Nueva Arremetida Socialfascista

Por: José Rafael López Padrino

La escalada represiva del pasado 22-08-09 cuestiona una vez más, la legitimidad democrática del régimen del tte coronel. La ferocidad con que fue reprimida la marcha permisada en contra de la nueva Ley orgánica de Educación, reafirma el carácter fascista de la actual administración. Esta nueva demostración de la musculatura policíaco-militar del régimen, se enmarca en la nefasta Doctrina de la Seguridad Nacional, concebida años atrás por el Pentágono Yanqui, para someter a los pueblos latinoamericanos, a “través de la fétida bota militar”.

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La agenda represiva del régimen sigue siendo criminalizar cualquier tipo de protesta social, invocando la “desestabilización del país”, como excusa para "pulverizar" a la disidencia política, considerada como el “enemigo interno”.

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Fue asqueante escuchar al coronel Antonio Benavides Torres, quien no le bastó con dirigir la “epopéyica batalla de la CANTV”, sino que pronunció frente a su tropa victoriosa, una arenga basada en el odio y en la mentira. En un discurso patriotero, servil y provocador criticó el carácter político de la marcha, calificó de payasos a los medios de comunicación, asoció falazmente las protestas sociales con intereses foráneos, y afirmó que los manifestantes habían “agredido a los funcionarios policiales y militares”. Benavides Torres finalizó su infausta intervención con un llamado a defender “rodilla en tierra“ al proceso que lidera el tte coronel. Horas más tarde era felicitado por el huidizo de Miraflores, “por su patriótica acción en contra de los enemigos de la Patria”

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La debilidad democrática congénita del proyecto socialfascista del tte coronel, es cada día más obvia. Conculca la independencia de los poderes, reprime las protestas populares, cierra medios de comunicación, arrebata derechos fundamentales de los trabajadores, despide de sus cargos a investigadores por razones ideológicas, sometiéndolos además al escarnio público (Doctores Jaime Requena, y Reinaldo DiPolo), militariza a la sociedad, y penaliza judicialmente la protesta popular, etc. Su incapacidad de contener el creciente malestar de la calle -incumplimiento, y agotamiento de su discurso demagógico- hace que recurra, ahora más que antes, a la represión policíaco-militar, y al uso de sus grupos paramilitares. Los reclamos de la gente por soluciones habitacionales, mejoras en los servicios de la salud, y de la educación, por puestos de trabajos dignos, por una mejor seguridad personal, entre otros, siguen sin ser atendidos por el gobierno. Su respuesta ha sido: perdigones y gas del bueno, algo muy propio de los proyectos de corte fascista.

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Lamentable ha sido el silencio miserable de esa mal llamada izquierda (cínica y oportunista) que hoy apoya a la barbarie militarista del tte. coronel. Seguramente, las mieles del poder ($$$$) los ha hecho olvidar aquellos días cuando muchos de ellos criticaron, con sobrada razón, las aborrecibles prácticas represivas de los gobiernos adecos y copeyanos.