Capitalismo de Estado Expoliador y Voraz
Por: José Rafael López Padrino
Sobre el socialismo del siglo XXI no se conoce mayor cosa, solo los dislates neofascistas que suele expresar el tte coronel en sus maratónicos programas dominicales. Excentricidades ideológicas refrendadas paladinamente no tan solo por el grupete de militares que lo acompaña, sino por esa izquierda eunuca y oportunista que paradójicamente se hizo parte del fétido proyecto militarista del Ducce tropical. A pesar de la retórica socialista con que se alimenta el discurso oficial, en la praxis se han reforzado las categorías económicas con las cuales opera el deleznable capitalismo: la plusvalía y la acumulación de ganancias a través de la explotación del hombre por el hombre. Los modelos bonapartista de capitalismo de Estado no son nuevos en nuestra América Latina, ejemplos de ellos han sido los gobiernos de Lázaro Cárdenas en México, Getulio Vargas en Brasil, Velasco Alvarado en Perú, Paz Estenssoro en Bolivia, y Juan Domingo Perón en la Argentina; regimenes que si bien no resolvieron las desigualdades sociales propias de nuestro continente, si expropiaron políticamente a la clase trabajadora y a los movimientos sociales para que no tuviesen una expresión propia e independiente.
A fin de consolidar su proyecto de capitalismo de Estado (entiéndase socialismo del siglo XXI), el tte coronel anuncio las nuevas medidas económicas ante un selecto grupo de representantes de la vieja y nueva clase empresarial (boliburgueses de Empreven, Confagan). De acuerdo a lo expresado por el líder del proceso, el empresariado recibirá nuevos fondos de promoción industrial para la inversión por un monto de 1.000 millones de dólares, habrá subsidios para los productores del campo, gozarán de flexibilización en los trámites para la obtención de divisas, obtendrán condonación de las deudas aquellos empresarios con obligaciones crediticias atrasadas con el Estado (reedición de la vieja política Adeco-Copeyana), y será eliminado el impuesto a las transacciones financieras (ITF). Medidas estas que no tendrán mayor impacto en el bolsillo del venezolano común, agobiado por una inflación galopante, una especulación desenfrenada, impuestos regresivos como el IVA -no eliminado como el ITF-, una devaluación maquillada del famélico Bolívar fuerte, así como un deterioro del salario real. Mostró el verdadero rostro de su proyecto cuartelario burgués al proponer una perversa alianza entre el Estado y los dueños de los medios de producción en franco contubernio con transnacionales energéticas a través de las empresas mixtas.
Estamos ante un régimen burgués que viene otorgando prebendas y cerrando crecientes acuerdos con los sectores de la burguesía y las multinacionales, lo cual obviamente contrasta con la actitud que ha asumido para con los trabajadores de la ciudad y del campo. Si algo ha caracterizado a este gobierno es el haber adelantado políticas antiobreras: acorralando las libertades sindicales, discriminando a los empleados públicos por sus preferencias políticas, precarizando las condiciones de trabajo mediante la figura del cooperativismo, lo que ha permitido generar empleos temporales, subpagados y sin beneficios sociales. Pero además, maltrata y atropella a los trabajadores al criminalizar la protesta laboral (prohibición del derecho a la huelga), al institucionalizar la represión en contra de los trabajadores (caso SIDOR) y al negarse a reconocer el derecho a la contratación colectiva.
En resumen, el socialismo del Siglo XXI muestra cada vez más su rostro de capitalismo de Estado militarizado en franca sintonía con el capital transnacional, a pesar de su discurso engañoso de contenido socialista.
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