Venezuela:Funesto Rumbo

Para: J. Rodríguez y R. Cabezas
Por: Orlando Ochoa
El Universal, jueves 18, 2007

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El vicepresidente Jorge Rodríguez y el ministro de Finanzas Rodrigo Cabezas tienen tareas centrales en este gobierno y enfrentan las serias fallas de organización e ineficiencia de casi todos los órganos de la Administración Pública, cuyos ministros y directores el Presidente rota a voluntad. A estos obstáculos hay que agregar que el Estado está azotado por la corrupción. Los corruptos y sus testaferros son de fácil identificación en el gobierno con sólo seguir algunas pistas en los medios de comunicación y exigirle a cualquier servicio de inteligencia que reporte los indicios de corrupción y consumo conspicuo de funcionarios, ex funcionarios y sus relacionados.

La impunidad generalizada incita al "efecto imitación", sin castigos ejemplares en el alto gobierno la corrupción pasa de la emulación al efecto cascada, con su difusión horizontal y vertical como en los graves casos del Ministerio de Finanzas 2002-6 y de PDVSA desde 2003. Un rápido sondeo con contratistas indica que las comisiones solicitadas de 10% en la IV República alcanzan ahora 20-30%. No hay presupuesto de obras públicas o petroleras que aguante estos sobreprecios por corrupción además de 20% de inflación anual.

Una vez más Rodríguez y Cabezas confirmaran que pasar de la retórica al castigo, con nombres y apellidos, es una tarea difícil y se sentirán tentados a transarse por una lista simbólica de corruptos. Recibirán invitaciones de contratistas, banqueros y promotores que les ofrecerán ideas como la compra/venta de bonos argentinos o apoyo para aspirar a gobernaciones u otra ambición futura. Advertirán que no hay forma de dar confianza al sector privado para invertir y generar nuevos empleos con un discurso marxista-leninista.

Los románticos programas de propiedad colectiva y gobiernos comunales se convertirán en nuevas formas de apropiarse impunemente de los recursos petroleros, bajo rentismo o corrupción. Los controles no detendrán las presionas inflacionarias generadas por excesos fiscales y la torpe decisión de tomar reservas internacionales y debilitar el respaldo de la liquidez monetaria en rápido ascenso. Rodríguez y Cabezas no lograran cambiar este funesto rumbo, pero sería un alivio pensar que pudiesen ayudar a reducir algo los enormes daños que este proyecto político le hace al país. Veremos.