Inventario de un Fracaso
Por: José Rafael López Padrino
A pesar de los exorbitantes ingresos petroleros que ha percibido el régimen, que dispone de una mayoría complaciente y genuflexa de gobernadores y alcaldes, de tener el control político sobre la Asamblea Nacional, de la Contraloría General de la República y del Tribunal Supremo de Justicia, y de haber transformado la FAN en brazo armado del PSUV ("patria, socialismo o muerte, venceremos"), la gestión de gobierno ha sido un total fracaso cuya dimensión real se conocerá cuando las fantasías de la propaganda muestren las costuras del inefable desengaño.
Las esperanzas de superación de la pobreza, y la exclusión social, de disponer de un buen sistema de salud, de abatir la inflación (el impuesto de los pobres), de disfrutar de una seguridad social para todos los trabajadores, de tener una vivienda y trabajos dignos, así como el combate a la corrupción han terminado en el basurero, como tantas de las muchas promesas electoreras incumplidas por este grupete de militares que en nombre de una supuesta revolución "bonita" han sumido al país en un caos total. Todo ello ocurre en una República cuyas arcas han recibido la exorbitante suma de 750 mil millones de dólares en estos últimos nueve años. Hemos vivido un engaño colectivo, una ilusión de revolución que en vez de ayudar a los más desposeídos los ha hundido cada vez más en la miseria, frente a una súbita y obscena riqueza de nuevos y poderosos corruptos surgidos a la sombra del poder (boliburguesía). Que en nombre de un desconocido socialismo se consolida un capitalismo de Estado explotador, con un elevado gasto público (misiones), como un "mal necesario" para apaciguar la protesta popular, preservar el equilibrio interno de la nación y darle continuidad al proyecto hegemónico.
Pero además esta revolución "bonita" ha tratado de convertir a la educación pública en una herramienta de adoctrinamiento ideológico, de militarizar a la sociedad venezolana imponiéndole un pensamiento único, de criminalizar la disidencia política, de conculcar los derechos laborales, y de transformar las instituciones del Estado en títeres sumisos, sujetas a la voluntad del líder para poner en marcha un proyecto de poder autoritario y personalista, es decir el socialmilitarismo del Siglo XXI.
Sin embargo, este colosal fracaso ha pretendido ser enmascarado a través de un repugnante publicidad Goebbeliana y una despreciable manipulación histórica. En efecto ante la ausencia de logros sociales, médico-asistenciales, educativos, o económicos, el régimen a través de sus innumerables medios de comunicación (radio, prensa, TV) se ha empeñado en publicitar al tte coronel como el "salvador" de la patria, escogido por la providencia y continuador del pensamiento libertario de Simón Bolívar. Es una reedición con creces de las posturas egocéntricas de Guzmán Blanco, y de los dislates del General Gómez, de pretender ser dueño absoluto del país. Desde entonces nadie había ejercido un control tan férreo y meticuloso del aparato público y de la FAN como el iluminado de Sabaneta.
La revolución del inquilino de Miraflores y su socialmilitarismo han quedado como esos juguetes mecánicos a los que se les rompe la cuerda que los opera: inservible. La revolución bonita es una estafa social y el "Socialismo del Siglo XXI", una entelequia ideológica, un camuflaje detrás del cual se esconde un gobierno populista de corte militar y las pretensiones continuistas de su líder enfermo de poder.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home