No debemos rendirnos
Robin Rodríguez
Dirigente de Vanguardia Popular
Quebrar la voluntad de combate del adversario es uno de los principios del arte de la guerra contemplado en la célebre obra de Sun Tzu, la cual tiene más de 2300 años. En toda lucha, el factor moral es determinante; de allí que Mahatma Gandhi le planteo al pueblo de la India en un momento decisivo para alcanzar la independencia del imperio ingles, pero ante una reinante desunión, desconcierto y resignación de un importante sector de la población, lanzó aquella extraordinaria reflexión: "Quizás mañana le diremos a nuestros hijos que fuimos derrotados, pero jamás los miraremos a los ojos para decirles que viven así porque fuimos incapaces de luchar".
Existe la posibilidad real que el debate sobre la nueva constitución (disfrazada de reforma) planteada por el presidente, la Asamblea Nacional y el silencio cómplice TSJ, derive en un rotundo NO por parte del pueblo (incluyendo un importante sector de los afectos al presidente). Por esta razón es que debemos canalizar el desacuerdo de las bases del oficialismo con lo planteado por líder, ubicándolo como parte de un proceso de desgaste del liderazgo mesiánico de Hugo Chávez. Convocar a la abstención o llegar al extremo de anunciar una insurrección; terminaría dándole a Chávez argumentos para sembrar el desconcierto en la población, ya que los venezolanos siguen abrigando la esperanza de una salida pacifica y los convocantes de dicha acción, no cuentan con la credibilidad necesaria en los sectores populares que representan el 83% del total de la población.
Los estudiosos del comportamiento social y mas específicamente de la guerra como fenómeno político-social que ha acompañado a la humanidad durante millones años; han concluido que la guerra es la evolución de una contradicción y una manera de resolverla. Partiendo de esta definición, podemos concluir que de darse una rebelión popular en Venezuela, es por que el liderazgo del presidente se deterioró en magnitudes superiores a la actual, ya que aun cuenta con el apoyo del 45% de respaldo de los venezolanos, mientras que el 30% respalda su reforma (el 33% de sus seguidores no avala su propuesta). Chávez recurre al cambio de la constitución para concentrar y controlar todo, porque sabe que ya no representa la esperanza que encarnó hace 9 años, para mantener el derroche de recursos y tratar de contener el malestar del pueblo ante la acumulación de problemas sociales que no se han resuelto con las becas o migajas repartidas entre los mas pobres.
Ahora devela su maniobra, al plantear la posibilidad de votar por separado los artículos propuestos por la Asamblea Nacional, pero votando en bloque los 33 artículos que propuso, los cuales le garantizan la perpetuación el poder y la concentración del mismo. Chávez no le teme al llamado a la insurrección realizado por sectores radicalizados de la oposición, pero sabe que alrededor del 80% de los venezolanos y el 56% de sus seguidores, aspiran un nuevo liderazgo verdaderamente democrático, revolucionario y progresista que no lo encarna esos sectores que ocupan la escena mediática.
Los revolucionarios y los dirigentes sociales estamos obligados ha constituir instancias unitarias para decirle NO a la reforma en lo inmediato y seguir la lucha por un verdadero cambio de la sociedad.
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