Contra La Naturaleza

Por: Argelia Rios

Se advierte un tiempo de violencia sostenida y de oscurantismo sin precedentes.

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Todo apunta hacia la creación del "Hombre Nuevo". No hay decisión que esté fuera de ese norte. Pulverizar el concepto de ciudadanía exige transformar por completo la amplia gama de valores que la conforman.

Hay importantes diferencias entre las naciones construidas por ciudadanos y aquéllas otras donde éstos son extinguidos por el predominio vago e interesado del vocablo "pueblo". Sólo en las sociedades libres los individuos pueden ejercer como ciudadanos. En ese ejercicio, ellos poseen entera autonomía para postular, cada cual, su propia "verdad"...

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En un país de ciudadanos, las "verdades" son múltiples y los consensos, por tanto, resultan indispensables. La existencia de una verdad inapelable contraría la naturaleza del hombre y del mundo. Tratar de imponer una verdad única - aunque ella parezca ideal - significa declararle la guerra a la naturaleza misma. Sólo la democracia reconoce su carácter imponente y los peligros que se generan cuando se le omite: hasta en política los ríos buscan siempre su cauce...

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Por eso, el anuncio del "Hombre Nuevo" - propósito final del poder soviético y, ahora del poder venezolano - advierte sobre un tiempo de violencia sostenida y de oscurantismo sin precedentes en la historia de Venezuela. La violencia, por cierto, no sólo tiene el color de la sangre. La coacción y la imposición del silencio son también bárbaras modalidades del horror.

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Aunque mucha gente aún no lo crea, la pretensión de erradicar las diferencias, mediante los dispositivos que se han venido anunciando desde diciembre hasta esta parte, procuran un dominio hegemónico del "mensaje". No hace falta una gran imaginación para vislumbrar los sufrimientos tremendos que el propósito acarrea. Esas amarguras fueron conocidas por la humanidad en el transcurso del siglo pasado, cuando otras aventuras - a partir del control del mensaje y de la verdad - experimentaron con los individuos, intentando hacer de ellos "Hombres Nuevos".

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Debe entenderse aquí que el "mensaje" es un fenómeno más amplio que no involucra tan sólo a los medios de comunicación. Hay un mensaje en cada decisión, en cada decreto, en cada ley, en cada palabra dicha y actuada.

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Así, la búsqueda del "Hombre Nuevo" - creyente de una verdad única e indiscutible - constituye una declaración de guerra contra la naturaleza. Una salvajada aparentemente inocente que, por sonar bien, oculta los horrores que se cometen en nombre de ese hombre perfecto, libre de lacras "ideológicas" y culturales.

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Por lo pronto, basta imaginar quién, dentro del rojizo elenco bolivariano, puede ser mostrado ya, para ir conociendo sus características, como el modelo de ese "Hombre Nuevo"... Hasta esas profundidades llega el problema.

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La cosa no es con RCTV. Es con usted mismo, y contra sus imperfecciones.