Una alianza contra-natura

Por: Adolfo R. Taylhardat

Los gobernantes de Venezuela e Irán se caracterizan por su postura radical y vehementemente antinorteamericana. Esta coincidencia los lleva a declararse aliados contra el "imperio". El teniente coronel presidente proclama públicamente la existencia de una identidad entre los dos países que va más allá de lo que deberían ser las relaciones diplomáticas normales entre dos países amigos.

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Según el mandante venezolano, nuestro país e Irán integran el "G2" (¿simple coincidencia con el nombre del Departamento de Seguridad del Estado de Cuba?) que podría llamarse "Chavmadinejad o Iranven o Veniran", con lo cual pretende poner de relieve que los dos países son una unidad. También ha ofrecido "unir el Golfo Pérsico con el Mar Caribe". Los dos líderes se han comprometido a enfrentar juntos a todos los enemigos. "Como dos países unidos construiremos un mundo mejor. Doy gracias a Dios porque Irán y Venezuela se han unido para siempre y juntos avanzaremos hacia el mundo multipolar.

Durante la visita que acaba de hacer a Venezuela el gobernante iraní, el inquilino de Miraflores se congratuló de la "relación modélica" que está construyendo con Irán. "Hemos venido venciendo distancias e idiomas". "Nadie nos va a apartar de ese camino". Irán es ya una potencia y Venezuela lleva el camino de serlo para salvar al mundo del imperialismo". Por su parte el mandatario iraní afirmó: "Hoy el pueblo venezolano e iraní, dos hermanos y amigos en la trinchera de la lucha contra el imperialismo, están resistiendo".

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Esta conexión desquiciada y hasta sospechosa entre gobernantes de países tan disímiles desde todo punto de vista -uno profundamente cristiano y otro radicalmente islámico- suscita justificada preocupación porque introduce elementos de inestabilidad que podrían generar problemas de seguridad para nuestro país y para la región.

La vinculación que ha establecido Chávez con Ahmadinejad no solamente no cuenta con la aprobación de la población venezolana sino que genera desazón y hasta temor en la mayoría de los venezolanos. Además está siendo observada con auténtico temor por muchos gobiernos que la ven como una relación sumamente peligrosa.

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Ese relacionamiento "cálido y moral" como lo califica la articulista del Wall Street Journal, Mary O'Grady entre los dos mandatarios inevitablemente genera suspicacias y aprensiones.

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El fiscal de la ciudad de Nueva York, Robert Morgenthau habla de la "floreciente relación entre los que podrían parecer improbables compañeros de cama". "Irán y Venezuela -dice Morgenthau- están más allá de la etapa del cortejo. Sabemos que están creando una íntima alianza financiera y política que tiene fuertes vínculos con el Hezbolá y con Hamas".

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Jaime Daremblum, director del Centro de Estudios Latinoamericanos del Instituto Hudson, de Washington, en un artículo titulado "La alianza Chávez-Irán: Una amenaza para el hemisferio occidental" escribe: "No es exagerado decir que la creciente alianza de Venezuela con Irán representa la mayor amenaza para la estabilidad hemisférica desde la Guerra Fría".

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El único fundamento que pareciera justificar esta situación es la beligerancia antinorteamericana de los dos mandatarios, el odio visceral (¿envidia?) que les inspira el gigante del Norte. Se trata, a todas luces, de una estrategia calculada para provocar a Estados Unidos como parte del públicamente declarado propósito de destruir el "imperio capitalista".

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Venezuela e Irán son dos países absolutamente distintos desde todo punto de vista. Lo único que tienen en común es el hecho de ser ambos países petroleros y miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

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Se trata, a todas luces, de una alianza contra-natura.