apoderamiento del poder, suena duro pero, duro es. En Venezuela, en pleno Siglo XXI a las “comunas” no se ha llegado por la vía del proceso de madurez política, sino porque estas “surgen” (al parecer ) a causa de “la opinión de estudiosos” de los procesos políticos preexistentes, extraña manera de aplicar los postulados marxistas acerca de la extinción del Estado….
Visto que, este es un proceso “bolivariano” en Siglo XXI hagamos abstracción del marxismo, única manera de entender como este Socialismo Siglo XXI se sustenta en la continuidad del Estado, el cual, concentrando el poder real del pueblo a través de la “reelección presidencial permanente” en procura del desplazamiento de los poderes regionales y locales, crea una nueva división territorial “dirigida” por varios vicepresidentes designados a dedo, lo que no solo “mantiene y fortalece la estructura piramidal del poder” sino que, a la par “introduce a los consejos comunales” en el ámbito territorial de la comuna con lo cual, no solo pervierte el valor de la comuna como fin ultimo del proceso evolutivo social sino que, sustentándose en la propia estructura de los mencionados “consejos comunales” -igualmente militarista, autoritaria, burocrática y en consecuencia, elitista- genera una especie de “atadura” a la concepción funcionalista del Estado, concibiendo al consejo comunal como la perfecta y akilatada “estrategia de neutralización de la organización y la protesta social, en tanto, a través de dichos consejos, “el pater” Estado brinda auxilio a esos “hijos” marginados -por años- de los beneficios reales, validándose así in perennum la política asistencialista, cruenta manera incluso de desmerecer el valor combativo/productivo de una “fuerza de trabajo” que alienada a “las misiones” oxigena –por ahora- el mesianismo…
Este Proyecto de Reforma, no nació en el seno de las comunidades, no surgió del fragor de las luchas, del debate, en consecuencia, no se nutre de “la riqueza de la experiencia del pueblo” sino que, “desde arriba” elaboró los elementos estructurales que permitirán el estrangulamiento del poder originario, por ello, si en plazas, teatros, etc, “con el calor de las masas” se ofrece “la reforma constitucional” como tema, su ilegitimidad de origen no se toca, imposible hacerlo, la inocencia del pueblo sigue adormilada en la práctica de “la confianza a ciegas” en el obsequioso líder, que dispuesto a corregir el desmontaje hecho hasta ahora del aparato productivo nacional, no duda en disminuir constitucionalmente la jornada diaria de trabajo soporte de lo cual, como aderezo, impone cambiar el huso horario…
Lamentablemente, esta “Reforma Constitucional” no solo se hizo de espaldas al pueblo, sino para “mantenerlo atado” infinitum.
Despertad el sol alumbra desde tempranas horas!
Simón Bolívar
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La “reforma constitucional” va rumbo a su aprobación, para ello, la Asamblea Nacional ha dado inicio desde el Teatro Teresa Carreño al denominado “ debate popular” modalidad dada en llamar “parlamentarismo de calle” con la cual, de manera particular este Proyecto de Reforma Constitucional “nacido desde arriba”, es decir, desde las instancias superiores del poder político, busca “adquirir rostro popular”, suerte de aparente Proyecto de Reforma Constitucional “Popular” que, contradictoriamente, por el solo hecho de ser la propuesta presidencial, en esos escenarios “rojitos” donde “es presentada”, de manera automática adquiere el visto bueno siendo incluso “defendida” a grito de Patria, Socialismo o Muerte como “viable”, “acertada”, “profunda”, “de avanzada”… Es así como en estos escenarios –sean 100, 500, o 30 los asistentes a las denominadas jornadas de “parlamentarismo de calle”- no se abundará en el análisis objetivo de lo que se propone para el devenir de nuestro país y sus comunidades, por lo contrario emocionalmente, “el debate” adquirirá cualidad de espejismo.
