La Derrota del Proceso
Por: Orlando Ochoa
El voto mayoritario ha frenado el proyecto ideológico y personalista contenido en la propuesta de reforma constitucional lo cual deja a la deriva el “proceso revolucionario” del Presidente Chávez. La reelección indefinida y el socialismo basado en comunas y propiedad colectiva como organización política y económica fueron descartados por varios millones de votantes del Presidente en diciembre 2006, quienes ahora no fueron a votar por esa reforma o apoyaron el NO. La propuesta vulneraba la constitucionalidad y la democracia, con la complicidad de la Asamblea Nacional y parte del TSJ, pues no se trataba en realidad de una reforma sino de un relanzamiento de un proyecto socialista marxista en el siglo XXI, con rasgos fascistas y ahora financiado por petróleo.
Para detener la propuesta constitucional hubo un gran esfuerzo comunicacional de ideas, principios políticos y económicos, así como de sus potenciales implicaciones, algo inusual en la política y el debate público venezolano. Debemos recordar que el populismo, el clientelismo y la corrupción, en mayor o menor grado, han marcado una forma de hacer política, lo cual ha prevalecido sobre las ideas para enfrentar el subdesarrollo y la pobreza. El petróleo ha sido determinante en extender estas prácticas pues permite sustentar estos vicios por más tiempo y han llegado a peores niveles que otros estados latinoamericanos.
Por otra parte las divisiones dentro del gobierno respecto al dogmatismo ideológico del proyecto presidencial, como respecto a temas de corrupción tolerada en sectores chavistas militares y civiles con sus conocidos testaferros y operadores financieros, parecen haber influido en su fracaso. Tampoco el recurso político de la polarización extrema le funcionó al Presidente en el referéndum. No obstante, el incumplimiento de las normas constitucionales vigentes seguirá amenazando las libertades, así como el debilitamiento del BCV y del respaldo de la moneda, lo cual en conjunto agrava la situación económica y social con más inflación, depreciación cambiaria y aguda escasez de alimentos básicos. Todo esto demuestra que el proceso revolucionario de ideas anacrónicas no tiene futuro. Por eso es necesario construir una visión política y económica alternativa para ofrecerla a los venezolanos.
El voto mayoritario ha frenado el proyecto ideológico y personalista contenido en la propuesta de reforma constitucional lo cual deja a la deriva el “proceso revolucionario” del Presidente Chávez. La reelección indefinida y el socialismo basado en comunas y propiedad colectiva como organización política y económica fueron descartados por varios millones de votantes del Presidente en diciembre 2006, quienes ahora no fueron a votar por esa reforma o apoyaron el NO. La propuesta vulneraba la constitucionalidad y la democracia, con la complicidad de la Asamblea Nacional y parte del TSJ, pues no se trataba en realidad de una reforma sino de un relanzamiento de un proyecto socialista marxista en el siglo XXI, con rasgos fascistas y ahora financiado por petróleo.
Para detener la propuesta constitucional hubo un gran esfuerzo comunicacional de ideas, principios políticos y económicos, así como de sus potenciales implicaciones, algo inusual en la política y el debate público venezolano. Debemos recordar que el populismo, el clientelismo y la corrupción, en mayor o menor grado, han marcado una forma de hacer política, lo cual ha prevalecido sobre las ideas para enfrentar el subdesarrollo y la pobreza. El petróleo ha sido determinante en extender estas prácticas pues permite sustentar estos vicios por más tiempo y han llegado a peores niveles que otros estados latinoamericanos.
Por otra parte las divisiones dentro del gobierno respecto al dogmatismo ideológico del proyecto presidencial, como respecto a temas de corrupción tolerada en sectores chavistas militares y civiles con sus conocidos testaferros y operadores financieros, parecen haber influido en su fracaso. Tampoco el recurso político de la polarización extrema le funcionó al Presidente en el referéndum. No obstante, el incumplimiento de las normas constitucionales vigentes seguirá amenazando las libertades, así como el debilitamiento del BCV y del respaldo de la moneda, lo cual en conjunto agrava la situación económica y social con más inflación, depreciación cambiaria y aguda escasez de alimentos básicos. Todo esto demuestra que el proceso revolucionario de ideas anacrónicas no tiene futuro. Por eso es necesario construir una visión política y económica alternativa para ofrecerla a los venezolanos.
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