ESE PUEBLO QUE SOMOS TODOS

Por: María Walter

Está visto que el pueblo -ese que somos todos- está dividido entre votar en el proceso eleccionario del próximo mes diciembre 2007 y no votar.

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Los que propugnan el ejercicio democrático por la vía del voto, al parecer no consideran ninguna causal técnica en contra de la transparencia del proceso decisorio electrónico en ciernes, lo que resulta lógico cuando la ética y la moral van de la mano. Un proceso electoral debe ser fidedigno a la voluntad del elector, única manera de resguardar efectivamente el valor universal del voto como instrumento de la democracia que como forma de gobierno, es perfectible, tenida cuenta la disposición real hacia el 'mejoramiento continuo de la calidad de los procesos'... En Venezuela, tal cual lo contempla nuestra vigente, vigentísima constitucional nacional, ESE PUEBLO QUE SOMOS TODOS, CONSAGRO a causa de "acuerdo social", el valor de una democracia participativa y protagónica, de allí que, sea este el medio inequívoco de avanzar hacia "el encuentro de la mayor suma de felicidad posible" ...

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La felicidad (feliz-edad) implica tiempo/alegría del compartir civilizada-mente (consigo mismo y los demás) senda que persistimos en transitar, concientes del valor esencial de la vida y la Dignidad Humana.
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Por lo antes dicho, el rol protagónico no es potestativo del Estado, el rol protagónico es nuestra cualidad como pueblo libre y soberano que, aceptando la existencia del estado como coadyuvante en la vida político-social, ha aceptado el estado se nutra de él –ese pueblo que somos todos- para dimensionarse en justicia, paz, confraternidad, concientes todos que, la esencia/meta/ ciudadana estriba en procurar juntos el bien común, tenida cuenta " la mayor suma de felicidad " no será posible si el estado, asegurándose permanencia en el tiempo, asume la potestad originaria del pueblo –ese pueblo que somos todos- hasta el extremo, de la reconcentración del poder, hábilmente desdibujada con la creación “desde arriba” de espacios para la participación “controlada” de las fuerzas originarias, propuesta ilegitima por demás.
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Como quiera que ello, representa un absurdo, la dialéctica ofrece –las precisas circunstancias- para evolucionar hacia instancias superiores de conciencia, por lo que, nos corresponde a las venezolanas y venezolanos asumir tal reto, máxime, cuando en los actuales momentos hemos sido convocados por el órgano rector en materia electoral para decidir el fin del estatuido orden vigente convalidando así, una "propuesta de reforma" presentada por el ejecutivo y pre-aprobada por la Asamblea Nacional y, asistida por el Tribunal Supremo de Justicia", de manera que, adquiridos así, visos de legalidad y ronroneo, nos encontramos ante ésta, "la fiesta refrendaría" que por fuerza de la costumbre, retrotrae a discusión, el voto como expresión del aparente hacer democrático, ejercido como mecanismo de convalidación del fraude electrónico.

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Propicio es entonces el momento para hacer un alto y reflexionar de manera que, sea la ética y la moral ciudadana la que de brillo al valor del ejercicio democrático, pues de nada vale decir que se es libre y se aboga por la Libertad y el respeto a los derechos consagrados en la constitución nacional vigente y, "haciendo bucles de pobre calidad ", acceder a ir una y otra vez a un proceso electoral que escasa credibilidad tiene, cual si, no fuese un derecho ciudadano, no solo, exigir respeto a nuestros irrenunciables derechos a la libertad, la pluralidad, la justicia y la convivencia pacifica, sino también, el resguardo a la propia norma constitucional que, los consagra.

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El pueblo venezolano todo, unido ha de asumir su presente/futuro.

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El hallazgo de fórmulas que garanticen acuerdos en favor de la tolerancia depende de nuestra disposición a crecer colectivamente como Nación, las autoridades de las instancias máximas de decisión gubernamental han de estar concientes que, nada ni nadie tiene cualidad para ir en contra de la potestad originaria del pueblo -ese que somos todos-.

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Los máximos representantes del Poder Nacional han de asumir en con-ciencia el sentir de la ciudadanía. Actuar apegados al pretendido proyecto estatista, ignorantes fieles al valor de la Ley, seria craso error que se evidenciaría en la historia futura.

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Los acontecimientos que la libertad exige en favor del pueblo -ese que somos todos- requiere de nuestra inteligencia, si concluyéramos que necesario es, REFORMAR LA CONSTITUCIÓN NACIONAL, pongámonos de acuerdo, DISCUTAMOS EN SANA PAZ EL PAÍS QUE QUEREMOS/MERECEMOS, RECUPEREMOS EL VALOR DE LA PALABRA/PRINCIPIO/ACCIÓN TOLERANCIA Y ENRUMBÉMONOS JUNTOS, HACIA UN PROCESO CONSTITUYENTE EN EL QUE TODOS COINCIDAMOS EN UN PUNTO: LIBERTAD COMO EXPRESIÓN DEL EVOLUTIVO QUEHACER HUMANO!.
Libertad para la Libertad. Justicia para la Justicia. Amor para el Amor.

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El amor es el arma, la estrategia y el logro. Sol-dado he allí tu uniforme!