Trascender esta apariencia impone entonces, se tenga claridad con respecto al procedimiento empleado para la elaboración de la propuesta, pues éste en sí mismo, ya evidencia su esencia impositiva, totalmente contraria al valor de la participación activa que consagra el protagonismo político a los venezolanos. Si necesaria es una reforma, ésta ha debido surgir del fruto de la dinámica social, donde sus actores –como sujetos sociales- en interacción permanente, determinan, sobre la base del análisis objetivo de la realidad nacional, cuales son –una a una las necesarias rectificaciones, en procura de alcanzar juntos y sin exclusiones –la mayor suma de felicidad posible- Hoy, “jugando” a dejar como un asunto consecuencial de la debilidad de la descentralización y la alternancia del poder, tal cual la conocíamos hasta 1999, se busca “desde arriba”, es decir desde la cima de la pirámide del poder nacional, no solo concentrar mas y mas poder –aun cuando se diga lo contrario- sino, consolidar esa concentración del poder adquirido en el tiempo –este tiempo republicano- de manera tal, que aquella alternancia del pasado “democrático” –siga siendo “factible”, a la par que “legal” sea, la continuidad presidencial por vía electoral consecutiva infinitum- y para ello, la “reforma” como expresión lógica que el ¿Socialismo? del Siglo XXI exige, va acoplando “los cambios” que “la confianza a ciegas” del pueblo permitirá consolidar. Por ello, si el “debate en el seno del pueblo” ES EL DEBATE BLANDO, SIN PROFUNDIZACION; LA ACEPTACION, ES UN VOTO DE CONFIANZA A CIEGAS…
Para nadie es un secreto que este proceso de reforma ya cuenta con la aprobación de la Asamblea –desde el momento mismo que “cedió felizmente” su cualidad legislativa ante el Ejecutivo por vía habilitante- nuestro insistir en el debate profundo, es solo una manera de “alertar” acerca de las consecuencias de la implementación de tal reforma, pues, nuestros argumentos siempre serán tenidos como “contrarrevolucionarios”, ahora “etiquetados de pro-USA” -absurda manera de pretender deslegitimar el pensamiento/acción de quienes por razones de praxis, nos mantenemos distanciados de este hacer confabulado a la retórica y a la consolidación/concentración del poder desde el Ejecutivo, amén del aprovechamiento de la renta petrolera… Podrá decirse que la Reforma procura es precisamente lo contrario, de hecho, como argumento se tiene que la misma se sustenta en los "consejos comunales, obreros, estudiantes, campesinos", en tanto, se da a suponer a través de ellos, se logrará la "profundización de la democracia participativa y protagónica", es decir da a suponer, que asigna rango constitucional al Poder Popular, sin embargo, y lamentablemente, esto no es mas que en la apariencia por cuanto, en la práctica, la propuesta -por mucho que se diga acerca de la comuna como forma orgánica de la nueva geometría del poder- preserva la estructura autoritaria para el proceso decisorio, negando con ello, el necesario proceso popular, revolucionario, democrático de carácter constituyente (el propio “procedimiento” para la elaboración de la propuesta sirva de ejemplo). Pretender hacer “aparecer la comuna” como fórmula para enmascarar el apoderamiento del poder, suena duro pero, duro es. En Venezuela, en pleno Siglo XXI a las “comunas” no se ha llegado por la vía del proceso de madurez política, sino porque estas “surgen” (al parecer ) a causa de “la opinión de estudiosos” de los procesos políticos preexistentes, extraña manera de aplicar los postulados marxistas acerca de la extinción del Estado….
Visto que, este es un proceso “bolivariano” en Siglo XXI hagamos abstracción del marxismo, única manera de entender como este Socialismo Siglo XXI se sustenta en la continuidad del Estado, el cual, concentrando el poder real del pueblo a través de la “reelección presidencial permanente” en procura del desplazamiento de los poderes regionales y locales, crea una nueva división territorial “dirigida” por varios vicepresidentes designados a dedo, lo que no solo “mantiene y fortalece la estructura piramidal del poder” sino que, a la par “introduce a los consejos comunales” en el ámbito territorial de la comuna con lo cual, no solo pervierte el valor de la comuna como fin ultimo del proceso evolutivo social sino que, sustentándose en la propia estructura de los mencionados “consejos comunales” -igualmente militarista, autoritaria, burocrática y en consecuencia, elitista- genera una especie de “atadura” a la concepción funcionalista del Estado, concibiendo al consejo comunal como la perfecta y akilatada “estrategia de neutralización de la organización y la protesta social, en tanto, a través de dichos consejos, “el pater” Estado brinda auxilio a esos “hijos” marginados -por años- de los beneficios reales, validándose así in perennum la política asistencialista, cruenta manera incluso de desmerecer el valor combativo/productivo de una “fuerza de trabajo” que alienada a “las misiones” oxigena –por ahora- el mesianismo…
Este Proyecto de Reforma, no nació en el seno de las comunidades, no surgió del fragor de las luchas, del debate, en consecuencia, no se nutre de “la riqueza de la experiencia del pueblo” sino que, “desde arriba” elaboró los elementos estructurales que permitirán el estrangulamiento del poder originario, por ello, si en plazas, teatros, etc, “con el calor de las masas” se ofrece “la reforma constitucional” como tema, su ilegitimidad de origen no se toca, imposible hacerlo, la inocencia del pueblo sigue adormilada en la práctica de “la confianza a ciegas” en el obsequioso líder, que dispuesto a corregir el desmontaje hecho hasta ahora del aparato productivo nacional, no duda en disminuir constitucionalmente la jornada diaria de trabajo soporte de lo cual, como aderezo, impone cambiar el huso horario…
Lamentablemente, esta “Reforma Constitucional” no solo se hizo de espaldas al pueblo, sino para “mantenerlo atado” infinitum.
Despertad el sol alumbra desde tempranas horas!
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