¿En Vía a la Comuna?
Por: Orlando Ochoa
La novedad es argüir que la propiedad privada se extinguiría en forma gradual
El gran objetivo de un proyecto socialista-marxista es reemplazar el capitalismo con un modo de producción y distribución comunal. Con esta orientación la reforma constitucional del presidente Chávez propone que la nueva unidad geográfica y de producción sea la comuna. La Constitución roja nos llevaría a través de una "transición socialista", en la cual una parcialidad política toma el control total del Estado y lo usa para sus propósitos nada democráticos. El fin último de esta transición es crear una sociedad comunista que prescinda de la propiedad privada. En esta etapa final, a la cual ninguna nación socialista pudo llegar en el pasado, pues fracasó en el intento, no habría clases sociales. La novedad doctrinaria es argüir que la propiedad privada se extinguiría en forma gradual bajo el avance de la propiedad estatal y comunal financiada por petróleo y la guía del ilimitado carisma del Presidente para tratar de evitar una típica, violenta y sangrienta revolución marxista.
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Estos planes socialistas con matices nacionalistas-militaristas y el uso del aparato estatal financiado por petróleo como medio clientelar del chavismo tienen además marcados rasgos fascistas. Este último movimiento aspiró a colocar la riqueza nacional y la propiedad privada al servicio del Estado e imponer la "victoria de la política sobre la economía". La reforma constitucional permite la total concentración de poderes en el caudillo, quien administrará la riqueza petrolera, al tiempo que facilitará también el avance de estos contradictorios matices fascistas en la transición socialista, particularmente si hubiese resistencia dentro y fuera del chavismo al original proyecto comunista. Un resultado de este camino alternativo puede ser: "todo dentro del Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado" (B. Mussolini).
Estos planes socialistas con matices nacionalistas-militaristas y el uso del aparato estatal financiado por petróleo como medio clientelar del chavismo tienen además marcados rasgos fascistas. Este último movimiento aspiró a colocar la riqueza nacional y la propiedad privada al servicio del Estado e imponer la "victoria de la política sobre la economía". La reforma constitucional permite la total concentración de poderes en el caudillo, quien administrará la riqueza petrolera, al tiempo que facilitará también el avance de estos contradictorios matices fascistas en la transición socialista, particularmente si hubiese resistencia dentro y fuera del chavismo al original proyecto comunista. Un resultado de este camino alternativo puede ser: "todo dentro del Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado" (B. Mussolini).
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Cualquiera que sea la ruta, la original o la desviación, las ambiciones de Hugo Chávez enfrentan las corrosivas prácticas rentistas y de corrupción de su entorno con testaferros y operadores financieros, en combinación con erráticas políticas económicas. El Presidente conoce bien la corrupción cívico-militar, lo cual implica un alto grado de cinismo y doble moral respecto al discurso contra el poder económico, probablemente ampliable también a las alternativas en esta precaria ruta ideológica.
Cualquiera que sea la ruta, la original o la desviación, las ambiciones de Hugo Chávez enfrentan las corrosivas prácticas rentistas y de corrupción de su entorno con testaferros y operadores financieros, en combinación con erráticas políticas económicas. El Presidente conoce bien la corrupción cívico-militar, lo cual implica un alto grado de cinismo y doble moral respecto al discurso contra el poder económico, probablemente ampliable también a las alternativas en esta precaria ruta ideológica.
Etiquetas: Estado Comunal
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