Dilemas Marxistas

Por: Orlando Ochoa

El Universal, jueves 15-2-2007orlandoochoa@hotmail.com

.La izquierda de corte marxista-leninista, a diferencia de la izquierda democrática, se encuentra entrampada entre el igualitarismo radical y la racionalidad económica. Al no poder dar base lógica a sus políticas para contener la inflación originadas en su mal manejo fiscal-monetario y la corrupción a que inducen sus controles y subsidios, entonces recurren a una propuesta absurda: van a crear un “hombre nuevo”, el cual reaccionara “distinto” a los incentivos económicos perversos y por lo tanto hará viable sus (desastrosas) políticas colmadas de “buenas intenciones”.

De ahí que la forma como los líderes de un proceso de cambios de izquierda enfrentan las pruebas de gobierno nos dicen su verdadero rumbo: ¿Pueden aceptar la libertad política y económica como un espacio para el ejercicio de la voluntad del individuo sin la “interpretación” restrictiva del líder-caudillo-visionario? ¿Comprenden los incentivos socioeconómicos que llevan a una nación a producir riqueza o en busca de rentismo y corrupción? ¿Pueden seguir los ejemplos de China, India y Brasil y evitar esquemas extremistas que generan inflación, deterioran la seguridad jurídica y reducen la producción, la inversión y el empleo?; si la respuesta es positiva a estas tres preguntas tenemos una izquierda democrática que puede alcanzar algunos logros de progreso socioeconómico.

Si las respuestas son negativas, entonces tenemos un problema y un panorama de declive, el cual resultará de las interpretaciones caprichosas (ignorancia), autoritarias (concentrar poder) o trágicamente radicales (comunistas), las cuales han llevado a muchas sociedades al fracaso. Nadie duda que la Venezuela petrolera ofrece un margen amplio de maniobra para enfrentar los obstáculos tradicionales: mala política económica, sectarismo ideológico, tolerancia de corrupción entre allegados y familiares.

El chavismo tiene otro problema pues debe enfrentar su naturaleza militarista-personalista, herencia arrastrada en nuestra historia por quienes han usado las armas para tomar y mantenerse en el poder. Siento vergüenza e indignación de la celebración del golpe de estado del 4-F y haber observado a miembros de las Fuerzas Armadas actuar sin patriotismo y sin respeto por el Estado y la Nación , adulantes y parcializados con el fanatismo ideológico.