Los artículos coleados
Por: Augusto Hernández

“Colearse” es un verbo venezolano. Se trata de una tradición vernácula según la cual respetar el orden en una cola o hilera de personas es algo que sólo hacen los tontos, pues lo chévere, ingenioso y elegante, consiste en meterse a la cañona de primero en la fila, alegando cualquier excusa.

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La mejor excusa, desde luego, consiste en “chapear”, otro verbo criollo que estriba en exhibir una chapa o credencial de funcionario público, posiblemente de un organismo de seguridad, quien por razones de Estado no puede esperar como los demás ciudadanos o borregos.

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En Venezuela los coleados hacen de las suyas no sólo en las colas de los bancos, que son permanentes y eternas, sino en las fiestas de postín, en las congestiones del tráfico y en las circunstancias más inesperadas.

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Así acaba de ocurrir en la Asamblea Nacional, donde los diputados, en vez de convocar a una Asamblea Constituyente, aprovecharon la reforma planteada por el Presidente Chávez para “colear” algunos artículos de su propia cosecha, que sin la proposición presidencial no hubieran podido introducir en la Constitución de esta República Bolivariana.

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Entre dichos artículos, por cierto, sin muchas alharacas ni despliegues publicitarios, derogaron la disposición según la cual los parlamentarios perdían su investidura cuando pasaban a ocupar cargos de cualquier nivel en la Administración Pública. Así pues, volvemos al esquema de la Constitución cuartorrepublicana que permitía a senadores y diputados entrar y salir del Congreso, como si fuera un cine continuado.

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Naturalmente cada quien jala la braza para su sardina y si el Presidente solicita la extensión del período a 7 años con la posibilidad de ser reelecto varias veces, por qué no han de aprovechar los parlamentarios, que a fin de cuentas no son tan borregos.

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La pregunta que hago con las reservas del caso es si dicha reforma tendrá efectividad de inmediato, por aquello de la irretroactividad legislativa.

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De seguro, como dicen en México, alguien me podría responder que hasta la pregunta es necia, pues los diputados se darán maña para ponerla en vigencia más rápido que ahora mismo.